Imágenes de páginas
PDF
EPUB

>han rendido y rindieren despues de mi muerte la dicha » quinta parte de las dichas tercias para satisfacer e pa>gar cualesquier mis deudas é cargo que yo deba e sea > tenida á pagar ansi á mis criadas e criados como á >>ottras cualquier personas, etc..... e yo ansi lo mando e ›rruego e pido de singular gracia á la dicha Abadesa e › Monjas e convento que agora son e fueren de aqui ade»lante en el dicho Monasterio que ayan encomendada mi > ánima e tengan en memoria de facer el dicho Aniver>sario en cada un año».

>

Pues no obstante tanta claridad, hasta rayar en machaquería Ruy Vazquez de Cepeda consintió que las religiosas de Santa Clara le demandasen en juicio reclamando el cumplimiento de este legado y se litigase en la Cbancillería de Valladolid, donde el Presidente y Oidores le condenaron al pago de todos los atrasos desde que la dicha Doña Beatriz, falleció hasta la fecha de esta sentencia y en adelante hasta su real y efectiva entrega, recibiéndoselo en cuenta todo lo que se hallase que llevara y tomara el Alcalde de Castronuño y más todo aquello que cabía pagar á dicho quinto y el dicho Ruy Vazquez había pagado á las personas declaradas en el testamento de dicha Doña Beatriz, según sus disposiciones. Dióse de esto carta ejecutoria en Valladolid á quince de Julio de mil cuatrocientos ochenta y ocho, nombrando ejecutor de ella á Pedro Rodriguez del Pulgar que dió posesión de dicha quinta parte de las tercias á dicho Real Convento, requiriendo para ello á los labradores para que le acudiesen con los frutos á ella tocantes y pregonándolo en la plaza para noticia de todos en lo tocante á esta villa de Tordesillas y en Villavieja-Arenillas-MarzalesBercero-Berceruelo-Velilla-Matilla-Villan y Villamarciel, como aldeas de ella, fué notificada en sus concejos públicos, juntos á son de campana obedecida y dada cumplimiento y posesión en forma también en la villa de Velliza, las cuales diligencias y posesiones comenzaron en veinte de Julio y acabaron en veintitres de dicho mes y año. Y de esto fué de lo que suplicaron á los Reyes Católicos les librase privilegio particular é independiente, como lo hicieron y queda consignado.

Pero el acontecimiento más importante que ha tenido lugar en esta villa, y no tanto para ella como para toda la nación, y aun no seríamos exagerados si lo extendiésemos á la civilización y humanidad entera, fué el que se verificó el día siete de Junio del año mil cuatrocientos noventa y cuatro. Sabiendo Don Juan, rey de

Portugal, con profundo disgusto el éxitó maravilloso que para España había tenido su segunda expedición al Nuevo Mundo y rechazada la proposición presentada á los Reyes Católicos, á fin de que la línea trazada por el Papa Alejandro 6.o respecto á la división de las conquistas entre españoles y portugueses, se entendiera que fuese el paralelo de las Canarias, perteneciendo á España todo lo que se descubriese y conquistase hacia el Norte, y á Portugal lo de hacia el Sur, á lo que contradecian Don Fernando y Doña Isabel, entendiendo que la línea divisoria imaginaria trazada por el Romano Pontífice iba de polo á polo y no de Oriente á Occidente; y el tratado de mil cuatrocientos setenta y nueve que él alegaba, se referia exclusivamente á las posesiones de Portugal en las costas de Africa y á su derecho de descubrimiento hasta las Indias orientales; con objeto de dirimir esta cuestión que podía llegar á provocar la guerra y de consiguiente á inhabilitar con ella á las dos naciones hermanas para sucesos de mayor trascendencia, y se había contenido por el miedo que el portugués tenía ya á los españoles realizada la unidad nacional, resolvieron ventilarla por las vías diplomáticas. A este fin se reunieron en la fecha citada en Tordesillas los comisarios de ána y otra parte, firmando los artículos preliminares de un convenio, en virtud del cual se aseguraba á España el derecho exclusivo de navegación y de conquista en el océano occidental, bien comprendido que la línea de polo á polo en vez de entenderse ó imaginarse á cien leguas al occidente de las islas de Cabo Verde, había de serlo á trescientas sesenta, correspondiendo por consiguiente á España todo cuanto se descubriese al otro lado de la misma. Estípulose además que se reunirían en la Gran Canaria hombres científicos de entrambas naciones para determinar con entera precisión la linea: reunión que no llegó á realizarse, según Gebhart: pero de todas las suertes se atajaron grandes males y se conjuraron los encuentros y rivalidades ineludibles entre las dos naciones entonces las más expansivas y conquistadoras, y con esto los peligros que corría la civilización de los inmensos territorios que el mar avaro ocultaba entre sus ondas y el génio de Colón presintió y la generosidad y valor de los Reyes Católicos, sobre todo de la Reina de Castilla, conquistaron.

