Ómnibus de poesía mexicanaSiglo XXI, 1991 - 693 páginas |
Dentro del libro
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Página 23
... cabeza [ parte principal ] de mi don , para ti . ¡ No se quiebre el don que te hago ! ¡ No se rompa el don que te hago ! Mírame haciéndote un don , oh Padre ! ¡ Que no sea yo hundido en el fuego de la fiebre ! Yo te he colocado en el ...
... cabeza [ parte principal ] de mi don , para ti . ¡ No se quiebre el don que te hago ! ¡ No se rompa el don que te hago ! Mírame haciéndote un don , oh Padre ! ¡ Que no sea yo hundido en el fuego de la fiebre ! Yo te he colocado en el ...
Página 43
... cabeza , nuestras flechas , nuestros escudos , allí les haremos ver : a todos los que nos rodean allí los conquistaremos ! ¡ Aquí estará perdurable nuestra ciudad de Tenochtitlan ! ¡ El sitio donde el Águila grazna , en donde abre las ...
... cabeza , nuestras flechas , nuestros escudos , allí les haremos ver : a todos los que nos rodean allí los conquistaremos ! ¡ Aquí estará perdurable nuestra ciudad de Tenochtitlan ! ¡ El sitio donde el Águila grazna , en donde abre las ...
Página 58
... hicieron la carne [ del hombre ] . Pero vieron que no estaba bien , porque se deshacía ; estaba blando , no tenía movimiento , no tenía fuerza , se caía , estaba aguado , no movía la cabeza , la cara se le iba para 58.
... hicieron la carne [ del hombre ] . Pero vieron que no estaba bien , porque se deshacía ; estaba blando , no tenía movimiento , no tenía fuerza , se caía , estaba aguado , no movía la cabeza , la cara se le iba para 58.
Página 59
movía la cabeza , la cara se le iba para un lado , tenía vela- da la vista , no podía ver hacia atrás . Al principio hablaba , pero no tenía entendimiento . Rápidamente se humedeció dentro del agua y no se pudo sostener . Y dijeron el ...
movía la cabeza , la cara se le iba para un lado , tenía vela- da la vista , no podía ver hacia atrás . Al principio hablaba , pero no tenía entendimiento . Rápidamente se humedeció dentro del agua y no se pudo sostener . Y dijeron el ...
Página 80
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Contenido
Canciones del campo y los suburbios 1750 | 188 |
1950 188 | 207 |
Canciones románticas y modernistas | 224 |
Anónimas 224 Fernando Calderón 230 Dolores | 240 |
Luis Rosado Vega 241 Fernando Luna y Drusina | 246 |
253 Elías Nandino 254 Ricardo López Méndez | 253 |
nas 257 Carlos y Pablo Martínez Gil 258 Luis | 262 |
glo XIX | 280 |
Poesía burlesca siglo xx | 292 |
Poesía inocente 19501970 | 318 |
Gutierre de Cetina 329 Francisco de Terrazas 331 | 331 |
Eugenio de Salazar 337 Hernán González de Eslava | 345 |
Términos y frases comunes
acaso adiós agua águila aire alegría alma amor árbol azul Bailad bella beso blanco boca bonita calaveras calle camino CANCIÓN canto cielito lindo cielo color corazón CORRIDO cuerpo dame deja Déjenle dormir dice digo dijo divina dolor duerme dulce Efraín Huerta enamorado epilepsia eres estoy estrella flores Fragmento frío fuego Gerineldo grito Gucumatz gusto hablar hermosa hijos Jaime Sabines labios llanto llega llorar Llorona lluvia luna madre mano maratino mató mexicano México mirada muere muerte mujer mundo murió nació náhuatl negra niño noche nomás nopal nubes olvido oscuridad padre pájaro palabras Parvati paso pecho pena perro peyote piedra podrás morir poesía queda Quetzalcoatl quiero quisiera Renato Leduc rosas Rubén Bonifaz Nuño salir Salvador Novo sangre siento siglos silencio sombra sueño tarán tengo tierra toltecas Tomás Segovia triste vengo ventana verdad viento vino Virikota vivo vuelo wanuiwaka Wawata Xtabay yehua
Pasajes populares
Página 46 - En los caminos yacen dardos rotos, los cabellos están esparcidos. Destechadas están las casas, enrojecidos tienen sus muros. Gusanos pululan por calles y plazas, y en las paredes están salpicados los sesos. Rojas están las aguas, están como teñidas, y cuando las bebimos, es como si bebiéramos agua de salitre. Golpeábamos, en tanto, los muros de adobe, y era nuestra herencia una red de agujeros.
Página 47 - Señores nuestros, muy estimados señores: Habéis padecido trabajos para llegar a esta tierra. Aquí ante vosotros, os contemplamos, nosotros gente ignorante . . . Y ahora ¿qué es lo que diremos? ¿qué es lo que debemos dirigir a vuestros oídos? ¿Somos acaso algo? Somos tan sólo gente vulgar . .' . Por medio del intérprete respondemos, devolvemos el aliento y la palabra del Señor del cerca y del junto.