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El Cardenal Patrizi, Vicario de Su Santidad, y Obispo de Porto y Santa Rufina.

Mons. José Saint-Alemany, Arzobispo de San Francisco (California).

Mons. Luis Natoli, Arzobispo de Messina.
Mons. José Dusmet, Arzobispo de Catania.

Mons. Rivet, Obispo de Dijon.

Mons. Juan Ranolder, Obispo de Veszprin (Hungría). Mons. Bernardo Conde y Corral, Obispo de Zamora (España).

Mons. Pedro Celesia, Obispo de Patti (Italia).

Se levantó la sesion á la una y media.

Antes de separarse los Padres, se les anunció que la siguiente Congregacion se celebraria el 17 de mayo, y que el dia 16 iria el Padre Santo, á las diez y media de la mañana, á la iglesia de Nuestra Señora de los Angeles para hacer la distribucion de las medallas á los espositores premiados en la esposicion romana. Los Padres que con su presencia quisieran honrar esta ceremonia, deberian ir en traje de coro.

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Celebró la misa Mons. Furstenberg, Arzobispo de Olmutz.

Dijo las preces el Cardenal De Angelis.

Mons. Dechamps, Arzobispo de Malinas, habló en nombre de la Diputacion De Fide, respondiendo á las objeciones hechas en la última Congregacion.

Despues usaron de la palabra:

Mons. Agustin David, Obispo de Saint-Brieuc.

Mons. Juan Bautista Greith, Obispo de Saint-Gall.
Mons. Héfélé, Obispo de Rottenburgo.

El Cardenal presidente anunció el fallecimiento de Mons. Cardoso Aires, Obispo de Olinda, ocurrida el sábado 14 de mayo último. Recordó sus virtudes, y le recomendó á los sufragios de los Padres.

En el mismo dia 17 de mayo se dejó en el domicilio de cada Padre, sin saber por quién, en un pliego cerrado con este epígrafe: Solis Episcopis, un folleto anónimo, compuesto de quince páginas, dividido en tres cuestiones, que forman otros tantos casos de conciencia para los Obispos.

1. Un Obispo, ¿puede sin pecar gravemente cooperar con su voto al decreto en que se defina como dogma de fe católica la infalibilidad personal é independiente del Romano Pontífice, antes de haber adquirido ante Dios, en la sinceridad de su conciencia, la verdadera y plena certidumbre de que esta doctrina ha sido revelada, y que siempre y en todas partes como tal se ha trasmitido y difundido en la Iglesia?

2. ¿Cómo y de qué manera puede formarse este juicio cierto para dar un voto afirmativo sobre la cuestion propuesta con completa seguridad de conciencia? 3. ¿Cómo ha de conducirse el Obispo despues de haber examinado detenidamente la cuestion?

En resúmen: el autor del nuevo caso de conciencia no hace nada menos que proponer á cada uno de los miembros del Concilio el estudio de todos los Padres, de todos los monumentos de la tradicion, de todas las controversias, de todos los tratados de teología, etc.; es decir, un trabajo de muchos años, ó, mejor dicho, un trabajo imposible, sin el cual se atreve á decir el autor que no se puede con seguridad de conciencia, y sin cometer

un pecado grave, emitir un voto afirmativo sobre la cuestion de infalibilidad. La Revista del Mundo Católico, tomo Ix, pág. 766, califica al folleto de odioso y miserable, afirmando que no encuentra otras palabras para calificar un trabajo escrito en mal latin, y peor razonado en teología.

La Civiltà Cattolica de Roma, núm. 487, de 2 de julio de 1870, ha hecho una refutacion contundente y vigorosa del célebre caso de conciencia.

LIII CONGREGACION GENERAL.

18 de mayo de 1870.

Celebró la misa Mons. Meliton Martinez, Arzobispo de Manila (1).

Dijo las preces el Cardenal De Angelis.

Mons. Manuel García Gil, Arzobispo de Zaragoza, contestó en nombre de la Diputacion De Fide à las objeciones y á las observaciones presentadas en la Congregacion precedente. La Revista del Mundo católico, tomo II, pág. 766, dice que lo hizo con un vigor y una erudicion dignos de la reputacion de que goza en España. Il la fit avec une vigueur et une erudition dignes de la reputation dont-il jouit en Espagne.

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Hablaron los oradores siguientes:

El Cardenal príncipe de Schwartzenberg, Arzobispo de Praga.

Mons. Donnet, Cardenal Arzobispo de Burdeos.

Mons. Héfélé leyó en nombre del Cardenal Rauscher, Arzobispo de Viena.

(1) Incurre en error la Revista del Mundo Católico al decir en el tomo ix, pág. 766, que celebró la misa el Arzobispo de Malinas.

Se levantó la sesion á la una y media, y se señaló el dia 19 para la siguiente.

LIV CONGREGACION GENERAL.

19 de mayo de 1870.

Celebró la misa Mons. Alejandro Franchi, Arzobispo de Tesalónica y Nuncio en Madrid.

Dijo las preces el Cardenal De Angelis.

Abierta discusion, hablaron los oradores siguientes: El Cardenal Pablo Cullen, Arzobispo de Dublin, cuyo discurso duró dos horas.

El Cardenal Juan Ignacio Moreno, Arzobispo de Valladolid.

Mons. Gregorio José, Patriarca de Antioquía, del rito greco-melquita.

Se levantó la sesion á la una.

LV CONGREGACION GENERAL.

20 de mayo de 1870.

Celebró la misa Mons. Loza, Arzobispo de Guadajara (América).

Dijo las preces el Cardenal De Angelis.

Continuó la discusion del schema De Romano Pon

tifice.

Hablaron los oradores siguientes:

Mons. Juan Simor, Arzobispo de Strigonia ó Gran (Hungría).

Mons. Juan Mac-Hale, Arzobispo de Tuam (Irlanda).
Mons. Espiridion Maddalena, Arzobispo de Corfú.

Mons. Jorge Darboy, Arzobispo de Paris.

Se levantó la sesion á la una menos diez minutos.

LVI CONGREGACION GENERAL.

21 de mayo de 1870.

Dijo la misa Mons. Francisco Emilio Cugini, Arzobispo de Módena.

Dijo las preces el Cardenal De Angelis.

Mons. Leahy, Arzobispo de Cashel (Irlanda), dió algunas esplicaciones en nombre de la Diputacion De Fide. En seguida hablaron los oradores siguientes: Mons. Andrés Ræss, Obispo de Strasburgo. Mons. Pedro Pablo Trucchi, Obispo de Forli. Mons. Francisco Petagna, Obispo de Castellamare. Se levantó la sesion á la una y media, anunciándose la siguiente para el dia 23.

LVII CONGREGACION GENERAL.

23 de mayo de 1870.

Celebró la misa Mons. Víctor Félix Bernardon, Arzobispo de Sens.

Dijo las preces el Cardenal De Angelis.

Mons. Antonio Hassoun, Patriarca de Cilicia, respondió, en nombre de la Comision De Fide, á muchos oradores de las reuniones anteriores, y particularmente á Mons. Gregorio Jussef, Patriarca de los greco-melquitas.

Despues hablaron los oradores siguientes:

Mons. Guillermo Manuel de Ketteler, Obispo de Maguncia.

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