MEMORIA SOBRE LA GUERRA DEL REINO DE GRANADA, Y LOS TRATOS Y CONCIERTOS QUE PRECEDIERON A LAS CAPITULACIONES DE LA CIUDAD, LEIDA EN LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA POR EL EXCMO. SR. DON ANTONIO BENAVIDES, INDIVIDUO DE NÚMERO; EN LOS DIAS 22 Y 28 DE MARZO DE 1845. MEMORIA SOBRB LA GUERRA DEL REINO DE GRANADA, Y LOS TRATOS Y CONCIERTOS QUE PRECEDIERON Á LAS CAPITULACIONES DE LA CIUDAD. La a guerra que los Reyes Católicos D. Fernando V y Doña Isabel emprendieron, y á la cual dieron feliz cima á fines del siglo XV, es uno de los mas notables acontecimientos de los tiempos modernos. Muy grande era el interés que tenian los españoles en redondear su territorio, lanzando de una vez para siempre las huestes guerreras de Mohamed, con las que habian mantenido dura y porfiada contienda el espacio de siete siglos. Añadíase tambien el ánimo que á los cristianos infundian la lozania y vigor con que se ostentaba dueña de casi toda la España la poderosa monarquia, hasta aquellos momentos dividida en estados independientes, y las mas veces en abierta lucha. Turbado tambien el fiero continente de los moros, andaban temerosos, presintiendo la dura suerte que les amagaba, y aguardando el momento en que el poder de los Reyes de España se ensañase contra su vacilante imperio, señalándole el dia, la hora y aun el instante final de su existencia. La guerra de Granada no tenia solo por objeto aumentar el territorio en sanchando los límites de la nacion cristiana hasta sus naturales confines; eran las principales miras de aquellos piadosos soberanos dar nuevo lustre á las armas de la fé, pregonando por todas partes las excelencias de la religion cristiana; vencer á sus enemigos y proclamar la unidad católica, si posible fuera, en todo el orbe, como vínculo de órden, como principio de obediencia, como elemento civilizador y base firmísima de autoridad y de gobierno. Las sociedades modernas nacieron al pie de la cruz; y esta enseña de la fé apareció en España victoriosa, en los mismos momentos en que un nuevo mundo, salia como por encanto del fondo de los mares para adorar y venerar, desde el Ohio hasta la tierra del fuego, el estandarte que poco despues debia triunfar en Otumba y en Lepanto. Pero no fueron las que aqui ligeramente hemos mencionado, las únicas consecuencias que se derivaron de la guerra y conquista del último reino, que en España poseian los árabes: otras, y de mucha gravedad, tendremos lugar de apreciar en el curso de este trabajo, dirigido á referir, aunque muy sucintamente, la historia de aquella guerra, los trances de índole diversa que tuvieron lugar, y los trabajos, conferencias, dádivas y promesas que precedieron á las capitulaciones de la ciudad; punto este último apenas tratado por nuestros historiadores, si bien aunque de vez en cuando apuntado por aquellos hombres, que han dejado á la posteridad muchas obras de relevante mérito. La guerra de Granada ofrece un cuadro que admirar, ya por lo variado de sus colores, ya por la importancia de su objeto, y tambien por sus numerosos é interesantes episodios. El valor en su punto; la estratagema llevada al extremo; hazañas increibles por una parte, no menores por la otra. Tan pronto el marqués de Cádiz se apodera de Alhama, escalando su reducida hueste la muralla, como el rey de Granada el viejo derrota en la Axarquia un crecido número de campeadores, la flor y nata del ejército cristiano: ya cautivan los castellanos al rey Chico; ya se disputan las tristes ruinas del imperio derruido de los califas tres competidores; ya el pueblo, como de ordinario acontece, de condicion mudable y de natural fiero, persigue en su ira hoy al que ayer ensalzó y puso sobre su cabeza: escaramuzas, duelos, batallas singulares, trovas de amor, galanteos, hé aqui la guerra de los diez años, la conquista de todo el reino de Granada; que algun escritor moderno, confundiendo la ciudad con el reino, compara el cerco de aquella al célebre cerco de la antigua ciudad de Troya. |