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y sujetos á los reyes de España; pero ántes de llegar este caso, se habian apoderado igualmente de lo restante del rio de las Amazónas, en la distancia que media desde el meridiano del gran Pará hasta el del rio Negro, con tanta mas facilidad cuanto que aquellos países no se hallaban actualmente ocupados, ni defendidos por los Castellanos, porque la conquista espiritual no habia tenido ocasion ni tiempo de llegar á ellos, mediante que empezando por las partes occidentales, como mas contiguas á los corregimientos y territorios ya poblados, se iban adelantando á proporcion que se lograba convertir las naciones mas inmediatas, por lo cual no pueden tampoco argüir los Portugueses estar aquellos países desde la boca del rio Negro al Oriente, entregados al descuido ó abandonados; cuando es cierto que desde que se empezó la conquista de los Máynas, jamas se dejó de seguir con el fervor que á los principios, ni cesaba de ir prosiguiendo en ellas con el ardor que requeria la situacion, por no ser factible que á un mismo tiempo se hiciese la de todo el rio en tan grande extension, como la que hay desde Borja hasta los confines del Pará, que es con muy corta diferencia de 600 leguas en línea recta de Oriente á Occidente, ántes bien para perfeccionarla venia á ser indispensable, al paso que se lograba la conversion de una nacion y su obediencia, por los medios suaves y amistosos mas propios para ello, detenerse en reducirla á poblacion, é instruirla en la observancia de las leyes tanto divinas como humanas, que debian guardar para su provecho y cultura, lo que no es obra de mucho tiempo y trabajo, sino que ántes requiere madurez, sazon y la oportunidad de la ocasion hasta su logro. Ademas, aunque de parte de los Españoles hubiese el descuido que suponen, no les daba esto derecho á los Portugueses para introducirse en el país, que estaba fuera de su demarcacion; siendo y debiendo ser siempre la ley invariable de los límites de ambas conquistas.

Los Portugueses no obstante, viendo empleados en aquella ocupacion á los Castellanos, no descuidando en la adquisicion de nuevos dominios, y aprovechándose de nuestra lentitud,

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fueron introduciéndose por el rio y haciendo establecimientos en sus orillas, aunque estemos persuadidos que para hacerlo así no tuvieron aprobacion ni consentimiento de su corte, y que fueron llevados únicamente del fin de aprisionar Indios para sus chácaras y haciendas, ó del interes de recoger el cacao silvestre, que abundantemente producen aquellas orillas, la vainilla, corteza de clato, zarzaparrilla y otros frutos y drogas que dan los bosques de sus inmediaciones: establecidos una vez en ellas han ido formando poblaciones, y destinando misioneros á imitacion de los Castellanos; á que siguió el tomar posesion en nombre de su soberano, y que ya al presente se halle aquella corte en la firme creencia por las insinuaciones de los vasallos interesados, de haberse practicado bien y justamente aquella ocupacion; y que una vez reconocido y adoptado por dominio propio, se dispusiese fabricar las fortalezas que hoy existen para poderlo mantener; logrando la corona de Portugal, por unos medios tan indirectos, de apoderarse de todo el país que corre desde el Pará hácia el Occidente en contravencion de los tratados, y violando lo mas serio y formal de las seguridades y firmezas con que estos se solemnizaron.

Tiene, pues, la corona de Portugal construidas allí varias fortalezas, y la mas occidental de ellas se halla en la orilla septentrional del rio Negro, como dos leguas mas arriba de su desembocadura en el Marañon: en este fuerte y en las orillas del mismo rio, conservan los Portugueses un destacamento de tropas de la guarnicion del Pará, con el fin de proteger el comercio de esclavos que mantienen con los Indios de aquellas inmediaciones, á quienes dan bujerías, machetes y otras cosas que ellos apetecen, para que en cambio les vuelvan Indios esclavos, saliendo á apresarlos de las otras naciones mas distantes y este destacamento ó campo volante penetra continuamente en las tierras circunvecinas y las va reconociendo, haciendo á su correspondencia los Portugueses muchos establecimientos en ellas.

