Imágenes de páginas
PDF
EPUB

15 de Noviembre de 1535

VII. Carta de Hernando Pizarro al Rey

(Archivo de Indias, Patronato, 1-4-1/16)

Sacra, Católica, Cesárea Majestad:-De Panamá escrebí á Vuestra Majestad cómo por abreviar la jornada me embarcaba en un navío que al tiempo que allí llegué hallé cargado; y aunque tardé tres meses y medio en la navegación, fué tenido por muy buen viaje, porque, á causa de ser invierno, siempre tuve los vientos contrarios; en Túmbez desembarqué y desde allí vine por tierra, y no pude llegar aquí tan breve como quisiera, porque hay algunos despoblados de arenales á donde sin mucha dilación no se puede hallar de comer; y llegué á esta cibdad habrá ocho días, á donde hallé al gobernador y luego procuré que se diese servicio á Vuestra Majestad y helo hallado muy dificultoso, porque todos los más que mejor lo podían hacer son idos; y también ha sido gran estorbo que han escrito de allá que Vuestra Majestad no pedía este servicio, sino que yo me había ofrecido á ello; y esto los ha alborotado mucho y todavía pensara acaballo con ellos, sino que á este tiempo vino nueva del Cuzco que el mariscal Almagro viene á entrarse en él, y por esta causa me ha sido forzado dejar de entender en esto por socorrer á la mayor necesidad; y crea Vuestra Majestad que no es poca, porque no solamente les estorba esto del servicio, mas será causa que, no remediándose, que esta tierra no se pueda conservar. Yo me parto al Cuzco á la mayor priesa que pudiere, á trabajar por atajallo y apaciguallo. Pienso pasar adelante á hablar al mariscal, si quisiere verse conmigo, lo que Vuestra Majestad me manda y procurar lo mejor que yo... ponelle en razón é sosiego; y si esto por esta vía pudiere acabar con él, recogeré luego todo el oro y plata que se pudiere haber para Vuestra Majestad y volverme con ello á esta cibdad, y aquí, con esto y con todo lo demás, me embarcaré y de camino iré recorriendo los pueblos de la costa que están poblados de españoles, adonde acabaré de recoger todo el quinto de Vuestra Majestad y tomaré un poco de oro y plata que tengo embarcado, que será cantidad, según dicen, de quince ó veinte mill castellanos; hallólo un español en una mezchita de su ca

cique; y si las cosas del Cuzco no puedo apaciguallas por el camino que arriba dije, de manera quel mariscal, con la intención que trae, no se meta en el pueblo, yo en ninguna manera pienso salir dél hasta que Vuestra Majestad mande proveer en ello, porque tengo por cierto que en esto será más servido, porque el gobernador está determinado de morir ú no dejar triunfar á nadie de lo que él con tanto trabajo ha conquistado y poblado en servicio de Vuestra Majestad, hasta saber si Vuestra Majestad es más servido de otra cosa. Con la provisión que traje, he estado y estoy muy afrontado, que después de la hecha se puso un aditamento que dice que se entiende que los límites de la gobernación no sean más de doscientas y setenta leguas, por donde ha habido necesidad de no manifestarse, porque sobre si son tantas leguas ó más, no nos alcancemos los unos á los otros. Yo tuve descuido, por haberlo leído ántes que Vuestra Majestad la firmase, porque creí que después de la hecha no se escribiese más en ella. Suplico á Vuestra Majestad mande se provea sobre ello, de manera quel mariscal Almagro no se entremeta en el pueblo del Cuzco, que don Francisco Pizarro, en nombre de Vuestra Majestad, tiene poblado, ni en lo subjeto ni repartido dél. En los alborotos pasados del Cuzco hubo cierto asiento y capitulaciones juradas entre el gobernador y el mariscal Almagro, en quel mariscal promete no entremeterse en el Cuzco ni en ciento y treinta leguas que tiene de término; contra este juramento tiene presos dos vecinos del Cuzco. Suplico á Vuestra Majestad sea servido de mandar en su provisión, para que se cumpla lo capitulado entre ellos, porque desta manera la tierra estará en mucho sosiego y Vuestra Majestad será más servido. No escribe en esto el gobernador, porque tiene jurado de no dar cuenta á Vuestra Majestad los alborotos que entre ellos ha habido, como parescerá por las capitulaciones que yo envío al Consejo de Vuestra Majestad. Al obispo de Panamá hallé aquí de camino para irse en este navío; el gobernador quisiera que no se fuera, para que entendiera en lo que Vuestra Majestad le mandaba, aunque es muy temprano para entender en esta tierra en semejantes negocios, porque, aunque no está acabada de conquistar, ni de los indios conquistados estamos muy sin sospecha, porque con estos bullicios del mariscal se ha querido el cacique principal ausentar y haber seido forzado Juan Pizarro, que está por capitán en el Cuzco, prendelle sin... ida le pudiera asegurar, pondráse en libertad. El gobernador está muy sentido de la venida del obispo, pares

