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se restituyeran á sus casas con el seguro del perdon, y se publicó un bando (2 de octubre), imponiendo pena de muerte á los catalanes que injuriasen á los castellanos, y á los castellanos que trataran mal á los catalanes. De alli á poco tiempo el duque de Berwick partió para venir á la córte (28 de octubre, 1714), donde fué recibido con general aplauso.

Asi terminó en Cataluña despues de trece años de sangrienta lucha la famosa guerra de sucesion, una de las mas pertinaces y terribles que se registran en los anales de los pueblos. Costóles la pérdida de sus fueros, estableciéndose desde entonces en el Principado un gobierno en lo civil y económico acomodado en su mayor parte á las leyes de Castilla, lo cual dió márgen á nuevos sucesos de que darémos cuenta después. La resistencia de Barcelona fué comparada á la de Sagunto y Numancia por los mismos escritores de aquel tiempo mas declarados contra la rebelion. La suerte de Cataluña causó compasion, bien que compasion ya estéril, al rey y al pueblo inglés; y el emperador, por cuya causa habia sufrido aquel pais tantas calamidades, se lamentaba de las desgracias de sus pobres catalanes, como él los llamaba, y cuyo ilimitado amor á su persona reconocia. Quejábase amargamente, en carta que escribia al general Stanhope, de la imposibilidad en que se hallaba de socorrerlos, y de que quererlos amparar seria consumar su ruina.

CAPITULO X.

LA PRINCESA DE LOS URSINOS.

ALBERONI.

De 1714 1718.

Muerte de la reina de Inglaterra.-Advenimiento de Jorge I.-Muerte de la reina de España.-Sentimiento público.-Afliccion del rey. -Confianza y proteccion que sigue dispensando á la princesa de los Ursinos.-Mudanzas en el gobierno por influjo de la princesa.Entorpece la conclusion de los tratados, y por qué.—Tratado de paz entre España y Holanda.-Disidencias con Roma: Macanaz.Resuelve Felipe pasar á segundas nupcias.-Parte que en ello tuvieron la de los Ursinos y Alberoni.-Venida de la nueva reina Isabel Farnesio.-Brusca y violenta despedida de la princesa de los Ursinos.-Cómo pasó el resto de su vida.-Nuevas influencias en la córte.-El cardenal Giúdice.-Variacion en el gobierno.-Tratado de paz entre España y Portugal.-Muerte de Luis XIV.—Advenimiento de Luis XV.-Regencia del duque de Orleans.-Conducta de Felipe V. con motivo de este suceso.-Carácter de Isabel Farnesio de Parma.-Historia y retrato de su confidente Alberoni.-Su autoridad y manejo en los negocios públicos.-Aspira á la púrpura de cardenal.-Su artificiosa conducta con el pontifice para alcanzarlo. Obtiene el capelo.-Entretiene mañosamente á todas las potencias. Envia una espedicion contra Cerdeña, y se apoderan los españoles de aquella isla.-Hace nuevos armamentos en España.-Resentimiento del pontífice contra Alberoni, y sus consecuencias. Recelos y temores de las grandes potencias por los

preparativos de España.-Ministros de Inglaterra y Francia en Madrid. Astuta política del cardenal.-Alianza entre Inglaterra, Francia y el Imperio.-Armada inglesa contra España.-Firme resolucion de Alberoni.-Sorprende y asombra á toda Europa haciendo salir del puerto de Barcelona una poderosa escuadra española con grande ejército.

Habíase señalado el año 1744 por algunas defunciones de personas reales, que no podian menos de influir en las relaciones y negocios á la sazon pendientes entre los estados de Europa. Tales fueron, en España la de la reina María Luisa de Saboya (14 de febrero); en Francia la del duque de Berry, nieto de Luis XIV. y hermano del rey Felipe de España (4 de mayo); y en Inglaterra la de la reina Ana (20 de julio), que llevó al trono de la Gran Bretaña, con arreglo á los tratados de Utrecht, á Jorge I., de la casa de Hannover, quedando asi de todo punto desvanecidas las esperanzas del rey Jacobo, en otro tiempo con tanto interés y empeño protegido por Luis XIV., y subiendo al poder en aquel reino el partido whig, que era el que con mas calor se habia pronunciado por aquella dinastía.

