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los cuales llevó su apellido, hoy Magiscatzin; publicó los lutos de Felipe V, é hizo jurar por rey y señor de México á Fernando VI.

El conde Revillagigedo mejoró mucho la administracion de la real Hacienda, y aumentó sus productos, sin olvidarse de sus propios intereses, pues reunió un gran caudal.

Mejoró el modo de cobrar los tributos, aumentó las alcabalas, y estableció el modo de recaudar los impuestos. En todas las provincias se hacia el empadronamiento de los indios de dos en dos años, pagando estos diez y ocho reales repartidos de este modo: un peso por el tributo, cuatro reales por el toston ó servicio real, cuatro y medio reales por el precio de media fanega de maíz, con que debian acudir al granero del rey, medio real para el Hospital Real de indios, otro medio para los gastos de sus pleitos, y el medio restante para la fábrica de catedrales.

Las alcabalas de toda Nueva España daban $ 718,365; la media anata de $ 48 á 50,000; los novenos del arzobispado de México y del obispado de Puebla, Michoacan y Oaxaca, cuyos novenos entraban en las cajas reales, 78,800; el papel sellado de $ 40 á 42,000; ademas de estas rentas, tenia el gobierno los productos del pulque, de los ramos estancados, los productos de la moneda y la renta de la cruzada.

España sacaba de México mas de dos tercios de lo que le producian sus demas colonias de América y de Asia; en los años que era mayor el producto líquido, recibia el tesoro real de 5 á 6 millones de pesos, y todas las colonias no producian por consecuencia al año sino de 8 á 9 millones por término medio.

El sobrante que la metrópoli sacaba de México, antes de introducir el estanco del tabaco y de la pólvora, era solamente de 1 millon de pesos; pero los estancos produjeron un aumento de 3 millones sobre el producto comun.

En las provincias se recaudaban gratuitamente los tributos, por medio de ciento cuarenta y nueve alcaldes mayores que las gobernaban, los que antes de ir á la alcaldía daban fianza de la suma en que estaban tasados los tributos de su jurisdiccion: las provincias situadas en los confines y que tenian presidios, estaban exceptuadas del tributo.

El valor anual del tributo pasaba de 650,000 pesos.

En 1749 se perdieron las cosechas, lo que ocasionó alguna hambre, que duró hasta el año siguiente, que fué abundante, y se desarrolló una epidemia aunque no tan terrible como la anterior. La flota que salió en la primavera al mando del general D. Antonio Espínola con tres millones de pesos, sufrió grandes contratiempos con las borrascas que la sorprendieron en el mar.

En 1755 salió del gobierno el conde de Revillagigedo, el virey mas especulador y comerciante que tuvo la Nueva España, quien llegó á tener en Palacio hasta mesas de juego, y una especie de lonja donde se traficaba escandalosamente; fué riquísimo, y por eso le llamaba la Gaceta de Holanda "el súbdito mas rico de Fernando VI;" muy diferente del segundo conde de Revillagigedo, que fué un modelo de desinteres y de economía, escandalizó á la Nueva España con las productivas especulaciones á que se entregó. Cuando pasó á España fué ascendido al grado de capitan general del ejército y presidente del consejo de guerra.

El 10 de Noviembre de 1755 llegó á México el Exmo. Sr. D. Agustin de Ahumada y Villalon, marques de las Amarillas, teniente general de los reales ejércitos. Habia sido teniente coronel del regimiento de los reales guardias españoles, de cuyo cuerpo salieron otros varios vireyes. Las enfermedades de que adolecia le obligaron á retirarse á Cuernavaca, en donde falleció el 5 de Febrero de 1760, quedando la Audiencia con el gobierno, presidida por el oidor decano D. Francisco Antonio de Echávarri hasta el 28 de Abril de 1760.

La flota mandada por D. Francisco M. Espínola llevó por cuenta de los primeros $ 15.202,796 0 6, y por Su Magestad $732,962 en plata acuñada, ciento cincuenta zurrones de cacao de Soconusco, dos cajones de polvillo, dos de chocolate, mil doscientas vainillas, tres mil setecientos cincuenta quintales palo de tinte, tres cajones plata labrada, nueve de monedas y siete mil setecientos cuarenta y ocho quintales de cobre en planchas.