ciéndole que Vuestra Majestad no tiene tan buen concepto de su persona y servicios cuanto ellos merecen, y oyéndole representar los trabajos pasados veinte é seis ó veinte y siete años que ha que sirve en estas par tes, y en esta conquista el maíz que ha traído á cuestas para sostener los enfermos y los días que ha bebido el agua de la mar, paresce que tiene razón, pues dejados servicios aparte, ninguno hay que en lo presente mire con tan buen celo y servicio de Vuestra Majestad, ni para el tratamiento de los indios donde él está son menester religiosos. Suplico á Vuestra Majestad no permita que den al gobernador, en su vejez, desabrimiento, pues sus servicios no los merecen. Vuestra Majestad tenga por cierto que ninguna cosa se dejará por trabajo ni negligencia de hacer para que Vuestra Majestad sea muy bien servido. Vuestra Majestad tiene acá de sus quintos, demás de lo quel contador Antonio Navarro llevó por relación, cincuenta mill castellanos y diez y seis mill marcos de plata. Nuestro Señor la Sacra, Cesárea, Católica persona de Vuestra Majestad guarde y en mayores reinos y señoríos por largos tiempos acresciente, como los vasallos de Vuestra Majestad deseamos. De la cibdad de los Reyes, á quince de Noviembre de mill é quinientos é treinta é cinco años. De Vuestra Sacra, Cesárea, Católica Majestad humill vasallo y criado que los reales pies y manos de Vuestra Majestad besa.--Hernando Pizarro.

5 de Mayo de 1536

VIII.-Carta del tesorero Antonio Téllez de Guzmán al Rey

(Archivo de Indias, 143-3-11)

S. C. C. M.:-Bien creo que V. M. terná sabido cómo el Abdiencia Real de Santo Domingo me mandó, habrá dos años, de parte de V. M., fuese al Perú con provisiones reales á entender en la pacificación de entre los gobernadores y de don Francisco Pizarro y de don Pedro de Alvarado; y plugo á Nuestro Señor que aquí yo me dí gran priesa en la jornada. Cuando llegué á la provincia de Pachacama hallé al gobernador don Francisco Pizarro que había despachado y acabado de embarcar á don Pedro de Alvarado para que se fuese á su gobernación de Guatimala, y asimismo había enviado al mariscal don Diego de Almagro

