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"peticion de sus Jefes, con el nombre de "Bravos de Páez," base def "famoso cuerpo que, siempre distinguido en muchas acciones de 64 guerra, mereció mas tarde que se le cambiara su nombre en el de "Vencedor de Boyacá," por su heróica conducta en la batalla de este nombre."-(AUTOBIOGRAFÍA del Jeneral Páez, tomo 1o, capítulo 15, pájina 128).-El LIBERTADOR, por su parte, que nunca economizó lauros al mérito eminente, tan luego como tuvo noticia de la brillante proeza de IRIBÁRREN, ascendióle al grado de primer Comandante, haciéndole reconocer al mismo tiempo como Jefe nato de sus Húsares, y al terminar la campaña de 1817, durante la cual prosiguió sembrando de copiosos laureles su carrera el nuevo Comandante, premióle con el despacho de Coronel vivo y efectivo de caballería; designándole luego con su rejimiento de Húsares para inspeccionar los movi mientos de Morillo que, estrechado por todas partes, ocupaba á Calabozo; y para hostilizar la plaza con hábiles escaramuzas, pero con prohibicion absoluta de comprometer lance alguno formal (1818).— Allí, durante las horas del 12 al 13 de Febrero que permaneció en observacion del enemigo, hostigando sus avanzadas con diestras provocaciones estratéjicas, entró en singular combate con el afamado Brigadier Gorrin, que armado de trabuco, á la cabeza de cien carabineros, saliera á practicar un reconocimiento; y que, siendo burlada la descarga que le hizo de su arma á quema ropa, por la maravillosa destreza del ginete contrario; habria de seguro rendido la vida en aquel lance, al rudo embate de la temible lanza de IRIBÁRREN, á no ser por el momento, invulnerable, el español, guarnecido como llevaba de recia malla el pecho, contra la cual se estrellaba doblegándose impotente el formidable acero.-O ménos precavido, ó mas valiente, salió luego, en pos de Gorrin, el mui nombrado Coronel Návas, con el mismo objeto de reconocer la línea republicana: irritado IRIBÁRREN de que así tan á mansalva se pretendiese cortárseles, arrebató nueva lanza y partió al encuentro de aquel segundo adalid, quien ¡ desgraciado! descargándole su carabina á quema ropa, y tan en vano, cual si la hubiese disparado á un fantasma, segun así era la ajilidad de nuestro Húsar, cayó cadáver al primer bote de lanza del centauro.—Con el intento de forzar la infantería enemiga ó deslizarse á campo abierto, dió luego repetidas cargas á la columna de Gorrin; quien á su vez, léjos de apartarse una línea fuera del radio fortificado de la plaza, resistió firme, tratando por el contrario de provocar astutamente su conocida fogosidad para atraerle á su recinto. Todo en vano. Mas, luego, cuando en la alta noche, fatigado el rejimiento de tanta estéril lucha, reposaba, el sagaz Morillo con cautelosa mesura, envolviendo en lana los cascos de su mui escasa caballería, evacuó en sijilosa fuga la ciudad: si bien, despues de una persecucion desconcertada, alcanzado por nuestros ginetes en la sabana de la "Uriosa" tomaron en lo posible buen desquite los Húsares de IRIBÁRren. Posteriormente en la reñidísima cuanto estéril accion de "Ortiz," cuando ya nuestro ejército, cansado, diezmado, sediento, se retiraba por órden de BOLÍVAR, con el gran dolor de dejar postrado en tierra, y mal herido en el campo enemigo, al célebre Genaro Vázquez, volvió cara IRIBÁRREN, impulsado por un sublime arranque de compañerismo, á salvar á aquel Jefe, ídolo de los valientes; y con imponderable empuje, digno solo de su Arrojo asombroso, rompió como un huracan

