Obras, Volumen1M. Rivadeneyra, 1864 |
Dentro del libro
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... A este li- belo infamatorio aludió en su prólogo con una moderacion ejemplar . A la nota de viejo con- testa que no estuvo en su mano detener el tiempo , y que no se escribia con las canas , sino con el entendimiento , el cual suele ...
... A este li- belo infamatorio aludió en su prólogo con una moderacion ejemplar . A la nota de viejo con- testa que no estuvo en su mano detener el tiempo , y que no se escribia con las canas , sino con el entendimiento , el cual suele ...
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... á la red invisible poco temo , Y el rigor de la flecha no me espanta : Por esto soy llegado à tal extremo , A tanto daño , á desventura tanta , Que tengo por mi gloria y mi sosiego La saeta , la red , el lazo , el fuego . Esto cantaba ...
... á la red invisible poco temo , Y el rigor de la flecha no me espanta : Por esto soy llegado à tal extremo , A tanto daño , á desventura tanta , Que tengo por mi gloria y mi sosiego La saeta , la red , el lazo , el fuego . Esto cantaba ...
Página 18
... á tan poca costa quedar en deuda con alguno . A esta sazon , sin que él tuviese lugar de responderme , llegó Eleuco el mayoral , y dijo con voz alta : Ea , gallardos pastores y hermosas pasto- ras , haced que sientan en el aldea nuestra ...
... á tan poca costa quedar en deuda con alguno . A esta sazon , sin que él tuviese lugar de responderme , llegó Eleuco el mayoral , y dijo con voz alta : Ea , gallardos pastores y hermosas pasto- ras , haced que sientan en el aldea nuestra ...
Página 21
... á esta causa , Galatea , por ver si podria en algo divertirla , le rogó que , puesta aparte un poco la melancolía , fuese servida de cantar algunos versos al son de la zampoña de Florisa . A esto respondió Teolinda : Si la mucha causa ...
... á esta causa , Galatea , por ver si podria en algo divertirla , le rogó que , puesta aparte un poco la melancolía , fuese servida de cantar algunos versos al son de la zampoña de Florisa . A esto respondió Teolinda : Si la mucha causa ...
Página 22
... à fe tan pura Destierran el dolor , traen el contento . D. Dichoso Tirsi , Tirsi con ventura , De la cual goces siglos prolongados En amoroso gusto , en paz segura : Yo , a quien los cortos implacables hados Trujeron a un estado tan ...
... à fe tan pura Destierran el dolor , traen el contento . D. Dichoso Tirsi , Tirsi con ventura , De la cual goces siglos prolongados En amoroso gusto , en paz segura : Yo , a quien los cortos implacables hados Trujeron a un estado tan ...
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Términos y frases comunes
acabó adonde agora aldea alegre alma amigo amor andantes aposento Artidoro asno buena caballero caballeros andantes caballo Camila cantar Cardenio CERVANTES cielo comenzó contento Cornelia criado cura Damon debia decia decir dejó dellos desdichado deseo despues destas diciendo digo dijo dió discreto doncella Dulcinea del Toboso duque Elicio enamorado Erastro esperanza esposa estaba Florisa fuese Galatea Gelasia Grisaldo gusto habeis habia halló hermano hermosa hermosura hicieron hijo honestidad honra Isabela jamas jitana lágrimas Lenio Leocadia Leonisa llamaba llegó llevar Lotario luego manera mano Marco Antonio mira Monipodio mozo muerte mundo Nápoles Nísida noche ñora oido ojos padres parece pasar pastores pecho pensaba poco podia podria Preciosa pudo puesto puso quedó queria quiero Quijote quiso quitar razones recebir replicó Ricaredo Rocinante rogó rostro saber salir Sancho Panza Silena Silerio tambien tengo tenia Teodosia Teolinda Timbrio Tirsi traia tuvo venía ventura verdad vino vió visto volvió vuesa merced zampoña
Pasajes populares
Página 262 - ... habiendo y debiendo ser los historiadores puntuales, verdaderos y no nada apasionados, y que ni el interés ni el miedo, el rancor ni la afición, no les hagan torcer del camino de la verdad, cuya madre es la historia, émula del tiempo, depósito de las acciones, testigo de lo pasado, ejemplo y aviso de lo presente, advertencia de lo por venir.
Página 285 - Sancho amigo, has de saber que yo nací por querer del cielo en esta nuestra edad de hierro para resucitar en ella la de oro, ó la dorada como suele llamarse : yo soy aquel para quien están guardados los peligros, las grandes hazañas, los valerosos hechos...
Página 265 - ... -¡Dichosa edad y siglos dichosos aquellos a quien los antiguos pusieron nombre de dorados; y no porque en ellos el oro, que en esta nuestra edad de hierro tanto se estima, se alcanzase en aquella venturosa sin fatiga alguna, sino porque entonces los que en ella vivían ignoraban estas dos palabras de tuyo y mío.
Página 265 - ¡Entonces sí que andaban las simples y hermosas zagalejas de valle en valle y de otero en otero, en trenza y en cabello, sin más vestidos de aquellos que eran menester para cubrir honestamente lo que la honestidad quiere y ha querido siempre que se cubra!
Página 241 - Muchas veces tomé la pluma para escribille, y muchas la dejé, por no saber lo que escribiría; y, estando una suspenso, con el papel delante, la pluma en la oreja, el codo en el bufete y la mano en la mejilla...
Página 247 - La razón de la sinrazón que a mi razón se hace, de tal manera mi razón enflaquece, que con razón me quejo de la vuestra fermosura. Y también cuando leía: [...] los altos cielos que de vuestra divinidad divinamente con las estrellas os fortifican y os hacen merecedora del merecimiento que merece la vuestra grandeza.
Página 241 - El sosiego, el lugar apacible, la amenidad de los campos, la serenidad de los cielos, el murmurar de las fuentes, la quietud del espíritu, son grande parte para que las musas más estériles se muestren fecundas y ofrezcan partos al mundo que le colmen de maravilla y de contento.
Página 247 - En efecto, rematado ya su juicio, vino a dar en el más extraño pensamiento que jamás dio loco en el mundo, y fue que le pareció convenible y necesario, así para el aumento de su honra, como para el servicio de su república, hacerse caballero andante, y irse por todo el mundo con sus armas y caballo a buscar las aventuras, ya ejercitarse en todo aquello que él había leído que los caballeros andantes se ejercitaban, deshaciendo todo género de agravio, y poniéndose en ocasiones y peligros...
Página 259 - Pero él iba tan puesto en que eran gigantes, que ni oía las voces de su escudero Sancho, ni echaba de ver, aunque estaba ya bien cerca, lo que eran; antes iba diciendo en voces altas: — Non fuyades, cobardes y viles criaturas, que un solo caballero es el que os acomete.
Página 223 - ... los cuentos unos encierran y tienen la gracia en ellos mismos, otros en el modo de contarlos: quiero decir, que algunos hay, que aunque se cuenten sin preámbulos y ornamentos de palabras, dan contento; otros hay , que es menester vestirlos de palabras, y con demostraciones del rostro de las manos, y con mudar la voz se hacen algo de nonada, y de flojos y desmayados se vuelven agudos y gustosos; y no se te olvide este advertimiento para aprovecharte dél en lo que te queda por decir.