XV

Hospital de Peregrinos.

Otro acontecimiento digno de ocupar un capítulo aparte en la vida íntima de Tordesillas y que pertenece á esta misma época, probando que esta villa penetrada de la caridad cristiana ha practicado con esplendidez y generosidad el altruismo tan preconizado por los pseudo filósofos de nuestros días, es la fundación del Hospital de Peregrinos.

Don Juan González, arcipreste de esta villa, el 20 de Marzo de 1499, hizo testamento, por el que dejaba todos sus bienes para dotar las dos fundaciones que había realizado, esto es: una capilla dedicada á la Santísima Virgen María en el misterio de su Purísima Concepción, en la iglesia de Santa María; en la cual habían de celebrarse cuatro Misas semanales, tres rezadas y una, el sábado, cantada, y el Hospital de Peregrinos.

Para el régimen de este instituyó una cofradía compuesta de doce caballeros seglares y los cinco beneficiados de preste de la parroquia nombrada, sustrayéndola á toda autoridad civil y eclesiástica, tanto para el nombramiento de capellán, como para la administración de sus bienes.

En la sucesión de patronos prescribió que se atuviesen en todo al método que se observaba en el Hospital de Mater Dei.

Después de sufragar todos los gastos que una y otra fundación reclamaban para su perfecto funcionamiento, y constituir un fondo de reservas para hacer frente á necesidades imprevistas, consistente en treinta mil maravedis, lo sobrante había de ser repartido en dotar huérfanas y en limosnas.

Á pesar de esta autonomía de que el fundador dotó á su cofradía y por la que sin duda vino rigiéndose y gobernándose durante algunos siglos, en catorce de Noviembre del año mil setecientos veinticinco, perteneciendo ya esta villa á la diócesis de Valladolid, los cofrades vierónse obligados á formular una regla y concretar sus cargos en estatutos escritos conforme à la voluntad del testador. Las determinaciones de esta regla más dignas de mención son las siguientes.

Cada cofrade en el día de su recepción tenía que prestar juramento de defender el misterio de la Concepción Purísima de la Vírgen, bajo cuya denominación estaba constituída la cofradía. Tal obligación y costumbre, si alguna vez estuvieron en vigor, debió

sér mientras que este dogma no pasó de la categoría de opinión piadosa controvertida en las escuelas teológicas, cesando por completo á medida que se acercaba el tiempo de la definición ex cathedra; porque hace ya muchos años que se hallaban abolidas.

En dicho hospital había de haber siempre dos camas convenientemente dispuestas con las ropas necesarias para que se recogieran los sacerdotes que llegaran á él y cuatro para seglares.

En la cuaresma de cada año se habían de repartir entre huérfanas y pobres necesitados vergonzantes, ó en otra manera paresciese á la Cofradía, lo que sobrara de las rentas de ella, reservando los treinta mil maravedís dichos para reparos del citado hospital.