Á la anterior fortaleza se sigue continuando hácia el Oriente. la de Páuxis, cuya situacion está en la orilla septentrional del rio

de las Amazónas, y en la oriental ó el rio Trumbétas, ocupando aquel espacio de tierras que forma la union de este último con el primero despues se sigue otra, que es la de Topáyos y corresponde á la orilla meridional del rio de las Amazónas, y á la oriental del de los Topáyos: continuando asimismo al Oriente, está el fuerte del Pará en la orilla septentrional del rio de las Amazónas, en cuyo paraje estuvo antiguamente otro que tuvieron los Holandeses; y el que al presente subsiste es construido modernamente por los Portugueses: al fuerte de Pará sigue el de Carupa, situado en la orilla oriental del rio de las Amazónas (que lleva ya por allí su direccion al Nordeste), y debió su primera construccion como el antecedente á los Holandeses; y lo mismo el de Macapa, que está á la orilla occidental del mismo Marañon, cerca de su desembocadura; pero los Portugueses lo han fabricado modernamente como dos leguas mas al norte del paraje en donde estaba el primero; y con estas seis fortalezas, guarnecidas todas con el suficiente número de gente de guerra, tienen guardados y defendidos aquellos países.

No es difícil á vista de lo que queda dicho, tanto por lo correspondiente á los convenios y tratados solemnes celebrados entre las dos coronas, con que se redujeron á reconocer y observar por término de sus dominios el meridiano de demarcacion, cuanto por lo tocante á la determinacion de este, hecha por las mas seguras y exactas observaciones; como asimismo por los títulos y razones de los primeros descubridores, y conquistas de todos aquellos países, discernir y entrar en conocimiento del incontestable y cierto derecho que tiene la corona de Castilla sobre ellos; y el ningun fundamento con que los retiene la de Portugal; pues al ver concurrir todas á favor de la primera, y faltar el mas lijero apoyo á la segunda, cualquiera desinteresado juez habrá de convenir con nosotros en el juicio de lo que como mas cierto y seguro hemos preferido en este asunto, y procurado fundar, llevando, segun en el principio nos propusimos, la mira de que se aclare en todo la verdad y tenga en la posesion de aquellas tierras y países el primer lu

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gar la legitimidad de los derechos, y la rectitud á que debe aspirar siempre nuestra mas atenta consideracion.

La demostracion, pues, que produce esta disertacion, fundada sobre los tratados y mas solemnes autoridades, y sobre las observaciones mas ajustadas y ciertas, nos debe hacer esperar que, reconocida de buena fe y con la justificacion y generosidad propia de tan grandes príncipes, como lo son SS. MM. C. y F., la equivocacion, error, ó ignorancia con que hasta ahora se haya procedido por la diligencia de los ministros de la una corona, y la moderacion de los de la otra, tomarán el acuerdo mas justo y razonable para contenerse dentro de los límites de la demarcacion, conformándose con lo concedido por la Santa Sede, con lo estipulado entre las dos coronas, y con lo que pide la razon y la justicia; pues una vez descubiertas, no puede sostenerse por mas tiempo lo que con ellas se haya obrado por ignorancia ó desaplicacion, y mucho ménos entre príncipes llenos de equidad y justificacion, y que desean conservar los vínculos de la amistad y parentesco con que felizmente se han estrechado últimamente para mayor gloria de las dos naciones, y propagacion del Evangelio entre las gentes que la divina Providencia ha situado bajo su respectiva demarcacion.

CONTESTACION DE PORTUGAL

A LA DISERTACION DE D. JORGE JUAN Y D. ANTONIO DE ULLOA,

SOBRE EL MERIDIANO DE DEMARCACION

ENTRE LOS DOMINIOS DE ESPAÑA Y PORTUGAL EN LA AMÉRICA MERIDIONAL.

Con el título que precede de Contestacion de Portugal á la disertacion de D. Jorge Juan, etc., aparece el papel que va á leerse en el manuscrito que poseemos, el cual perteneció á la coleccion del Sr. de Angelis, vendida por este al Dr. Vilardebó. Pero, sea que los Portugueses resucitaron un escrito antiquísimo para contestar la memoria de los geógrafos españoles, ó sea que el compilador de estos documentos quiso dar al que nos ocupa el título con que aparece, el hecho es que ese papel no fué escrito para contestar la expresada memoria española, sino 68 años antes, y publicado desde entónces en español, portugues y frances. Al copiarlo como respuesta á D. Jorge Juan, solo se han hecho pequeñas y accidentales modificaciones. Cuando examinábamos en la biblioteca imperial de Rio Janeiro la Coleccion de documentos relativos á la colonia del Sacramento, hicimos sobre este papel varios apuntes; y creemos no poder dar sobre él una idea bibliográfica mas completa, que publicando aquellos apuntes tales como entónces los hicimos. Su tenor es como sigue :

« Noticia da Justificação do titulo e boa fe com que se obrou a Nova Colonia do Sacramento, nas terras da Capitania de Sam

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