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del monsterio de Oterdesillas, Calixto 3.° la de Moguer en 10 de Noviembre de 1452 y Sixto 4.° en 8 de Enero de 1483 la de Santa Inés de Sevilla.

Por la misma razón ya en 7 de Agosto de 1385 Clemente 7.o les había concedido á estas religiosas la facultad de aumentar el número de claustrales sobre el prescrito en la fundación, que era de treinta dueñas, y en 2 de Octubre de 1684 el Cardenal Mellini, Nuncio por la Santidad de Inocencio 11.o les otorgó una moza seglar más sobre las cinco que ya tenían, por haber llegado el número de monjas á cincuenta y una.

Terminaremos este capítulo con algunas aclaraciones respecto á las fundadoras. Es necesario tener presente que el rey D. Pedro tuvo, entre otros, tres hijas: Doña Beatriz, Doña Constanza y Doña Isabel. La primera, de quien ya hemos hablado y que estaba destinada á contraer matrimonio con el príncipe heredero de Portugal, entró en este monasterio que había fundado por consentimiento de su padre y con los bienes que le había cedido el dia de su nacimiento en Córdoba. La segunda había casado con el Duque de Lancaster que después fué Príncipe de Gales; y la tercera, Doña Isabel, habia celebrado sus bodas con el Duque de York. En la historia de la Gran Bretaña se vé que los mencionados duques venían de dos ramas de la familia real: que ambas casas dieron al Reino Unido tres reyes cada una, fundiéndose las dos en el rey Don Enrique 7.o acabando con esto las guerras civiles que tantos años azotaron á aquel desventurado pueblo.

Pues bien, esta infanta Doña Isabel, en el mismo día en que su hermana fundó este monasterio, le agregó cuantiosos bienes en los mismos términos é iguales cláusulas y condiciones que lo había hecho doña Beatriz, quedando por lo tanto á salvo su señorío que ha venido pasando á los sucesores de su casa real de York. De esto se deduce que si el monasterio se extinguiera ó sus bienes se extraviaran, dirigiéndolos á fines diversos de los pretendidos por sus regios fundadores, podria ser pretexto para que la citada casa reclamase los derechos anexos á esta comunidad retrotayéndolos á su origen.

Y no es obstáculo la renuncia que el Duque de Lancaster hizo á la corona de Castilla en favor del Rey Don Juan primero y los conciertos subsiguientes; porque semejante renuncia no podía afectar á los bienes de su hermano el Duque de York y menos á los de su esposa Doña Isabel. Esto de consiguiente pudiera en momentos críticos en que los gobiernos de España ú otros atropellaran los

derechos de este monasterio, sin ofrecerle la conveniente y equitativa sustitución, dar motivo á la casa real de Inglaterra á reclamar la parte correspondiente à la Duquesa de York, cedidos á las dueñas de Sansa Clara en cuanto tal convento.

VII

Antepasados de Santa Teresa de Jesús.

Antes de la muerte del rey Don Pedro, por los años de mil trescientos sesenta y seis, Basco Vázquez de Cepeda, caballero y título de este nombre en un lugar que se apellidaba lo mismo en las montañas de León, por desavenencias que en aquellas tierras se suscitaron con el conde de Trastamara,llamado después Enrique 2.o (tal vez al ser coronado por vez primera Rey de Castilla y de León, en las Huelgas de Burgos), levantó casa y hogar y con toda su familia se vino á habitar en Tordesillas, haciéndola nueva cepa y solar de su linaje.

Descendieron de este caballero muchos eximios varones y entre ellos don Juan Vázquez de Cepeda, Obispo de Segovia, (1) quien por el origen se denominó en esta Don Juan de Tordesillas, como también su hermano mayor Ruiz Vázquez de Cepeda fué conocido por el de Rodrigo de Tordesillas, maestre-sala del rey Don Enrique 4.o de Castilla, heredado de Segovia, donde dejó lucida posterioridad con el apellido de Tordesillas, unido al de Cepeda. Otros hermanos tuvo además de Don Rodrigo este egregio Prelado, como Martín Vázquez de Cepeda, caballero de fuerzas hercúleas, y otro cuyo nombre no se conserva y el cual, después de haber sido secretario y mayordomo del maestre Don Álvaro de Luna, fué consagrado Obispo.

