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Da Petronila hace tomar á su hijo

el nombre de Alfonso.

Córtes

Huesca.

1162.

en el palacio de Barcelona el 4 de abril de 1152, diga que Alfonso apareció en aquella época de crisis como una estrella de union sobre el oscuro horizonte, siendo brillantes y animados los festejos que se celebraron y concurriendo gozosa al acto de su bautizo la nobleza de uno y de otro reino, considerándose desde aquel momento hermanos los vasallos de los antes distintos estados. Debe, empero, tenerse entendido que «por esta feliz union de coronas, ni Cataluña se unió accesoriamente á Aragon, ni Aragon á Cataluña: antes bien quedaron en su ser de reino y principado æque principaliter unidos, gobernándose cada cual por sus propias leyes, como de antes, sin que el uno pasase á ser provincia del otro (1).»

Habiendo cumplido la niña D. Petronila con la postrera disposicion de su difunto esposo dándole honrosa sepultura en el monasterio de Ripoll, empuñó con ánimo varonil las riendas del estado, y fué una de sus primeras disposiciones variar en el de Alfonso el nombre de Ramon de su hijo, «para que los aragoneses no le mirasen estraño,» segun la espresion de un analista.

En seguida, pasó á reunir córtes generales de aragoneses y catagenerales en lanes en Huesca, para que en ellas se declarase lo que el príncipe de Aragon su esposo dejára ordenado. Asistieron á estas córtes, segun Zurita, por parte de Aragon los obispos de Tarazona y Zaragoza, el conde de Pallars, Pelegrin de Castellzuelo, Palazin de Alagon, Sancho Iñiguez de Daroca, Galin Jimenez de Belchite, Fortun Aznarez de Tarazona, Pedro Lopez de Luesia, Marco Ferriz de Lizana, Pedro Lopez de Luna, Jimeno de Urrea, Fortun de Estada, Blasco Maza y Arpa; y por Cataluña el arzobispo de Tarragona, los obispos de Barcelona, Ausona, Gerona, Elna, Lérida y Tortosa, Ramon de Pujalt, Guillen de Cervera, Geraldo de Jorba, Guillen de Castellvell, Ramon Folch, vizconde de Cardona, Beltran de Castellet, Arnaldo de Llers, Guillen de Castelvell, Oton Bernardo de Rocafort, Ramon de Torroja y Guillen de Montpeller. Presentáronse ante estas córtes los albaceas testamentarios del conde, ya citados, y refirieron, mediante juramento, la última voluntad de Ramon Berenguer el Santo. A consecuencia de esto, y prévio acuerdo de las córtes, quedó gobernador regenta del reino D.* Petronila, interin llegaba la mayor edad del Cataluña. príncipe Alfonso, guardando para sí el gobierno de Aragon y encargando á Ramon Berenguer conde de Provenza el de Cataluña, pru

El conde de
Provenza

de

(1) Domingo de Aguirre en su obra sobre el real palacio de Barcelona, cap. I, párrafo II.

dente

y acertada medida que contentaba por de pronto á catalanes

y aragoneses.

fonso á Agreda.

Refiere un cronista (1), sin que yo lo haya visto confirmado por Viaje de Alotro alguno, que D.* Petronila envió entonces á su hijo, niño aun, á Castilla, llegando á Agreda, en donde firmaron el rey de Castilla y él un tratado de alianza ofensiva y defensiva contra los enemigos de entrambas coronas.

Tambien por aquel entonces envió D. Petronila un embajador á Inglaterra. Fué el arzobispo de Tarragona D. Bernardo Tort, y llevó el encargo de participar á aquel rey la muerte del conde de Barcelona y su postrera voluntad, con plenos poderes para renovar y conservar la alianza que existia entre ambas coronas. Estas medidas y la de la renovacion, llevada á cabo con mucha prudencia, de una tregua con Navarra por espacio de trece años (2), prueban el tacto y cordura de D. Petronila y de sus consejeros en las difíciles circunstancias que por la minoría de Alfonso estaba atravesando el reino.

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Embajada al

rey de

Inglaterra.

fingió el emperador D. Alfonso.

1163.

