Ómnibus de poesía mexicanaSiglo XXI, 1991 - 693 páginas |
Dentro del libro
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Página 16
... corazón del peyote , la niebla sale , Venado Azul sale , la lluvia baja , Venado Azul baja . Germina el maíz , la rosa se abre . Y canta la Rosa : " Yo soy el Venado . " Y el Venado : " Yo soy la Rosa . " Y allá en la Tierra Divina se ...
... corazón del peyote , la niebla sale , Venado Azul sale , la lluvia baja , Venado Azul baja . Germina el maíz , la rosa se abre . Y canta la Rosa : " Yo soy el Venado . " Y el Venado : " Yo soy la Rosa . " Y allá en la Tierra Divina se ...
Página 17
... corazón . Su corazón era mudo . Entonces el Gran Sabio mandó al ruiseñor . Pasó el ruiseñor cantando , entró en la planta y se volvió medula . Y fue su corazón canoro . Y el encino cantó 17.
... corazón . Su corazón era mudo . Entonces el Gran Sabio mandó al ruiseñor . Pasó el ruiseñor cantando , entró en la planta y se volvió medula . Y fue su corazón canoro . Y el encino cantó 17.
Página 18
Y fue su corazón canoro . Y el encino cantó , vibró a las caricias del viento . CANCIÓN DE TAWEAKAME Soy el árbol del aire y puedo convertirme en hombre y en mujer . De hombre , me llevo a las mujeres . De mujer , me llevo a los hombres ...
Y fue su corazón canoro . Y el encino cantó , vibró a las caricias del viento . CANCIÓN DE TAWEAKAME Soy el árbol del aire y puedo convertirme en hombre y en mujer . De hombre , me llevo a las mujeres . De mujer , me llevo a los hombres ...
Página 30
... corazón del bosque , a orillas de la poza en la roca , a esperar que surja la bella estrella que humea sobre el bosque . Quitaos vuestra ropa , desatad vuestras cabelleras ; quedaos como llegasteis aquí sobre el mundo , vírgenes , mu ...
... corazón del bosque , a orillas de la poza en la roca , a esperar que surja la bella estrella que humea sobre el bosque . Quitaos vuestra ropa , desatad vuestras cabelleras ; quedaos como llegasteis aquí sobre el mundo , vírgenes , mu ...
Página 34
... corazón de Cristo . Soy el corazón de la Virgen . Soy el corazón de Nuestro Padre . Soy el corazón del Padre . Soy la mujer que espera . Soy la mujer que se esfuerza . Soy la mujer de la victoria . Soy la mujer del pensamiento . Soy la ...
... corazón de Cristo . Soy el corazón de la Virgen . Soy el corazón de Nuestro Padre . Soy el corazón del Padre . Soy la mujer que espera . Soy la mujer que se esfuerza . Soy la mujer de la victoria . Soy la mujer del pensamiento . Soy la ...
Contenido
Canciones del campo y los suburbios 1750 | 188 |
1950 188 | 207 |
Canciones románticas y modernistas | 224 |
Anónimas 224 Fernando Calderón 230 Dolores | 240 |
Luis Rosado Vega 241 Fernando Luna y Drusina | 246 |
253 Elías Nandino 254 Ricardo López Méndez | 253 |
nas 257 Carlos y Pablo Martínez Gil 258 Luis | 262 |
glo XIX | 280 |
Poesía burlesca siglo xx | 292 |
Poesía inocente 19501970 | 318 |
Gutierre de Cetina 329 Francisco de Terrazas 331 | 331 |
Eugenio de Salazar 337 Hernán González de Eslava | 345 |
Términos y frases comunes
acaso adiós agua águila aire alegría alma amor árbol azul Bailad bella beso blanco boca bonita calaveras calle camino CANCIÓN canto cielito lindo cielo color corazón CORRIDO cuerpo dame deja Déjenle dormir dice digo dijo divina dolor duerme dulce Efraín Huerta enamorado epilepsia eres estoy estrella flores Fragmento frío fuego Gerineldo grito Gucumatz gusto hablar hermosa hijos Jaime Sabines labios llanto llega llorar Llorona lluvia luna madre mano maratino mató mexicano México mirada muere muerte mujer mundo murió nació náhuatl negra niño noche nomás nopal nubes olvido oscuridad padre pájaro palabras Parvati paso pecho pena perro peyote piedra podrás morir poesía queda Quetzalcoatl quiero quisiera Renato Leduc rosas Rubén Bonifaz Nuño salir Salvador Novo sangre siento siglos silencio sombra sueño tarán tengo tierra toltecas Tomás Segovia triste vengo ventana verdad viento vino Virikota vivo vuelo wanuiwaka Wawata Xtabay yehua
Pasajes populares
Página 46 - En los caminos yacen dardos rotos, los cabellos están esparcidos. Destechadas están las casas, enrojecidos tienen sus muros. Gusanos pululan por calles y plazas, y en las paredes están salpicados los sesos. Rojas están las aguas, están como teñidas, y cuando las bebimos, es como si bebiéramos agua de salitre. Golpeábamos, en tanto, los muros de adobe, y era nuestra herencia una red de agujeros.
Página 47 - Señores nuestros, muy estimados señores: Habéis padecido trabajos para llegar a esta tierra. Aquí ante vosotros, os contemplamos, nosotros gente ignorante . . . Y ahora ¿qué es lo que diremos? ¿qué es lo que debemos dirigir a vuestros oídos? ¿Somos acaso algo? Somos tan sólo gente vulgar . .' . Por medio del intérprete respondemos, devolvemos el aliento y la palabra del Señor del cerca y del junto.