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hallar con uno dellos y de necesidad ha de ser sospechoso á alguna de las partes, y así lo será de cualquiera otra parte de las Indias, y en esto el dicho Adelantado recibirá de V. M. gran bien y merced.

E otrosí suplico á V. M. mande guardar al dicho adelantado don Diego de Almagro la capitulacion y asiento que hizo con V. M. sobre la conquista de la provincia de Toledo, en todo y por todo como en ella se contiene, y que el dicho gobernador Francisco Pizarro guarde lo que con V. M. asentó sobre la gobernacion del Perú sin exceder della.

Otrosí suplico á V. M. mande proveer que don Francisco Pizarro cumpla con don Diego de Almagro, la compañía quentrellos está asentada sobre lo que se cogiese en sus gobernaciones y conforme á ella le acudan con lo que obiese de haber, sin hacer detencion de cosa alguna dello.-Hernan Jimenez.

S. C. C. M.-Hernan Jimenez, en nombre del adelantado don Diego de Almagro, digo: que por otras peticiones he hecho relacion á V. M. de los grandes y señalados servicios quel dicho adelantado ha hecho á V. M., y como olvidando su propio interese y dejando de continuar la conquista de su governacion de que esperaba grandes provechos de intereses, habiendo venido á su noticia que toda la provincia del Perú y la ciudad del Cuzco y los indios naturales de ella por los malos y ásperos tratamientos que los hermanos del gobernador don Francisco Pizarro les habian hecho, procuró con toda la gente de su ejército, con grandes dádivas y promesas que les hizo, que tornase á la dicha provincia del Perú á la pacificar y á reducir en servicio de V. M., é así llegando cerca de la ciudad del Cuzco, halló quel Linga con infinita gente de indios tenia cercada la dicha ciudad del Cuzco é estaba en ella Hernando Pizarro y Gonzalo Pizarro cercados, con mucha cantidad de oro de V. M., y peleó el dicho adelantado don Diego de Almagro con el dicho Linga, le venció y libertó muchos españoles con grandes presas que el dicho Linga tenia en su poder y fué causa de reducir la dicha tierra al servicio de V. M. y sucedieron las otras cosas contenidas en la relacion que se entregó á V. M. y hasta agora no se ha visto ni proveido cosa alguna de lo pedido ni suplicado por parte del dicho Adelantado ni

consultado con vuestra Real persona, por tanto, humildemente á VM suplico mande que todas las dichas peticiones y reclamaciones se las mande ver luego en Vuestro Real Consejo de las Indias y se consulte todo con V. M. para que mande con brevedad proveer lo que convenga á su real servicio y pacificacion de aquella provincia, inviando persona de confianza que haga cumplir y ejecutar lo que V. M. fuese servido de mandar proveer, todo lo que por mí en el dicho nombre está pedido é suplicado administrando sobre todo justicia.

6 de Enero de 1539.

XLVII.-Carta del tesorero Manuel de Espinar al Emperador, sobre las disidencias entre Pizarro y Almagro.

(Archivo de Indias, y pub. por Torres de Mendoza, t. III, pág 437.)

S. C. C. M.-Muchas cosas podria escribir á V. M., lo cual dexo de hacer por dos cosas: la una por haber escrito á V. M. largo todo lo subcedido en estas partes; la otra porque es el mensajero desta y verdadero abtor della don Alonso Enriquez de Guzman, gentil-hombre de la casa del Emperador y V. M., el cual debe ser creido, porque si acá lo hobiera sido, no hobiera pasado tanto daño. El cual, cierto como hombre que á V. M. no ha de decir menos de la verdad, como su hechura que soy, ha cabsado el fraile Fray Francisco de Bovadilla, provincial de la Orden de la Merced, porque cuando el gobernador don Diego de Almagro, que haya santa gloria. envió sus mensajeros al gobernador don Francisco Pizarro, que fueron el dicho don Alonso y Juan de Guzman, contador de V. M., mi compañero en los oficios reales de la gobernacion de don Diego de Almagro, y á Diego Nuñez de Mercado, alcalde del castillo de Nicaragua, para tratar las paces é concordia con el dicho don Francisco Pizarro y partir los límites de sus gobernaciones, en tanto que viniese juez competente proveido por V. M. para ello; yo estaba con el dicho don Francisco Pizarro, porque no habia podido pasar, como el dicho don Alonso dirá á V. M., á quien me remito, y entendimos ellos y yo, porque tambien me envió á mí poder para ello don Diego de

Almagro, en que tuviesen paz é sosiego, y dimos por medio y me jor remedio que señalase cada uno de los gobernadores dos personas menos apasionadas y que mejor mirasen el servicio de VV. MM., y que todos cuatro partiesen los límites y los pusiesen en paz y sosiego, segun dicho es. Y fué señalado, por parte de don Diego de Almagro, don Alonso Enriquez y Diego Nuñez de Mercado, susodichos, y por parte de don Francisco Pizarro, el fraile Fray Juan de Olias, vice-provincial de los Dominicos, y el capitan Francisco de Chaves. Y para firmezas desto, fuimos el contador Juan de Guzman é yo á don Diego de Almagro, que estaba en Chincha, treinta' leguas de Lima de do estaba don Francisco Pizarro. Y Fr. Francisco de Bobadilla sobredicho, quiso ir con nosotros y juzgando el hombre por el hábito holgamos dello, porque creimos fuera para mas servicio de Dios y de VV. MM. y honra y descanso de los gobernadores. Y llegados do estaba don Diego de Almagro, recibiónos muy bien, y muy mejor desque supo lo que traiamos concertado, lo cual aprobó. Y atravesóse el padre Fr. Francisco de Bobadilla, el cual no traia conformada la voluntad con el hábito, ni aun con la nuestra, aunque legos, y di xo á don Diego de Almagro que era poner debate ponello en dos de cada parte; y que condoliéndose de la sinrazon que pedia don Francisco Pizarro, que si se ponia esto en sus manos, le prometia por el hábito de Nuestra Señora de la Merced cuya profision él tenia, de le dar y sentenciar que fuese su gobernacion el Cuzco, y que llegasen los límites hasta veinte leguas de Lima, por encima del cacique de Guarco, y dexallo poblado en Chincha donde á la sazon estaba. Y don Diego de Almagro, creyendo que tenia justicia, como á todos nos parescia y paresce, y que el fraile no era demonio, como despues se mostró, cebóse y holgóse desto, y parescióle muy mejor camino y dióme cuenta dello, como tesorero del Emperador y de V. M. Yo creyendo que no hobiera tanto mal debaxo un hábito tan bueno, no me paresció mal, y quíseme informar del fraile y de las palabras dichas por él, las cuales ni mas ni menos me dixo, como las dixo á don Diego de Almagro, y aquí van representadas por la fée que debo á Dios y á V. M. Y despues dió la horrible y espantable sentencia, que ya V. M. habrá sabido cuando esta llegare á sus Reales manos, por la cual no