Un acontecimiento verdaderamente estraordinario vino por aque- De uno que so llos tiempos á poner en agitacion el pais. Circuló la voz de el que rey Alfonso el Batallador no habia muerto en la batalla de Fraga, segun al principio se creyera, sino que habiendo escapado milagrosamente de aquel desastre, pasó como peregrino á las apartadas comarcas del Asia donde habia sufrido grandes quebrantos y corrido portentosas aventuras. Presentóse efectivamente un anciano que dijo ser el verdadero Alfonso, y el vulgo, en todas épocas aficionado á lo maravilloso y estraordinario, comenzó á seguirle y á creerle. El impostor nombraba á muchas personas de Aragon y de Castilla que habian estado en tratos con él, y recordaba cosas que particular y secretamente con ellas habia pactado. Con esta farsa, que parece supo conducir hábilmente, llegó á ganar tanto crédito, que fueron muchos los que, fiados en cierta semejanza ó seducidos por su aplomo, llegaron á creerle el verdadero emperador Alfonso, á cuya memoria tenian grande respeto las gentes. Pero el impostor, creyéndose ya seguro y fiando en su osadía que tan buenos resultados le daba, se atrevió á presentarse en Zaragoza, donde á la sazon se hallaba la reina regente D. Petronila. Esta averiguó la falsedad

(1) Feliu de la Peña. lib. XI, cap. 1.

(2) Zurita, lib. II, cap XX.

Casto es

por rey. 1164.

del caso, y aconsejada por los barones mas allegados à su trono, mandó prender al que se fingia rey, y, despues de procesado, se le ahorcó públicamente en la ciudad de Zaragoza (1).

D. Alfonso el Al año siguiente, hallándose la reina en Barcelona, hizo donacion reconocido del reino á su hijo D. Alfonso, que habia ya cumplido los doce años. Hízolo, á tenor de lo que dicen las crónicas, por consejo de los prelados y barones, que fueron Hugo de Cervelló arzobispo de Tarragona, los obispos de Zaragoza y Barcelona, el conde de Pallars, Pedro de Castellezuelo, Pedro Ortiz, Blasco Romeu, Jimeno de Artosello, Dodon de Alcalá, Fortun Maza, Guillen Ramon de Moncada y Guillen de Castellvell. Tuvo lugar esta donacion del reino á D. Alfonso el 14 de junio de 1164, comprendiendo las ciudades, villas y castillos, iglesias y monasterios y todo lo que pertenecia á la corona, con todo lo que se habia adquirido y á su conquista perteneciese. De aquel dia en adelante D. Alfonso, niño de doce años, se tituló rey de Aragon. Por lo que toca á D.* Petronila, se quedó en la ciudad de Barcelona, en la cual y en el condado de Besalú, moró lo mas del tiempo de su vida.

Primeras

cortes

Zaragoza.

El conde de Provenza y los barones del reino debian ser para el celebradas en jóven monarca una especie de consejo de estado. Alfonso se dirigió en seguida á Zaragoza y reunió córtes, á las que asistieron con el alto clero y la nobleza, quince procuradores, - ó adelantados como entonces se llamaban,-de Zaragoza, y otros tantos de Calatayud, Daroca, Huesca, Jaca, Tarazona y otras poblaciones. Se conjetura que el alto clero, y el brazo real ó estado llano, votaron á una para obligar á los nobles á entregar á la corona lo que le pertenecia en castillos y heredades, so pena de ser declarados reos de lesa majestad, y el rey juró que lo haria cumplir como se le proponia (2).

El conde de Provenza parte á sus estados. 1165.

Los asuntos de Provenza exigieron en esto la presencia del conde en sus estados. Entregó al jóven monarca de Aragon el gobierno de Cataluña y partió á sus tierras. Durante la primavera de 1165 se hallaba en Arles, segun nos lo da á conocer un hecho que relatan las crónicas provenzales. Genoveses y pisanos se hallaban en abierta lucha y las circunstancias les habian hecho escojer por teatro de

(1) Zurita, lib. II, cap. XXII. Bris Martinez, lib. V, cap. XXVII. Este asunto ha prestado argumentacion à varios poetas. Yo conozco dus dramas que se apoyan en este hecho. El crisol de la lealtad del duque de Rivas y el Odio á muerte de D. Gregorio Amado Larrosa.