La que mandó el gefe de escuadra D. Agustin de Idiaquez y Borja, llevó $ 15.622,284 6 9 por cuenta de particulares, y $15.785,552 por cuenta de Su Magestad (1776).

La flota mandada por el marques de Casa Tilly, trajo entre otras cosas, 148,563 resmas de papel, 16,714 arrobas de cera, 37,503 libras de canela, 23,574 bramantes crudos, 1,834 piezas cregüelas, 15,843 barriles de vino, 14,496 dichos de aguardiente, 9,737 arrobas de aceite, 452,282 palmos cúbicos de ropa en tercios y cajones de medida, y 8,000 quintales azogue; ademas, 13,460 balas de diversos calibres, 4,000 granadas de mano, 50,000 pistolas, 400,000 piedras de fusil, 10 cañones de á veinticuatro y 12 de á diez y seis (1768).

La gran cantidad de armamento que condujo esta flota no debe sorprender, si se atiende á que á consecuencia de haber sido tomada por los ingleses la Habana seis años antes, dispuso el gobierno español poner en buen estado de defensa á Veracruz y á Ulúa.

Comparacion del valor que llevaron las flotas del Sr. D. Luis de

Córdova y la del Sr. D. Antonio de Ulloa, y de los efectos vendidos y extraidos de la feria de Jalapa para el interior del reino, al tiempo que una y otra se dieron á la vela en Veracruz para su regreso á España.

En la Capitana y Almiranta del Sr. Ulloa

con los demas buques mercantes que lo

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Comparacion entre lo vendido y extraido en la feria de Jalapa.

Segun el estado remitido en 15 de Enero de
1778 por el comisario de guías, importó lo
que se vendió y extrajo de Jalapa, pertene-
neciente á la flota del Sr. Ulloa.
Segun el estado remitido por el mismo comi-
sario en 9 de Diciembre de 1773, importó
lo vendido en Jalapa de la flota del Sr. Cór-
dova...

26.924,499 2

24.588,099 7

Vendido y extraido de mas en la flota del Sr.

Ulloa....

2.336,399 34

Las épocas de comercio libre se debieron principalmente á la imposibilidad en que se encontraba la España para protejer su comercio en los mares del Nuevo Continente, consistiendo la libertad en el permiso que tenian los buques neutrales para arribar y comerciar en los puertos de Nueva España, aunque sujetándolos á restricciones que hacian ilusorias las ventajas que debieran resultar concediéndola ámpliamente.

En las balanzas comerciales se señala el año de 1778 como el en que salió la última flota de Veracruz.

En 1720 la poblacion de Jalapa se componia de españoles é indios, de cuyas razas resultaron los mestizos y castizos, siendo el número de indios muy superior al de las otras clases. Los negros, mulatos, zambos y demas mezclas que provienen de la raza negra, se encontraban en corta cantidad, y hoy se nota que este elemento africano tiende á desaparecer en aquella poblacion, reemplazado por el europeo.

En ese año comenzó para Jalapa una era nueva; los agricultores sustituyeron el arado y el azadon por los instrumentos de las artes; los campos, antes cubiertos con tabacales, quedaron incultos y cubiertos con pasto para los ganados; y los arrieros, que entonces eran muchos, abandonaron el duro trabajo del camino para dedicarse al tráfico mercantil dentro de la ciudad.

La provincia jalapeña estaba gobernada en aquella época por un juez menor ó subdelegado, que despues dependió de la intendencia de Veracruz, cuyo juez residia en la cabecera, y por varios tenientes en los pueblos de españoles; comprendia veintisiete gobiernos de indios, sosteniéndose desde aquel año ademas de los recursos que le daba la agricultura, de la purga, con el rico tráfico comercial que comenzó entonces.

Al hablar del movimiento mercantil, se debe recordar la época á que nos referimos, y relacionar á ella las ideas que se tengan acerca de él, pues de otro modo no se comprenderia cómo pueda llamarse animado y con vida un comercio que cada

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