Ómnibus de poesía mexicanaSiglo XXI, 1991 - 693 páginas |
Dentro del libro
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Página 11
... fuego de la tierra contra el fuego del cielo Están pensando los pensadores que moran aqui en su mundo . Detrás de su fuego hablan entre ellos los que están presentes : " ¿ Qué haremos con nuestros pensamientos ? ¿ Cómo hablaremos con ...
... fuego de la tierra contra el fuego del cielo Están pensando los pensadores que moran aqui en su mundo . Detrás de su fuego hablan entre ellos los que están presentes : " ¿ Qué haremos con nuestros pensamientos ? ¿ Cómo hablaremos con ...
Página 12
... todos sus palos emplumados y sus nubes . Todo lo dejan allí , se vuelven y regresan detrás de su fuego . Aquí llegan y terminan sentados en sus asientos . LAS MUJERES VINIERON Las mujeres vinieron del poniente , las 12.
... todos sus palos emplumados y sus nubes . Todo lo dejan allí , se vuelven y regresan detrás de su fuego . Aquí llegan y terminan sentados en sus asientos . LAS MUJERES VINIERON Las mujeres vinieron del poniente , las 12.
Página 23
... fuego de la fiebre ! Yo te he colocado en el nuevo brasero , mírame haciéndote nuevamente un don para tu felicidad , mírame haciéndote un don para el espíritu de mis hijos . Que no queden cercados [ que no los aprisione ] la enfermedad ...
... fuego de la fiebre ! Yo te he colocado en el nuevo brasero , mírame haciéndote nuevamente un don para tu felicidad , mírame haciéndote un don para el espíritu de mis hijos . Que no queden cercados [ que no los aprisione ] la enfermedad ...
Página 36
... fuego sagrado , buscad asilo en las rocas del Cotopaxi , morid primero que presentar vuestras manos a las ligaduras de la esclavitud . Y los ancianos , las mujeres y los niños dijeron el último adiós a sus cabañas y cuando el día se ...
... fuego sagrado , buscad asilo en las rocas del Cotopaxi , morid primero que presentar vuestras manos a las ligaduras de la esclavitud . Y los ancianos , las mujeres y los niños dijeron el último adiós a sus cabañas y cuando el día se ...
Página 41
... Les decían : " Despierta , ya el cielo se enrojece , ya se presentó la aurora , ya cantan los faisanes color de llama , las golondrinas color de fuego , ya vuelan las mariposas " . Por esto decían los viejos , quien ha muerto , 41.
... Les decían : " Despierta , ya el cielo se enrojece , ya se presentó la aurora , ya cantan los faisanes color de llama , las golondrinas color de fuego , ya vuelan las mariposas " . Por esto decían los viejos , quien ha muerto , 41.
Contenido
Canciones del campo y los suburbios 1750 | 188 |
1950 188 | 207 |
Canciones románticas y modernistas | 224 |
Anónimas 224 Fernando Calderón 230 Dolores | 240 |
Luis Rosado Vega 241 Fernando Luna y Drusina | 246 |
253 Elías Nandino 254 Ricardo López Méndez | 253 |
nas 257 Carlos y Pablo Martínez Gil 258 Luis | 262 |
glo XIX | 280 |
Poesía burlesca siglo xx | 292 |
Poesía inocente 19501970 | 318 |
Gutierre de Cetina 329 Francisco de Terrazas 331 | 331 |
Eugenio de Salazar 337 Hernán González de Eslava | 345 |
Términos y frases comunes
acaso adiós agua águila aire alegría alma amor árbol azul Bailad bella beso blanco boca bonita calaveras calle camino CANCIÓN canto cielito lindo cielo color corazón CORRIDO cuerpo dame deja Déjenle dormir dice digo dijo divina dolor duerme dulce Efraín Huerta enamorado epilepsia eres estoy estrella flores Fragmento frío fuego Gerineldo grito Gucumatz gusto hablar hermosa hijos Jaime Sabines labios llanto llega llorar Llorona lluvia luna madre mano maratino mató mexicano México mirada muere muerte mujer mundo murió nació náhuatl negra niño noche nomás nopal nubes olvido oscuridad padre pájaro palabras Parvati paso pecho pena perro peyote piedra podrás morir poesía queda Quetzalcoatl quiero quisiera Renato Leduc rosas Rubén Bonifaz Nuño salir Salvador Novo sangre siento siglos silencio sombra sueño tarán tengo tierra toltecas Tomás Segovia triste vengo ventana verdad viento vino Virikota vivo vuelo wanuiwaka Wawata Xtabay yehua
Pasajes populares
Página 46 - En los caminos yacen dardos rotos, los cabellos están esparcidos. Destechadas están las casas, enrojecidos tienen sus muros. Gusanos pululan por calles y plazas, y en las paredes están salpicados los sesos. Rojas están las aguas, están como teñidas, y cuando las bebimos, es como si bebiéramos agua de salitre. Golpeábamos, en tanto, los muros de adobe, y era nuestra herencia una red de agujeros.
Página 47 - Señores nuestros, muy estimados señores: Habéis padecido trabajos para llegar a esta tierra. Aquí ante vosotros, os contemplamos, nosotros gente ignorante . . . Y ahora ¿qué es lo que diremos? ¿qué es lo que debemos dirigir a vuestros oídos? ¿Somos acaso algo? Somos tan sólo gente vulgar . .' . Por medio del intérprete respondemos, devolvemos el aliento y la palabra del Señor del cerca y del junto.