las filas enemigas, que replegaron desconcertadas á una altura; rescató con imperturbable rapidez el cuerpo ya casi exánime del Ilustre Coronel, y haciéndole conducir en hombros de sus soldados, incorporose en breve á BOLÍVAR. Pocas horas despues lloraba el ejército, Libertador la pérdida de uno de sus mas esforzados adalides, debiendo este á la heroicidad de IRIBARREN el dulce consuelo de morir entre los suyos. Por estos y otros especiales merecimientos en la desastrosa campaña de 1818, en cuyas acciones principales tomó parte, sobrepujando una vez mas las esperanzas de Páez en la sangrienta de Cojédes, nombróle BOLÍVAR, en Octubre de dicho año, miembro. de la Orden de Libertadores, autorizándole para usar la venera, mientras recibia la estrella. Y por esto, y como compañero, aunque fortuitamente inactivo, de los Héroes de las Queseras del Medio (1819), alcanzó la cruz de dicha órden, que decretó BOLÍVAR á aquellos vencedores !-Bien sentaba esa tan preciada insignia del valor y del honor en el pecho de aquel fuerte, que debia al brillo de entrambas dotes el vivo afecto de su General y el personal aprecio del Libertador, y aún su gratitud; como que no podia olvidar jamas la noble entereza con que en defensa de su autoridad ultrajada se irguió Iribarren en cierta lamentable emergencia, arrostrando el ceño y la cólera de aquel su amigo y Jefe idolatrado....! En el mismo año de 1819 concurrió como vocal á la Junta de guerra que reunió Bolívar para consultar su grande empresa de acometer la campaña redentora de la Nueva Granada, á la que con gran dolor suyo le fué vedado concurrir, por la especialidad del servicio que, en la combinacion general, se confió al Jeneral Páez, quien le retuvo á su lado, y á cuyas órdenes continuó durante el año de 1820 en el Ejército de Apure: y siempre con él, en 1821, al frente de sus Húsares, precedidos, como su,Coronel, de fama legendaria, resplandeció de nuevo su marcial bravura en la gran batalla campal de Carabobo, en la que recogió, como el mas preciado galardon, especiales plácemes del LIBERTADOR, y la singular satisfaccion de haberle escojido este en el mismo campo de batalla para la importantísima comision de perseguir, basta destruirlas, todas las partidas enemigas que emprendieron fuga hácia los Llanos: operacion que ejecutó con todo el celo, actividad y completo éxito que BOLÍVAR mismo habia previsto. "Nuestras tropas, (decia este en carta que despues de la batalla escribia de Valencia al Jeneral Santander el 10 de Julio) las dividí en el campo de batalla: á cortar á Tello, con el Comandanté Héras; y con el Coronel IRIBARREN, á perseguir los dispersos del Llano. Esto último se habrá logrado; lo primero no." ¡Tanto asi con su maravilloso don de gentes, habia conocido el Grande Hombre los subidos quilates de aquel pundonoroso Jefe !— III. Rendida allí la jornada colosal de la independencia, lejos de hacerse pretoriano del Gran Guerrero y Fundador de Colombia, cuyo poder no comprendia ni sabia amar ni glorificar sino como el de Padre y Libertador de la PATRIA, lejos de aficionarse como tantos otros patriotas veteranos á levantar régulos sobre el pavés de sus propias ambiciones, consagróse á fundar con su ejemplo la escuela de respeto á las instituciones que representaban las conquistas de la idea liberal fecundada por la sangre de tantos mártires ilustres. Así, vémosle figurar honrosamente desde 1824 como Comandante general del cuarto Distrito militar de Venezuela, en cuyo cargo prestó servi