solamente no apagó el interes al fuego de don Francisco Pizarro, sino encendió el amortiguado de la gente de su compañía, por do fué muerto el desventurado don Diego de Almagro y sobre duzientos hombres en la batalla que le dió Hernando Pizarro, por un mandamiento que dió él, irregular, contra su regla y órden, de hecho y contra derecho. Porque el derecho que le dimos los sobredichos, por parte de don Diego de Almagro, no fué para entender en cosas pasadas, sino de entónces para adelante, poniendo remedio en lo porvenir, como por el poder se verá, al cual me remito. Como mas largamente en esto y en todo lo demas dirá don Alonso Enriquez, al cual me refiero; y á V. M. suplico le dé entera creencia, porque es persona que todo lo sabe muy bien y de quien V. M. se debe fiar, pues es hombre de casta singular y de fide digno y leal es á la corona real, y de su condicion lo há, segun por la obra ha mostrado.

De mí, hago saber á V. M. que así en el largo camino, como en estas enojosas pendencias y diferencias, he pasado muy grandes peligros y trabajos y gastos, de manera que yo estoy muy pobre é fatigado, aunque muy consolado en ser en el servicio de V. M. y contento con saber de su cathólica voluntad, que me hizo estas mercedes para mi bien y no para mi mal, como el tiempo y fortuna ha cabsado. Y estoy confiado en que V. M. usando su gratitud y clemencia me hará mercedes y recompensas á mis daños y pérdidas. Nuestro Señor la Imperial y Real persona de V. S. C. C. M. guarde, con estado de mayores reinos y señorios, como su real corazon desea. Del Cuzco, Pascua de los Reyes del año de 539.-De V. S. C. C. M. humilde é menor criado, que sus Reales piés y manos besa.-Tesorero, Manuel de Spinar.

10 de Febrero de 1539.

XLVIII.-Carta de Felipe Gutierrez sobre las disidencias entre Pizarro y Almagro.

(Archivo de Indias, y pub. por Torres de Mendoza. t. III, pág. 88.)

S. C. C. M.-Porque despues que á esta ciudad llegué, he dado larga cuenta á V. M. de las cosas acaescidas en esta tierra y de

las diferencias que entre ambos gobernadores ha habido, en esta diré solamente que, á causa de no ser el tiempo tan oportuno y conveniente al servicio de V. M. como convenia, tengo sospecha y temor mis relaciones no habrán ido á V. M. Y porque las cosas destas partes han sucedido tan aviesamente, que nadie ha sido parte para les poner órden, y V. M. sepa la verdad dellas, lo diré desde principio lo mas breve que ser pueda en los capítulos siguientes:

Despues que de la provincia de Veragua salí y vine en socorro desta tierra, que estaba alzada de los naturales della; y despues de me haber hallado en la pacificacion y reformacion della, con mucha costa y peligro, habiéndome juntado con el gobernador don Francisco Pizarro para proseguir entrambos la jornada y so corro del Cuzco, á que yo habia salido de Lima, tuvimos nueva que el adelantado don Diego de Almagro habia entrado en el Cuzco y preso á Hernando y Gonzalo Pizarro, y aunque en la entrada hay cargos y descargos, cuya declaracion y juicio á V. M. pertenece, el gobernador Pizarro, teniendo al capitan Alonso de Alvarado junto al Cuzco, que habia dias que era ido á le socorrer› questaba cercado de indios, se quiso juntar con él para saber lo que habia pasado y conforme á ello guiar los negocios. Y en este estado le vino nueva que tambien Alonso de Alvarado era preso por Almagro, y que toda la gente estaba de su parte; y como subcedieron las cosas de rigor y se mudó la guerra de indios á cristianos, por lo que tocaba al servicio de Dios y al de V. M. y á lo que estoy obligado, dexé el cargo que de capitan general del gobernador Pizarro habia tomado para contra los infieles, y por mejor mediar la paz entre los gobernadores diferentes, amonesté y requerí al uno y al otro lo que para el efecto della convenia y cuan injusta era su diferencia y contraria al servicio de Dios y de V. M.; y no aprovechó mi diligencia, dado que por proseguir lo que debo, fué tanta, que las cosas vinieron á medios y capitulaciones de concordia, las cuales se asentaron cerca de Chincha y tovimos por cierto se guardaran despues. Dende á pocos dias. suelto Hernando Pizarro, paresció á él y al Gobernador, su hermano, que por la provision que truxo Peranzures, que sobrevino, que debia restituirse en la posesion del Cuzco, lo cual pusieron en

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