Pero lo que causó honda pena y verdadera amargura al rey y á la nacion española, y fué causa de las novedades que irémos viendo, fué la muerte de la reina, cuya salud y débil constitucion habian estado minando tiempo hacía los viages, los trabajos y los desabrimientos. El pueblo que la amaba y respetaba

por sus virtudes, la lloró sinceramente. El rey, que la habia amado siempre con delirio, y que perdía con ella, no solo una esposa fiel, cariñosa y tierna, sino al mas hábil de sus consejeros, se mostró inconsolable, y no teniendo valor para vivir bajo el mismo techo en que habia morado con tan dulce compañera, se pasó á habitar las casas del duque de Medinaceli en la calle del Prado ("). No acabó con la muerte de la reina la influencia de la princesa de los Ursinos; antes bien fué la única persona que en aquellos momentos de afliccion quiso el rey tener cerca de sí; y como el palacio de Medinaceli fuese bastante estrecho para acomodar en él la servidumbre, diósele á la princesa habitacion en el contig uo convento de capuchinos, trasladando interinamente los religiosos á otro convento, y abriendo en el edificio una puerta y galería de comunicacion con la vivienda del monarca para que pudiera la princesa pasar á ella mas fácilmente y sin publicidad. Conservaba tambien en palacio el carácter de aya del príncipe y de los infantes.

(1) Todos los escritores de aquel tiempo ensalzan á coro la bondad, la amabilidad, el talento y las virtudes de esta jóven y malograda reina. «De las heróicas acciones de esta gran reina, dice uno de ellos, se puede hacer un voluminoso libro..... El amor que mostró á los vasallos no tiene ponderacion; de suerte que á los ministros en quienes coufiaba mas el rey solia decir, que jamás le propusieran que diera un dinero sin

necesidad, porque todo salia de los pobres pueblos, que habian dado hasta las camisas para los gastos de la guerra, y que saliendo todo de ellos pensasen solo en su alivio, y no en cargarlos con contribuciones..... etc.» Y por este órden elogian todos sus muchas y buenas prendas.-Oracion fúnebre en las exequias que le hizo el convento de la Encarnacion, por fray Agustin Castejon, en 29 de mayo de 1744.

De esta proporcion y comodidad supo aprovecharse la de los Ursinos con su acostumbrada habilidad y talento para ejercer un influjo poderoso en el ánimo de su soberano. Desde luego le hizo retirar los poderes de que tres dias antes habia investido al cardenal Giúdice, que acababa de ser elevado al cargo. de inquisidor general, y confiar el despacho de los negocios á Orri, el hombre de mayor confianza de la princesa. Por inspiracion de los dos accedió el rey á hacer mudanzas en el sistema y en el personal de la administracion del Estado. Embarazábales la grande autoridad del presidente de Castilla don Francisco Ronquillo, y su gobierno se dividió entre cinco presidentes, uno para cada sala del Consejo, y se pusieron todos bajo una planta semejante á la que tenia n los parlamentos y consejos en Francia (1).

(4) El infatigable y fecundo Macanaz dejó escritas muchas y muy curiosas é interesantes noticias acerca de la nueva planta que dió Orri á los consejos y tribunales, en un tomo en folio manuscrito de mas de seiscientas páginas, con el título de: «Miscelánea de materias políticas, gobernativas, juridicas y contenciosas de la monarquia de España: contiene las reformas que ejecutó, y otras que intentó monsieur Orri en todos los Consejos; y de todo el gobierno de la monarquía en todas materias.-En la pág. 87 pone el catálogo nominal de los consejeros de Castilla, y su division en las cinco salas, de Consejo pleno, de Gobierno, de Justicia, de Provin

cia y Criminal. Inserta despues otra relacion nominal de los alcaldes de casa y córte; otra de las secretarías y sus oficiales, con los sueldos de cada uno: da noticia de las materias en que entendia cada Consejo y cada sala, horas de cada tribunal, etc. así como de los dictámenes que él dió á las consultas del rey acerca de su organizacion, y de las diferencias entre su sistema y el de Orri, que prevaleció, con otros muchos pormenores, en que á nosotros no nos es posible entrar.-Pertenece este importante volúmen á los descendientes de Macanaz, á que en otra nota nos hemos referido.Gaceta de Madrid de 14 de noviembre de 1743.

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