De esta nobilísima familia desciende santa Teresa de Jesús; porque su abuelo paterno que se llamaba Juán Sánchez de Cepeda, se ingertó en este tronco casando con Doña Inés de Cepeda, natural de Tordesillas é hija de aquella ilustre prosapia. Así lo comprueban las armas de Alonso Sánchez de Cepeda, padre de la santa; pues en uno de sus cuarteles se ve el león orlado de las ocho aspas que son el distintivo de la casa solariega de los Cepedas. De suerte que tanto por el escudo, como por otros varios testimonios se demuestra que santa Teresa de Jesús desciende de dicha casa por parte del padre y de la madre y por consiguiente que es oriun

(1) Véase el cap. 28. Personas ilustres de Tordesillas.

da de Tordesillas, naturaleza de su abuela paterna y residencia durante mucho tiempo del que podemos considerar segundo fundador de su esclarecida familia, Basco Vázquez de Cepeda.

Tanto es así, que queriendo el padre de la santa perpetuar la memoria y apellido del antiguo señor de su casa, quedó como vinculado en su hijo primogénito el patronímico de Vázquez, por cuya razón se llamó este Juán Vázquez de Cepeda y no Sánchez, como lo exigía el rigor de la geneología, y no obstante de que este parece que trae origen de los Reyes Sanchos de Castilla ó de León (Tomado de la Crónica carmelitana).

Todavía se conserva en Tordesillas la memoria y se señala la casa que habitaron sus padres frente á la puerta principal de la Iglesia de Santa Maria, que hace esquina con la plazuela de la misma y la calle del Embudo pertenecientes hoy ó administrada por los herederos de Don Eugenio Bueno (q. s. g. b).

Ni desaparecieron con el traslado de Alonso Sánchez de Cepeda los parientes de Santa Teresa de Jesús en esta villa; pues durante todo el siglo dieciseis continuaron sucediéndose en ella los apellidos unidos de Bázquez de Cepeda en Luis, caballero del orden de Santiago, casado con Doña Gregoria Añaya: su primogénito Francisco Bázquez de Cepeda, de quien dice la partida (30 de Noviembre de 1574) fueron sus padrinos, Francisco Bazquez » de Cepeda, su tio, y doña Ana de Cepeda su tia, la cual ofreció unas albas de tafetán blanco con unas ban›das de plata fina y una vela blanca de más de á libra y > en ella un escudo de á cuatrocientos maravedís y un ›mazapán que costó treinta y seis reales, que es del sa-. » cristan y lo demás del cura:» esplendidez que al merecer los honores de ser consignada en los libros parroquiales, cosa desusada, manifiesta la alta alcurnia de todas estas personas. Antonio Bázquez de Cepeda (30 de Mayo de 1578): Juán Bázquez de Cepeda (17 de Julio de 1585) y otro Francisco Bázquez de Cepeda (30 de Mayo de 1588): pudiendo asegurarse que durante algunos siglos no deja de figurar en las actas de este municipio algún Vázquez de Cepeda, como concejal.

Á esta familia pertenece en la actualidad-el Excmo. Sr. Conde de la Puebla del Maestre, Marqués de Bacares, patrono único del Hospital de Mater Dei,

VIII

Sucesos más notables del siglo catorce.

En el día seis del mes de Octubre del año mil trescientos setenta y ocho el papa Urbano 6.o concedió la licencia pedida por la reina Doña Juana (esposa de Enrique 2.o) para edificar en casas de su propiedad, contiguas al monasterio, una habitación con dos ventanas y un torno: éste para suministrarle á ella y á su honesta comitiva lo necesario, y las otras para tener conversaciones espirituales con las monjas por la especial devoción que tenía al monasterio de Santa Clara. Gracia que le fué otorgada por su predecesor Gregorio XI, pero no se había consignado. Ahora Urbano 6.o se le concede de nuevo, negándole la de tener puerta á la clausura, como también pretendía, y á condición de que tales casas quedasen á favor del monasterio á la muerte de la reina (1).