Estas reglas con ligeras variantes fué aprobada por el Ilustrísimo y Reverendísimo Sr. D. Fr. José de Talavera, Obispo de Valladolid, en cuatro de Marzo de mil setecientos veintiseis, y leida y aprobada con las variantes por el patrono y cofrades en siete de Diciembre del mismo año.

En el año mil ochocientos sesenta y ocho, después de la revolución llamada por antifrasis gloriosa, el Gobierno provisional se apoderó de todos los bienes de este benéfico establecimiento, incluso el edificio, y todo lo vendió. Pero gracias a la diligencia y tacto del entonces patrono D. Juan Losada (q. s. g. h). secundado por los demás caballeros cofrades, se consiguió anular la venta y recobrar la casa y una liquidación de los otros bienes muy bene. ficiosa, que le aseguran una dotación y renta suficientes al desempeño de todas sus obligaciones. Así como con la indemnización ó abono de las rentas correspondientes á los años que mediaron desde el despojo hasta la liquidación, pudo ser restaurado con notables mejoras el establecimiento para ofrecer á los enfermos á él acogidos mayor contigente de comodidades y á los peregrinos mejor albergue.

Su restauración fué celebrada en la iglesia de Santa María y en la capilla propia del fundador con una función solemnísima, á la que asistieron todos los caballeros cofrades y numeroso público y tuvo la oración sagrada el Sr. Ecónomo de dicha parroquia y como tal cofrade también, D. Eleuterio Fernández Torres, hijo de la localidad y autor de estas memorias.

Esta fundación cierra el siglo quince, siglo de oro, por decirlo así, para Tordesillas; pues fué en el que vió levantarse en su recinto mayor número de monumentos, todos consagrados á la gloria de Dios y á la caridad para con los menesterosos, en los que compi

ten con noble emulación la piedad y la beneficencia, el amor de Dios y el del hombre; la religión y, como hoy se diría, el altruismo. Y esto sin olvidar los intereses materiales, reflejando el carácter de la nación entera y sintetizando los sentimientos que tan alto pusieron el renombre español y extendieron sus dominios que el sol contemplaba con fruición sin apartar de ellos la vista.

El Real Convento de San Juan Bautista de Jerusalén, el Real Hospital de Mater Dei, el de Peregrinos y el mercado franco semanal, fuente inagotable de riqueza, son cuatro instituciones que dan gloria á Tordesillas, y que esta no agradecerá nunca lo bastante á sus muníficos fundadores: todas realizadas en el siglo citado, aparte de los sucesos que, sin circunscribirse á ella trascendieron á toda la nación.

XVI

Doña Juana la Loca.

Principia para Tordesillas el siglo dieciseis con una carta que desde esta villa escribió con fecha primero de Julio de mil quinientos seis Don Fernando el Católico á Francisco de Rojas, su embajador en Roma y tiene gran valor sobre las cosas políticas de aquel tiempo, dice el Sr. Ortega y Rubio en su obra tantas veces citada, y la copia al pie de la letra Don Antonio Rodriguez Vila en su «Estudio histórico intitulado: Doña Juana la Loca.

la

Y llegamos á la época de mayor agitación para esta villa, en que el nombre de Tordesillas se mezcla á los más grandes acontecimientos y á los sucesos de más resonancia en la historia de España. Don Fernando el Católico, compadecido del lamentable estado de su hija doña Juana, quien desde que descubrió las primeras pruebas de infidelidad de su esposo, Felipe el Hermoso, había manifestado haber sufrido algún desequilibrio su razón, acentuándose estos funestos síntomas después de la muerte de éste ocurrida á consecuencia de un vaso de agua fría bebida inmediatamente al violento ejercicio de un partido de pelota en Burgos, consiguió convencerla á que abandonase el lugar de Arcos, que era muy frío é insalubre, y se trasladase á Tordesillas, más cómʊdo y sano. Así se verificó en el mes de Febrero del año mil quinientos nueve; si no hay equivocación en la fecha, como parece hacer sospechar una carta de la misma Doña Juana expedida en Valladolid á veintiseis de Enero de mil quinientos diez, en la que

« AnteriorContinuar »