cios, en la organizacion y administracion de su Gobierno, sobremanera estimables.--En esta nueva faz de su carrera desplegó dotes de mando que, cónsonos con las ideas de su época y con la índole de los pueblos que gobernaba, le formaron, especialmente en la comarca del Guárico, una halagüeña cuanto bien sentada popularidad, que ha perdurado y aún sobrevive en los Anales de aquellas poblaciones: enérjico para hacer el bien como para estirpar el mal, era amigo y decidido protector del mérito; intransigente con el desórden, irreconciliable con el vicio y el escándalo. Recto, probo y amigo del trabajo, al que en breve tiempo debió una fortuna considerable, era por lo mismo severo con los protervos, y sobre todo ejecutivo en la represion de la vagancia y los delitos. Sublevada en una de sus ausencias de Calabozo, á asuntos del servicio público, la guarnicion de la plaza, y desertándose en masa, acertó á regresar IRRIBAREN justamente cuando acababa de consumarse la rebelion. Con dos asistentes marcha al punto en pos de los fugitivos desertores; logra darles alcance en la Yegüera, á cuatro leguas de Calabozo; hace rendir la guarnicion; la vida al Capitan Jefe de esta; y contramarcha en seguida á su cuartel con los ochenta hombres que la componian.- Bajo su mando reaparecieron en su territorio, sin mas esfuerzo que el calor vivificante de su próvida autoridad, los elementos de riqueza que la guerra habia agotado: reinaba el bienestar en los pueblos; el trabajo, no el poder público, era el guardian del órden; y la paz coronaba los esfuerzos del digno Magistrado con la prosperidad posible despues del largo imperio de una guerra inclemente.-En medio de estas pacíficas tareas civilizadoras con que se esmeraba en consolidar sobre el establecimiento de la moral, la libertad á que habia contribuido á conquistar, llegó á su oido el sordo rumor de aquella amenazante perturbacion política iniciada en Valencia (1826), y que sarcásticamente bautizaron los pueblos con el extravagante vocablo de "Cosiata". Aunque siempre fiel y constante amigo de su antiguo Jefe el Jeneral José Antonio Páez, á quien proclamaban caudillo los refractarios de Valencia, no bien hubo conocido IRRIEÁREN el carácter y las tendencias extralegales de aquellos novadores contra la autoridad constitucional del LIBERTADOR, tomó resueltamente en su jurisdiccion una actitud circunspecta, éspectante, que bien á las claras significaba su opinion. hostil á todo conato de revueltas: en tanto que el Gobierno general de Colombia, haciendo cumplida justicia á la severa rectitud de sus principios y á su lealtad á toda prueba, le honró con su confianza comunicándole á prevencion, órdenes reservadas, por si llegaba á cundir radicalmente en Venezuela aquel movimiento. Mas por fortuna BoLÍVAR, con el solo prestigio de su presencia en Caracas, logró al punto conjurar aquella tempestad, sellando luego con magnánima amnistía los graves errores cometidos, de que el mismo Jeneral Páez oportuna y noblemente tuvo la patriótica inspiracion de abjurar.— Cautivado grandemente el LIBERTADOR por la respetable conducta en aquella crisis, y por el nuevo género de servicios de su antiguo Coronel de Húsares, le elevó en Marzo de 1827 á Jeneral de Brigada, con antigüedad del año precedente. Y este fué el lauro postrero de su jornada¡ Quien creyera que aquella privilejiada naturaleza, petrificada en los combates, no habia de resistir mas que treinta años de gloriosa lucha!-No obstante lo prematuro de su muerte, (28 de

Abril de 1828), dejó ya hijos que hoi veneran su memoria, y que coservándose dignos de ella en medio de la perversion de los tiempos, continuan con honra la noble tradicion de sus patrióticas virtudes.— Dichosos los Libertadores que, como él, descendieron al sepulcro llevando intactas sus sublimes ideas antiguas sobre PATRIA Y LIBERTAD;y puros, inmaculados; y sin mas sangre sobre su conciencia que la dé los tiranos que en buena y leal guerra exterminaron. Dichosos!* Ellos volvieron al seno de la nada creyendo ya próxima y segura la realizacion de los exelsos destinos que habian soñado para la América, al dejarla, como perdurable patrimonio, libre, grande y soberana á su posteridad.

Isla. (LA)-Sitio del Municipio Rastrojos del Distrito Cabudare. Isleta. Sitio de la Parroquia Moroturo del Municipio San Miguel del Distrito Urdaneta.

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J

Jabon.-Páramo de la cordillera de los Andes de Barquisimeto, situado en los límites del Estado Lara con la Seccion Trujillo del Estado de los Andes, á 3.431 metros de altura sobre el nivel del mar.JABON. Sitio del Municipio Humocaro-alto del Distrito Tocuyo.

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Jagüei.-Sitio del Municipio Araure del Distrito Torres.

Javier. (SAN)-Municipio del Distrito San Felipe con 207 casas y 908 habitantes. El año de 1702, siendo Gobernador de Venezuela el Maestre de Campo Don Nicolas Eujenio de Ponte, que habia consultado al rei sobre la conveniencia de sacar los indios de los Llanospara dar estabilidad á las poblaciones que se fundaran, se le despachó por Real cédula fechada en Madrid el 5 de Agosto de dicho año, el permiso para fundar pueblos en los valles de Barquisimeto. En consecuencia se sacaron de los Llanos algunos indios Atures y Masparros y se fundó, junto á la quebrada que llamaban Agua de culebras, un pueblo, en el año de 1710, con el título de San Francisco Javier. Sus fundadores fueron los padres misioneros Frai Marcelino de San Vicente y Frai Pedro Alcalá con 216 indios de las tribus mencionadas, sacados de las márjenes de los rios Guanare y Portugueza.