Estas casas son sin duda la grada que llaman alta, la casa de la demandadera y la huerta. Coincide con esto que las religiosas siguen todavía llamando el palacio á está parte de la puerta reglar y la de los carros; lo cual es indicio de que el palacio llegaba hasta aquí, y se corrobora con lo que el Rey Don Pedro dice en la fundación, esto es; que cede las casas contiguas á su palacio; y en otros documentos se habla del monasterio inmediato al palacio real. Siendo así, tiene explicación muy fácil la circunstancia que expone el R. P. Coloma en su leyenda La intercesión de un Santo, hablando de Doña Juana la Loca y de quien dice que desde uno de los balcones de su palacio veía la celda donde estaba depositado el féretro que contenía el cadáver de su esposo. Lo cual no podía verificarse si el palacio real hubiera estado limitado á lo que al presente es círculo de recreo, como expresa el Sr. Quadrado, o. c. Porque ó abrazaba desde la calle de San Antolín, á la que atravesaba un pasadizo á manera de puente, que conducía á la iglesia del mismo nombre por una puerta que groseramente tapiada se descubre todavía, extendiéndose á lo ancho hasta la calle de las Cocinas, asi llamada la que hoy lleva el título de la Libertad, y no ha logrado hacer olvidar el primitivo, por ser las del palacio, y á lo largo hasta Santa Clara: ó, como yo más creo, eran dos palacios, uno desde la calle de San Antolín hasta el corral de la

(1) Hállase esta bula en el archivo de la Comunidad.

casa del ilustre abogado Don Galo Pelaez, donde hasta que se abrió la calle nueva, existió una calle que enfrentaba con la calleja del Corpus, y otro desde la calle de Santa Clara hasta el convento.

Esta misma reina Doña Juana, por una ejecutoria de la Real Chancillería librada á nombre de aquella, concedió al monasterio que cobrase portazgo á los ganados de la Mesta, que pasaran por la puente (1).

Y no será intempestivo aducir aquí las razones de la opinión antes emitida de que la puente actual debe remontarse al siglo diez, cuando comenzo á usarse el medio punto en los arcos, y que no es del tiempo de los Reyes Católicos, como alguien ha dicho. Porque siendo las crónicas ya bastante detalladas, no es creible que suceso de tanta importancia para Tordesillas no estuviese consignado en algún documento. Y aunque negativo este argumento tiene mucha fuerza cuando, como hemos visto, se hace valer en las sesiones de este Ayuntamiento la importancia del puente de Zofraguilla. Además, como después veremos, en tiempo de Don Juan el segundo, confiada la seguridad de las personas que habían de intervenir en las conferencias que tuvieron lugar en esta villa al buen Conde de Haro, este mandó tapiar todas las puertas á excepción de la del puente y la de Valladolid, quedando cerrada toda la población; lo que parece indicar que aquella quedaba dentro del perímetro que abrazaban las murallas, lo que no sucedía con la puente vieja. Se robustece esta razón con la disposición que él mismo adoptó para evitar el ruido en la villa, estableciendo dos mercados: uno fuera de la puerta de Valladolid y otro al lado de allá de la puente, y si esta fuera la vieja, no se explica que lo alejara tanto, habiendo gran espacio entre ella y la villa. Por último, aunque no sea una prueba concluyente, robustece las conjeturas un acuerdo de este Ayuntamiento, cuya fecha no recuerdo ni me detengo á evacuar por no ser necesario, pretendió hacer destruir las aceñas llamadas del Puente, por hallarse casi obstruyendo la salida de las aguas por el ojo segundo de hacia el Santisimo Cristo fundándose en lo perjudiciales que eran á aquel; pero, comunicada la orden al dueño, éste presentó un privilegio de los citados Reyes, en virtud del cual se habían construído; por lo cual tuvo la villa que desistir de su empeño, conformándose con obligarle á separar de la puente la cuadra que apoyando en ella había edificado, en todo lo cual se da como cosa ya de mucho existente tal puente.

(1) Archivo de la Comunidad.

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