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fesores de la Universidad de Munich, escepto los de la facultad de teología. Estos doctores reproducen las falsedades y los sofismas de los libelos publicados por la oposicion durante la celebracion del Concilio. Su principal argumento es que la Constitucion del 18 de julio no ha reunido la unanimidad moral absolutamente necesaria, dicen, para la definicion de un dogma. Saben demasiado que la unanimidad de los miembros presentes en la sesion pública votó Placet, pero cuentan sin duda como moralmente presentes en esta sesion los cincuenta y cinco Prelados que firmaron la carta del 17 de julio, en la que anunciaban al Padre Santo su resolucion de abstenerse, para no verse en la necesidad de votar Non placet.

La Universidad de Munich ve en esta carta una protesta anticipada contra la Constitucion del 18 de julio, protesta que cree subsiste en cuanto de ella no se retracten de una manera espresa y formal.

Esta interpretacion pone á los Prelados alemanes que firmaron dicha carta en el caso de declarar en términos claros y precisos si se someten á los decretos del Concilio, que es su deber, ó si se niegan á reconocer su validez, como lo ha supuesto la Universidad de Munich. La protesta publicada en la Gaceta de Augsburgo ha sido firmada por los profesores legos y por un desventurado presbítero, M. Mesmer, profesor de arqueología cristiana.

Los Obispos alemanes reunidos en Fulda han publicado una Pastoral colectiva en favor de la infalibilidad.

DATOS OFICIALES DEL GOBIERNO DE FLORENCIA CONTRA LA

INFALIBILIDAD.

El gobierno de Florencia, que da cada dia nuevas y mayores pruebas de su odio á Roma, al Papa y al catolicismo, ha creido llegado el caso de hacer efectiva la amenaza que publicó en la siguiente circular, dirigida á los procuradores generales del reino por el Sr. Pironti, ministro de Gracia y Justicia. Dice así:

«Florencia 30 de setiembre de 1869.-Aproximándose el tiempo para el cual fue convocado en Roma el Concilio ecuménico, algunos Obispos se han dirigido á la autoridad para saber si podrán asistir á él.

»En respuesta á estas preguntas, el gobierno del Rey declara que no pondrá obstáculos á que los Obispos y otros eclesiásticos intervengan en dicha Asamblea.

>Fiel, por otra parte, el gobierno á sus principios de libertad religiosa, hace absoluta y espresa reserva de sus ulteriores resoluciones sobre todo lo que pueda lastimar las leyes del reino y los derechos del Estado.

»S. S. I. comunicará estas disposiciones á los ordinarios comprendidos en ese distrito para su norma y reglas, y acusará á este ministerio el recibo de la presente.-El ministro, Pironti.»

Aun fueron mas esplícitas las amenazas y reservas hechas en la circular de 29 de setiembre de 1869; pero ni entonces ni ahora preveian estos acatólicos que el Concilio definiera la infalibilidad dogmática, mas temida para ellos que toda la doctrina católica. El dogma se definió ¡gloria á Dios! y hé aquí el primer acto oficial del gobierno del Rey escomulgado, que acaba de come

ter en Roma el último atentado de la criminalidad, y cuyo castigo no está lejano:

«Circular reservadísima.

» Florencia 15 de agosto de 1870.-En virtud de las declaraciones manifestadas por el gobierno en circular de 29 de setiembre de 1869, núm. 13,956, cuando estaba para reunirse en Roma el Concilio ecuménico; y teniendo ahora noticia de las resoluciones del mismo sobre la infalibilidad del Romano Pontífice en materias de fe, el que suscribe, sin perjuicio de comunicar las ulteriores determinaciones del gobierno, en cuanto á la publicacion que los Obispos y párrocos quisieran hacer del decreto sobre la Constitucion dogmática de dicha infalibilidad personal, invita á los delegados del gobierno á ejercer la mayor vigilancia, y á proceder, segun los casos, al tenor de lo prevenido en los artículos 268, 269 y 441 del Código penal, siempre que con ocasion de la misma publicacion, ó por comentarios, ó por la ejecucion de dicho decreto, se cometiese alguno de los actos criminales previstos en los mencionados artículos.-Raeli.»

Esta circular, dice la Civiltà Cattolica, núm. 492, pág. 736, pone en evidencia la índole de la libertad y de la independencia que el gobierno de Víctor Manuel quiere garantizar á la Iglesia y al Sumo Pontífice, y hace presentir qué clase de escesos cometerán sus ministros cuando reinen en Roma.

ACTOS OFICIALES DE BAVIERA CONTRA LA INFALIBILIDAD.

A pesar de la gravedad y de la situacion crítica por que está atravesando Europa, hay otros gobiernos que, ademas del de Austria y del de Florencia, se complacen en afligir á la Iglesia, atacándola mas o menos manifiestamente, y permitiendo que la prensa herética y racionalista insulte y ultraje al Romano Pontífice, al Concilio y á sus decisiones, y con mayor ardor despues de la definicion del dogma de la infalibilidad. Baviera, que fue la que tan funesta y tristemente se distinguió por su actitud contra el Concilio desde los momentos de su convocacion, ha querido hacer ver que el nuevo ministerio sigue impávido la campaña que inició M. de Beust.

En efecto: su sucesor, M. de Lutz, ministro de Cultos de Munich, ha dirigido una circular á todos los Arzobispos y Obispos de Baviera, recordándoles que ningun acto del Concilio del Vaticano, y especialmente el de la infalibilidad, pueden ser publicados en Baviera sin el Placet real.

P

CONDUCTA DE OTROS GOBIERNOS.

Los demas gobiernos de Europa, ó preocupados con la guerra, ó desorientados con los gravísimos sucesos de que está siendo teatro desde fines de julio, ó afectando indiferencia, no han producido ningun acto oficial público, ni de adhesion, ni de oposicion á la definicion dogmática.

INTERRUPCION TÁCITA É INDEFINIDA DEL CONCILIO

ECUMENICO DEL VATICANO, Y SUS CAUSAS.

Estalló al fin entre Francia y Prusia la guerra que todos temian y presagiaban. La provocó Prusia; la declaró Francia, á pesar de estar esta nacion menos preparada que aquella para una lucha tan colosal, y de cuyo resultado depende, ó una restauracion completa en el órden social y religioso, que es lo que nosotros creemos, ó el desencadenamiento de los elementos destructores á que dieron impulso monarcas y gobiernos que al fin han de caer envueltos en sus propias redes. El gobierno italiano, que vendió á Niza y Saboya por la proteccion francesa para ensanchar sus dominios con los inicuos despojos de Nápoles, Parma, Toscana, Módena y las tres cuartas partes de los Estados-Pontificios; el gobierno italiano, que no ocultaba su firme propósito de despojar al Papa de toda soberanía temporal, hasta apoderarse de Roma, vendió tambien su neutralidad á Napoleon III, y este le dió en precio la retirada de la guarnicion francesa de los Estados-Pontificios. Pretestando necesitar gente para la guerra con Prusia, Napoleon III retiró todas sus tropas, sin dejar siquiera un cuerpo de guardia con la bandera francesa, que, por reducido que hubiera sido, habria bastado para contener las rapiñas del gobierno italiano. Si este abandono completo fue exigencia del gobierno italiano, Napoleon III, de cuyos talentos diplomáticos y firmeza no hemos sido nunca admiradores, dió pruebas de debilidad, lo cual era mal precedente para luchar gloriosamente con un enemigo esterior poderoso, y para contener á un enemigo interior no menos temible. Si creyó en las promesas de res

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