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se ha podido poner es el que aquí se dice y el verdadero ha de venir de la mano de V. M., mandándolo con toda brevedad á los unos y á los otros, lo que han de hacer y en lo que deben de entender, y mande proveer como las personas que son causa de tanta discordia, tan perjudicial al real servicio de V. M. y á la pacificación y población de aquella tierra, salgan della y los culpados sean castigados á todo rigor; por manera que esta osadía que tiene la gente no sea parte para levantarse contra sus gobernadores y se desarraigue de todo punto; y porque Alvarado, gobernador de Guatimala, apareja su armada para ir á poblar en aquella tierra, V. M. sea servido de mandar dar órden por manera que entre él y el gobernador Francisco Pizarro y la gente del uno y del otro no haya las diferencias, escándalos y daños que se cree que se han de hacer los unos á los otros y se ha visto por experiencia que han sucedido en las otras gobernaciones que hasta agora se han poblado.

En lo de esta tierra y gobernación, por otras he hecho relación á V. M. de la extrema necesidad en que está, y es tanta que nunca se ha visto tan al cabo, porque en verdad puede V. M. tener por cierto que en toda ella ni en todo lo poblado no cogen oro de doscientas bateas arriba, que serán nueve ó diez cuadrillas, y éstas cada día se van diminuyendo y deshaciendo y no hay posibilidad ni de dónde poderse sostener ni otras granjerías de donde haber provecho. La tierra es abundante m... rica; el aparejo y favor tiene muy perdida la gobernación; ha cerca de tres años que está sin dueño, que es cuanto á que está en residencia, que es el principal daño, porque los jueces de residencia no tienen asiento ni la tierra con ellos, porque cada día esperan que han de ser removidos; por esto no se entremeten sino en los negocios ordinarios; siendo gobernador de propiedad y asiento, entendería en la población y pacificación de la tierra y en descubrir las minas y en buscar todas las otras granjerías posibles para sostenerse á sí y á la tierra; y este convernía que fuese persona de espiriencia y autoridad y poderoso de hacienda, para con lo uno y lo otro favorecer y animar la tierra, que está todo la candela en la mano. Muchas veces he hecho relación á V. M. de esto y la haré siempre por descargo de mi conciencia y por lo que quiero á esta tierra y por ser como es la mejor y más rica de lo descubierto; paréceme que fué Dios servido en lo que he visto hasta agora que volviese á ella para hallarme á su fin como me hallé en su conquista y pacificación. En el mesmo estado está lo de Nicaragua.

El repartimiento general que Vuestra Majestad nos mandó hacer se envía en esta nao; sea Vuestra Majestad servido de lo mandar ver y proveer como más convenga á su real servicio. Nuestro Señor la real imperial persona de Vuestra Majestad guarde y el real imperial estado acreciente y conserve bienaventuradamente con paz y obidiencia del universo. De Panamá, á veinte de Octubre de mil y quinientos y treinta y dos años. De vuestra Sacra, Cesárea, Católica Majestad humildísimo siervo y que sus imperiales pies y manos besa.-El Licenciado Espinosa. -(Hay una rúbrica.)

1.o de Enero de 1535

VI.-Carta de Francisco Pizarro al Rey

(Archivo de Indias, Patronato, 1-4-1/16)

Sacra, Católica, Cesárea, Majestad:-Porque con Antonio Navarro, contador de Vuestra Majestad, que fué destos reinos, le hice larga rela ción de todo lo que hasta entonces había de qué darla á Vuestra Majestad y lo habrá visto, por cumplir siempre con lo que á vuestro real servicio debo y deseo que sea avisado de todo lo que en estos reinos pasa y se ofrece, escribo ésta agora para dar cuenta á Vuestra Majestad de todo lo que después ha subcedido con la venida de Alvarado á esta tierra, y no lo he hecho antes, porque no ha habido navío, porque estoy sirviendo á Vuestra Majestad la tierra adentro, pacificándola y poblándola en nombre de Vuestra Majestad; y así diré que estando el mariscal don Diego de Almagro con cierta gente en la provincia de Quito, conquistándola, entró Alvarado en la misma tierra, diciendo ser gobernador della y del Cuzco, que yo tengo poblado y pacífico, é otras cosas que era más de alteración que no de hacer vuestro real servicio; y como el mariscal tenía los más de los indios de la tierra pacíficos y debajo del amparo y obediencia de Vuestra Majestad, y tuvo nueva que andaba Alvarado destruyendo los naturales de la tierra y haciéndoles muchos daños, envióle á requerir en nombre de Vuestra Majestad que no consintiese ni diese lugar á que fuesen maltratados los indios que estaban de paz, y otras cosas que convenían para la quietud de la tierra y convenientes á la buena pacificación y población della y sosiego

