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indeciso sobre qué partido tomar. Hubiera deseado que le acompañasen todos en el viage; mas ni era oportuno, ni habia medios de trasporte. Recurrió á la voluntad de Dios, y llamando á un inocente niño que por casualidad se presentó, le dijo: «¿Niño, es voluntad de Dios que todos estos pobres pasen conmigo á Palestina? No, Padre, respondió el niño, sino que vayan este, este y este, etc.:» y señaló hasta el número de doce.

15. Apostolado nuevo que habia de hacerse imitador del que seguia á Jesucristo por la Judea, sufriendo, padeciendo y derramando su sangre por la Religion del Crucificado. Apostolado nuevo, que por espacio de seis siglos no se ha separado una línea del divino Ejemplar, que venera en el Sagrado Monte Sion. Apostolado nuevo á quien puede aplicarse con toda propiedad aquellas palabras de San Pablo á los Tesalonicenses: Vos enim imitatores facti estis fratres Ecclesiarum Dei, quæ sunt in Judæa in Christo Jesu; quia eadem passi estis, et vos à contribulibus vestris sicut ipsi à Judæis: Vosotros, hermanos, os habeis hecho imitadores de las Iglesias de Dios, que hay por la Judea en Jesucristo: por cuanto las mismas cosas sufrísteis tambien de los de vuestra nacion, que ellos de los judíos.»

16. Reunido este nuevo apostolado, se dirigió con el Santo Patriarca á la isla de Creta, continuando el viage á Syria, tocando, impelidos sin duda por el temporal, en la antigua Salamina, patria de San Bernabé, pasaron á San Juan de Acre, distante siete leguas de la santa ciudad de Nazareth, diez de la de Tyro, y tres jornadas de la santa eiudad de Jerusalen. Descansando algunos dias, repartió el Santo Patriarca á sus doce hijos, y cual otro Josué tomó posesion de la Tierra prometida. Este nuevo Abrahan que habia de ver por sí mismo la prodigiosa multiplicacion de sus hijos, no podia menos de recordarles al despedirles,

aquellas palabras de San Juan: si filii Abrahæ estis, opera Abrahæ facite (Joann. c. 8, v. 39). Tomó posesion de Joppe visitando nuestro Santo Patriarca por sí mismo el oratorio donde el Príncipe de los Apóstoles asistió, y vió aquella sábana misteriosa que bajaba del Cielo, llena de inmundos animales, segun se lee en los Hechos de los Apóstoles, (cap. 10, v. 12). Siguió á Rama y otros lugares célebres en la Historia Sagrada. En cada uno de aquellos Santos lugares, se postraba de rodillas, vertia copiosas lágrimas y saludaba con las mas tiernas oraciones y jaculatorias.

17. Ya que el abrasado Serafin y devoto Peregrino, descubrió la santa ciudad de Jerusalen, se postró en tierra, y pegado su venerable rostro en aquel polvo, permaneció mucho tiempo dándole ósculos repetidos, sin poder articular palabra. Suspiraba de cuando en cuando, hasta que deshecho en lágrimas, principió á saludar á la Santa ciudad con las mas tiernas espresiones. Entonó con su compañero Fr. Iluminato el Te Deum laudamus en accion de gracias, finalizando con oraciones y preces, que tenia preparadas para este momento. El primer santuario que adoró de aquella Sagrada ciudad fué el Sacro Monte Sion, ya porque se hallaba estramuros, ya porque el nuevo Abrahan de la Iglesia Católica, á quien el Señor habia prometido aquella tierra, ocupó primeramente aquel lugar, fundando en él un convento pocos años despues. Segun una Bula de Gregorio IX que empieza Si ordinis Fratrum Minorum (Vid. Documento núm. 1), dada en Perusia el año de 1230, y dirigida á los Patriarcas de Antioquía y Jerusalen, sujetos entonces á la Iglesia Romana, donde les manda dejen fundar en sus jurisdicciones á los religiosos Menores, es fácil comprender que diez ó doce años despues, ya habia suficiente número de religiosos en Tierra Santa, que fundaban en propias tierras, como Patrimonio de su Santo Patriarca, el cual es tradicion constante en

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nuestra Orden, que con impulso superior, colocó una señal en cada lugar donde despues fundaron los conventos.