á la cibdad del Cuzco, á que encomenzase á aparejarse y recoger toda la gente que pudiese para ir en descubrimiento de lo de adelante; quel dicho gobernador iba á reformar la cibdad de Trujillo, y como ya yo no tenía qué hacer al efecto que iba, acordé de me ir al Cuzco por ver de vista de ojos toda la tierra para hacer relación dello á V. M., y en el entretanto que llegué sucedió que le enviaron de acá despaña cierta carta y un traslado abtorizado de una provisión de V. M., en que le hace merced de la gobernación de la provincia llamada Toledo, que se entiende adelante de los confines de la gobernación de Pizarro; y como le tomase la voz en la cibdad del Cuzco y fué cargado de la gente quel adelantado Alvarado había dejado, y se hallasen pobres entre los ricos vecinos del Cuzco y amigos de bullicios aconsejaron al mariscal se alzase con el Cuzco porque les parescía que la cibdad entraba en su gobernación, y aun quél es muy servidor de V. M., parescióle lo mesmo y encomenzóse á ponerlo por obra, y como estuviesen en la cibdad un Juan Pizarro, hermano del gobernador, por capitán general, acordó de ayuntar todos los vecinos del Cuzco para se lo contradecir; de manera que los unos y los otros se ponen armas, y como eran los menos los vecinos del Cuzco y los más ricos, hiciéronse fuertes en una casa que había sido del señor de la tierra, y es defendedera y sobrella se barrearon y artillaron; y estando los de fuera por entralles y los de dentro defendiéndose, á esta sazón llegué yo á la dicha cibdad, y como viese la cosa de tal suerte y que no podía parar en bien ni en cosa que V. M. podía ser servido, porque llevaba camino de perderse toda la tierra, porque estaban en la cibdad del Cuzco, que á romper los cristianos dieran los dichos indios sobre los que quedaban, y vista por mí la dispusición, entremetíme entrellos como juez enviado por V. M., porque yo era ido á entender entre los dos gobernadores susodichos. Díjeles que también venía y se entendían las provisiones que llevaba para entre sus capitanes y gentes, y encomienzo á ponelles graves penas, así á los unos como á los otros, y dí mis pregones y bastaron, que los sostuve á que no viniesen en rompimiento, y en el entretanto vino el gobernador con toda la gente que pudo. Yo le hablé lo que me paresció de parte de V. M., y á la hora se conformó conmigo y asimesmo el mariscal, y hícelos amigos, y después se me salieron de la amistad por malos consejeros; de manera que estaba la cosa á punto de perderse todo. Torné sobrellos con algunos caballeros que andaban como debían en servicio de V. M. y

tornámoslos á hacer muy amigos, y porque no se me tornasen á salir, hicéselo jurar delante de Nuestro Señor para que les diere el amistad y compañía, como V. M. lo manda, mientras la vida les durare, de manera que yo los dejé muy amigos y conformes. Han gastado doscientos mill castellanos en socorrer las gentes que van con el mariscal en lo del descubrimiento de lo de adelante, donde esperamos en Dios que en ventura de V. M., el dicho mariscal y gente ha de descubrir tantas riquezas y tan grandes cosas que todo lo descubierto se tenga en poco, porque después ha escrito el mariscal al gobernador las nuevas de adelante, aunque por relación de indios, las cuales traigo yo por testimonio con todo lo que he escrito y mucho más para representallo á V. M.

Ya la cabsa de no ser yo en la corte de V. M., después que desembarqué, pues vengo no á otra cosa sino hacer relación de todo lo susodicho y de otras cosas que convienen á vuestro real servicio, ha sido porque me tienen mi hacienda en la Casa de la Contratación y no tengo con qué vaya.

Porque suplico á V. M. que con la clemencia que suele rescibir á sus leales vasallos y criados, que bien sirven con ella, sea yo rescibido y asimesmo enviar á mandar á los oficiales de la Casa de la Contratación me den mi hacienda y me la desembaracen, y á los del su real Consejo de las Indias manden tengan memoria de los trabajos y pérdida de hacienda y patrimonio real. Nuestro Señor la S. C. C. M. guarde y prospere bienaventuradamente con mucha paz y obediencia del universo. Desta cibdad de Sevilla, á cinco de Mayo de mill y quinientos y treinta y seis años. De V. S. C. C. M. humil criado y vasallo que sus sacros pies y manos besa.-Antonio Téllez de Guzmán.-(Hay una rubrica).

3 de Septiembre de 1536

IX.-Real cédula á favor de Rodrigo Orgoños

(Archivo de Indias, 109-7-11, libro II, folio 131)

LA REINA. Nuestro gobernador é oficiales de la provincia del Perú.-Antonio de Vergara, en nombre de Rodrigo Orgoños, me hizo relación que bien sabíamos cómo el mariscal don Diego de Almagro,

« AnteriorContinuar »