lo

y

de los españoles vasallos de Vuestra Majestad que en ella estaban, como Alvarado traía la intención desasosegada y venía inquiete y cobdicioso de gobernar estas partes por fuerza ó como pudiese, respondió ciertas cosas enderezadas en deservicio de Vuestra Majestad; y no obstante que, por parte del mariscal, se tuvieron con él todos los cumplimientos que le pareció necesarios para estorbar el rompimiento á que quería dar lugar Alvarado que hobiese, porque conoció de mí siempre tener este deseo y por conformarse con mi voluntad y hacer que le mandé, porque con paz fuese Vuestra Majestad servido, y estorbar por mi parte la guerra, porque ansí convenía al aumento y pacificación destos reinos, porque no habiéndola, no podía Vuestra Majestad ser de mí bien servido como yo querría, pensando Alvarado apoderarse en esta tierra y tomar por allí la entrada en ella para poseer lo demás, estando el mariscal en una cibdad que tenía poblada en nombre de Vuestra Majestad, con ciertos españoles, pospuestos todos los medios que con él había tratado que le parecía convenibles para que cesasen escándalos, mueve Alvarado ejército de trescientos hombres de pie y de caballo, bien armados y apercibidos, y viénese á la cibdad para se apoderar de ella á su voluntad, y llegó á ponerse junto á ella, encima de un cerro; y como el mariscal fué avisado de su venida y que quería prenderlo, para defenderse dél y estorbar que no efectuase su propósito, pues tanto era Vuestra Majestad dello servido, apercibió su gente lo mejor que pudo y, teniendo delante los ojos el servicio de Dios y de Vuestra Majestad, y la paz y sosiego de los cristianos que con él estaban, usó con Alvarado todos los medios que le pareció más convenientes para aseguralle; y fué Nuesto Señor servido que en aquella hora le convenciese para que se quisiese aposentar cerca de la cibdad do él quiso y tuvo por bien, y que darían orden entrellos; y viendo el mariscal que los españoles de amas partes estaban tan alterados, creyendo que no cesarían aquellos movimientos, porque estaba la cosa en tanta discordia que pensaba perderse, sintiendo los daños que se podían seguir en la tierra y temiendo la muerte de cristianos que se podían ofrecer, si no se buscaban medios por do hobiese paz, y se estorbasen, propuso con Alvarado los mejores que pudo, y después de haberlos mirado y platicado en ellos y que no podía por aquella via convencerle para que se dejase del interese que parecía traer, parecióle al mariscal que con cobdicia de dineros podía ganar con él la quietud que él deseaba

que hobiese en la tierra, y plugo á Nuestro Señor que, como esto le puso delante, de asosegalle y ponelle en razón, y que se concluyese allí la paz porque le prometió que le daríamos por el armada que traía, que no vale treinta mill castellanos de oro, cient mill; como esto y lo demás Vuestra Majestad había sabido por la relación que de todo el mariscal hizo desde Sant Miguel, que yo aquí no digo por no dar á Vuestra Ma jestad importunidad con más larga escriptura, y, puesto que nos cuesta todo lo que hemos ganado en servicio de Vuestra Majestad, por tener toda concordia y mejor poder servir, he dado y doy infinitas gracias á Nuestro Señor, y he habido mucha alegría en fenecer cosa que tanta revuelta y alteración había puesto en este reino, acabado sin muerte ni daño de españoles, y con tanta paz; y porque confío en Dios que con su ayuda y favor en la buena ventura de Vuestra Majestad se des cubrirá con los navíos por esta Mar del Sur otro nuevo reino, como lo pongo por obra, de do se tenga de mí por muy servido; y ansí vino Alvarado y el mariscal en mucha conformidad á esta provincia de Pachacama á verse conmigo, do recibió sus dineros y lo despaché con toda brevedad y lo envié á su gobernación de Guatemala en un navío porque así me pareció que convenía al servicio de Vuestra Majestad; y hecho esto, voy al Cuzco á reformar aquel pueblo y ver toda la tierra para hacer relación verdadera á Vuestra Majestad, por vista de ojos.