18. Aquel Seráfico Mayorazgo, que se fundaba en el SAGRADO MONTE SION, se conquistaba con las armas de la humildad y pobreza evangélica, no con armas carnales, sino con las armas de la Milicia franciscana, que tantos pueblos y naciones han conquistado á la Iglesia Católica, Apostólica, Romana Arma militiæ nostræ non carnalia sunt (Ep. 2 ad Corint. cap. 10, v. 4). Por esta primera posesion y justo derecho que tiene la Orden Seráfica á los SANTOS LUGARES, dice oportunamente el autor del PATRIMONIO SERÁFICO, el primer título que toma el prelado superior de toda la Tierra Santa, y pone en los instrumentos de su autoridad, es el de Guardian del Sacro Monte Sion, que hasta hoy conservan. El sello de dicho prelado presenta la venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles; la institucion del Santísimo Sacramento; inefables misterios, y prodigiosos portentos que se obraron en aquel Sagrado monte. Nos estenderemos algo separándonos de nuestro propósito para recordar á nuestros Monarcas y á los católicos españoles, las grandezas y escelencias de aquella primera prenda que se entregaba ́en manos de N. P. San Francisco. Cerca de la puerta que se llama de Sion, está el lugar llamado Cenáculo por haber celebrado nuestro Redentor Jesucristo la última cena con sus discípulos. Allí estaba el sepulcro del Santo Rey David, y de su hijo Salomon: allí instituyó el Salvador la Sagrada Eucaristía, labó los piés á sus discípulos, y segun algunos * Santos Padres instituyó el Sacramento de la Confirmacion: allí se apareció á sus Apóstoles la primera vez despues de resucitado; allí manifestó á Santo Tomás sus llagas para convencer su incredulidad; allí bajó el Espíritu Santo sobre los Apóstoles; allí fué electo Santiago el Menor obispo de Jerusalen; allí fué elegido San Matias Apóstol, para ocupar la

vacante de Judas el traidor: allí celebraron los Apóstoles eľ primer Concilio, y se dividieron para predicar el Evangelio á todas las criaturas: allí celebró San Pedro, Príncipe de todos los Apóstoles, la primera misa; siendo la primera Iglesia de la ley de gracia, á quien Santiago en su liturgia en la oracion pro locis Sanctis, llama con toda propiedad, Mater omnium Ecclesiarum: allí vivió la Reina de los Ángeles Ma

ría Santísima Señora nuestra. Cuando el Santo Patriarca tomó posesion de aquel Santo lugar, se conservaba aun la pequeña capilla fundada por los Apóstoles. Santa Elena la reedificó, y amplió comprendiendo en su ámbito, la casa en que vivió siempre la Reina del Cielo. Despues de restaurada la Santa Ciudad por el primer rey de los latinos Godofredo, se celebró en este mismo sitio un Concilio de muchos prelados, presidiendo en él, como legado Apostólico, Alberico obispo Ostiense; fué despues Convento de canónigos regulares; despues que los Soldanes de Egipto se apoderaron de la Santa Ciudad, quedó sin culto público aquel Santo lugar, y en este estado le halló nuestro Padre San Francisco. Era congruente que quien era el vivo retrato del Crucificado, tomase primeramente posesion de aquella primera prenda de tan celestial mayorazgo al fundar su predilecto Patrimonio, y que los discípulos de Francisco estén poseyendo, como discípulos del Patriarca de los Pobres, lo que á manera de los discípulos de Jesucristo conquistaban con su humildad, pobreza y predicacion.

19. Reanimado el corazon enardecido del Seráfico Patriarca, en cada uno de los Santos Lugares, que conquistaba con sus lágrimas y tomaba posesion con sus penitentes plantas, visitó todos los Santuarios dentro y fuera de Jerusalen, se dirigió á Belen, continuando su peregrinacion con los pies totalmente descalzos y el espíritu enagenado en la contemplacion de tan admirables misterios. Visitábalos y se

posesionaba para sí y para sus hijos, en medio de los mas devotos ejercicios y fervientes oraciones. Salió para Gaza y Damiata, en cuyos campos predica y predice la total derrota del ejército cristiano. Despreciaron los capitanes cristianos los consejos del Santo Patriarca, le mofaron, escarnecieron y tuvieron por loco, á la manera que en nuestros dias se desprecian los consejos de sus perseguidos hijos, y dando la mas terrible y ensangrentada batalla, fueron derrotados los católicos, por mas que les animaban al combate el Legado apostólico, el Patriarca de Jerusalen, y Juan de Breña rey de Jerusalen. Altos juicios de Dios; todo el ejército cristiano tuvo que retirarse en vergonzosa fuga, con los Caballeros Templarios, Teutónicos y de San Juan de Jerusalen. El enemigo alcanzó un completo triunfo y un botin estraordinario, siendo el número de los que perecieron en esta derrota, mas de seis mil cristianos, segun el cómputo de San Buenaventura. ¡Tal fué la derrota de Damiata profetizada por San Francisco!... El Real Profeta habia cantado: Odisti observantes vanitates. (Psalm. 30, v. 7).

20. Inexorable el Soldan de Egipto con esta victoria, y soberbio con la resistencia de los cristianos, publicó un decreto, en el que prometia un escudo de oro al que le presentase una cabeza de cristiano. Nada temió el Santo Patriarca San Francisco de Asís; animado con las palabras del Salmista, Si ambulavero in medio umbræ mortis, non timebo mala quoniam tu mecum est, salió con su compañero Fr. Iluminato, del campo cristiano, dirigiéndose al campo enemigo. Aquí fué donde presentándose al paso dos inocentes ovejuelas, que pastaban en un collado, con espíritu profético anunció las persecuciones y trabajos que habian de padecer en adelante sus pobres hijos misioneros de Tierra Santa. Buen ánimo, dijo, dirigiéndose á su compañero; buen ánimo, hermano carísimo, el Señor nos pone á la vista.

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