Javito.-Sitio del Municipio Atarigua del Distrito Tórres.

Jebal.-Sitio del Municipio San Nicolas del Distrito Yaritagua. Jebe. (EL)-Vecindario del Municipio Catedral del Distrito Barquisimeto.

Jiménez. (JENERAL FLORENCIO)-(Por Norberto Jiménez, hijo). Salvar del olvido la memoria de los hombres beneméritos que consagraron su vida á la libertad del Nuevo Mundo, es deber de gratitud para quienes disfrutan hoi la obra de sus heróicos sacrificios; y falta de patriotismo seria, dejar indiferentes que el tiempo borrase preclaros nombres que otros pueblos ensalzaran agradecidos por el preciado don de su independencia y libertad.-Hoi que se prepara en Venezuela la apoteósis del fundador de cinco Repúblicas, para la cual se

exhibirá, como una ofrenda á sus manes gloriosos, los productos de todo généro que el privilejiado suelo, la industria y el injénio puedan mostrar, despues de quince lustros de emancipación política: hoi que Venezuela se dispone á rendir á su Héroe el culto centenario de su admiracion y gratitud, séanos permitido llevar tambien nuestro óbolo á los altares del Gran dia, publicando el esbozo biográfico del Jeneral Florencio Jiménez campeon incansable de la magna lucha, idólatra de las glorias del Padre de la Patria que son tambien las de Venezuela, y fiel á su memoria aún por sobre la tumba de Santa Marta. Aunque humilde la ofrenda la considéramos de buena lei, como que es un tributo de justicia al mérito de uno de los obreros de la hoi libre nacionalidad Sur-americana.-Son fuentes de nuestra narracion las tradiciones de familia, los documentos que conservamos y la historia.-El Jeneral Florencio Jiménez nació el 3 de Agosto de 1789 en la entónces Villa de Quíbor, situada á intermedios del Tocuyo y Barquisimeto, en la seccion de la República denominada hoi "Esta do Lara" perteneciente en esa época á la Provincia de Carácas. Fueron sus lejítimos padres el señor Martin Jiménez y la señora María de Jesus Sandoval, naturales de Quíbor.-Esta era ya para ese tiempo una parroquia, aunque contaba pocos buenos edificios y una escasa poblacion; situada en el mismo sitio que ocupa hoi á orillas de una quebrada ó riachuelo siempre seco, éste, sin mas vejetacion notable á sus márjenes que algunas ceibas, entre las cuales descuella la hermosa Ceiba histórica, cuya gruta fué objeto de poéticas leyendas creadas por la sencilla imajinacion de los primeros pobladores.-En esos sitios, que comenzaba á surcar el arado y á recorrer los escasos rebaños de algunos colonos acomodados, se trascurrieron los primeros años del futuro Jeneral Jiménez, en las faenas de la agricultura y de la cria en que se ocupaba con su padre y hermanos, estraño todavía á las ideas de libertad, cuyo bautismo no habia recibido aún el suelo americano con la sangre de sus primeros mártires.-Si álguien hubiera previsto en esa época la conmocion que cambió las condiciones políticas de Costa-firme, habria visto en el jóven Jiménez un defensor de la causa española; pues era mui natural para la generalidad de los americanos, su adhesion á las únicas instituciones aceptabies, merced á las costumbres y supersticiones de la época. Pero si la influencia de las tradiciones y las creencias pudo obrar en el ánimo de alguno de sus hermanos, (*) que sirvió con mérito en las filas realistas, jamás llegó á impresionar su corazon, desvaneciendo el entusiasmo que le inspiraron los primeros movimientos en favor de la emancipacion de Venezuela. Carecia de la ilustracion del talento, pero tenia la del carácter, formado por su misma naturaleza en la escuela de los nobles instintos: por eso, el primer grito de libertad halló eco vibrante en su corazon.-Aunque nuestro protagonista no sirvió en la primera expedicion que condujo á Coro el señor Marques del Toro, despues de los acontecimientos del 19 de Abril de 1810, quedó marcado sinembargo como partidario de la Revolucion, en su propio pueblo ; pues ⚫le fuera imposible disimular su exaltada adhesion á la nueva causa cuyos principios sorprendian vivamente su espíritu.--Creció de punto su entusiasmo, cuando los combates que se siguieron á la proclama

(*) Marcos Jiménez, Capitan de caballería española.

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