En la provincia de Quito tengo fundadas, en nombre de Vuestra Majestad, la cibdad de Santiago y la villa de Sant Francisco, y se fundarán todos los otros pueblos que ser pudiere, porque es muy buena tierra y donde tengo por cierto que Dios y Vuestra Majestad serán muy servidos; y aunque los indios desta provincia es mucha gente y muy belicosa y ha habido grandes recuentros, ha sido Nuestro Señor ser vido que la mayor parte della esté pacífica y debajo de la obediencia de Vuestra Majestad, sin que haya habido muerte de españoles.

En esta costa de la Mar del Sur, en la provincia de Santa, he po blado en nombre de Vuestra Majestad la villa de Trujillo, en parte que será uno de los frescos y honrados y provechosos y bien poblado y proveído de las cosas necesarias para la población y sustentación del que hay poblado en esta tierra, porque tiene buen puerto cerca del y está en comarca que hay muy ricas minas de oro, y en parte que pue den servir en él los indios de la sierra y los de los llanos sin trabajo. Plega á Nuestro Señor se haya fecho en tan buena hora, que reciba des

ta villa Vuestra Majestad el servicio que yo deseo hacer; y á la provincia de Puerto Viejo he enviado un capitán para que en nombre de Vuestra Majestad funde en ella una villa, porque es buena tierra.

Con Antonio Navarro, contador en estos reinos, envié á pedir y suplicar á Vuestra Majestad me hiciese merced de proveerme é darme con la gobernación que tengo el Cuzco con todas las provincias y tierras quél señoreaba, por ser esta la cabeza y principal señorío de toda esta tierra y conviene al servicio de Vuestra Majestad que todo se incluya en una gobernación, porque estando apartado el Cuzco desta gobernación, no se puede gobernar ni sostener, como converná al servicio de Vuestra Majestad y al aumento y población della; y como yo lo suplico á Vuestra Majestad lo mande proveer, será muy servido, y yo lo recibiré por galardón de mis trabajos y gastos que he hecho en vuestro real servicio; por lo ganar, como lo tengo ganado y poblado y pacífico y es y será dello Vuestra Majestad muy servido. Muy humildemente suplico á Vuestra Majestad, si no está proveído, lo mande proveer, como yo lo espero, así por lo que he servido como por lo que espero servir y gastar esta poca de vida que me queda en vuestro real servicio; y en todo lo que de mi parte dijere Lope Ydiaquez, criado de Vuestra Majestad, le mande dar entero crédito, porque como persona ante quien ha pasado las cosas de acá, y va á hacerle dellas relación, lo hará con toda verdad.

Ya habrá sabido Vuestra Majestad, cómo don Fernando de Luque, obispo é protector desta gobernación, es fallescido, y el salario que Vuestra Majestad manda dar con este oficio sería excusado, siendo servido que se haga en esta tierra, como se ha hecho en Castilla del Oro, que lo usaban los tenientes de gobernador en cada pueblo, y había buen recaudo en el buen tratamiento de los indios, y acá se puede hacer proveyéndolo Vuestra Majestad, pues también se hará justicia á los indios y excusaría este salario y costa. Nuestro Señor Vuestra Sacra, Católica, Cesárea Majestad guarde y prospere bienaventuradamente con mucha paz y obediencia del universo. Deste pueblo de Pachacama, primero de Enero de mil quinientos treinta y cinco años. De Vuestra Sacra, Católica, Cesárea Majestad, muy humill criado y vasallo que los muy reales pies y manos de Vuestra Majestad beso.-Francisco Pizarro.-(Hay una rúbrica.)

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