(2) Ortiz de la Vega, lib. VII, cab. IV.

sus contiendas el mediodía de la Galia. Los genoveses, haciendo via militar el Ródano, habian ido en busca de los pisanos, y desembarcando cerca de San Gilles, tuvieron con ellos un sangriento combate, siéndoles contraria la suerte. Volvieron pues á embarcarse en sus galeras, abandonando su campo á los pisanos que lo incendiaron; subieron el Ródano hasta Arles, y quedáronse muy sorprendidos al hallarse con que desde dicha ciudad hasta el arrabal de Trinquetaille se habia arrojado un puente que les impedia el paso y que estaba guardado por un cuerpo de tropas. El cónsul Grille, jefe de la flota genovesa, envió entonces una embajada al conde de Melgueil, es decir, á Ramon Berenguer conde de Provenza, que tomaba tambien el título de conde. de Melgueil por ser hijo de Beatriz, heredera de este condado. Los embajadores llevaban el encargo de preguntarle si habia él mandado echar aquel puente para impedirles el tránsito, en cuyo caso afirmativo, debian declararle la guerra amenazándole con poner sitio á Arles. El conde no dió tiempo á los diputados de hablarle; previno sus deseos y les dijo: «Id á decir al cónsul de Génova y á los capitanes de las galeras, que yo estaba ausente cuando se ha arrojado este puente sobre el rio, y que siento mucho que haya sobrevenido este incidente. Voy á hacer que se derribe el puente en el acto, y los vuestros hallarán en Arles un asilo seguro. Quiero honrar y servir á los genoveses, como lo hizo siempre mi tio el conde de Barcelona. >>

y

Da asilo á los

firma con ellos un tratado.

La hueste genovesa fué en efecto recibida en Arles, y permaneció veinte dias entre esta ciudad y Trinquetaille. Durante este tiempo, los genoveses genoveses hicieron grandes esfuerzos cerca del conde de Provenza para comprometerle á unirse con ellos y combatir juntos á los pisanos. Llegaron hasta á ofrecerle una suma considerable, pero el conde se negó abiertamente á complacerles, diciéndoles que estaba unido con el conde de Tolosa, y que no debia ir á hacer la guerra en sus tierras. No pudiendo vencer su resolucion, lo único que consiguieron de él fué que accediese á un tratado, por el cual se comprometió, mediante la suma de cuatro mil sueldos melgarienses, á no permitir que durante cierto tiempo prefijado ningun buque pisano abordase á las costas de sus dominios.

Este hecho, que nos cuentan las historias del Languedoc y de Provenza, y en las cuales he ido á buscarle, nos revela dos cosas: 1.' Que el conde de Provenza se hallaba en sus estados poco despues de haber sido reconocido Alfonso por rey de Aragon, y 2.* Que estaba

TOM. 11.

2

Tratado de alianza eutre

los condes

y de Tolosa.

en íntimas y estrechas relaciones con el conde de Tolosa en agosto de 1165.

No es estraño pues que estos dos príncipes, para aumentar mas su amistad, tuviesen una entrevista en Beaucaire ó Bellcaire en el mes de Provenza de octubre siguiente, y formasen juntos una liga contra el conde de Folcalquier, á quien el conde de Provenza habia resuelto someter, conforme al tratado que hiciera con el emperador Federico. Los condes de Tolosa y de Provenza convinieron por el mismo tratado en ayudarse mutuamente contra todos, escepto el rey de Francia, partirse entre ellos el condado de Folcalquier cuando lo hubiesen conquistado, así como todo lo que adquiriese el conde de Tolosa; y acordaron el casamiento del hijo mayor de este último, que solo tenia entonces nueve años, con Dulce, hija única del conde de Provenza, á quien este aseguró por dote la mitad de los condados de Folcalquier y de Melgueil con la parte de la ciudad de Aviñon que pertenecia á los condes de Folcalquier. Los Maurinos historiadores del Languedoc deducen de esto que el conde de Provenza pretendia que la mitad del condado de Melgueil le pertenecia, sin embargo de vivir aun la condesa Beatriz su madre, que era la heredera, y sospechan que esta mitad le habia sido quizá cedida por el contrato de matrimonio entre el conde Berenguer Ramon su padre y esta condesa (1). Estuvieron presentes á este tratado entre ambos condes el arzobispo de Tarragona y los obispos de Vich y de Gerona.

Entrada

catalanes

en Murcia.

La union que se formó entre el conde de Provenza y el de Tolosa, condujo á este último á abrazar el partido del anti-papa Pascual III que habia sido elegido en 1164, despues de la muerte de Víctor.

Respecto á lo sucedido en Cataluña y Aragon durante este año de declares 1165, las crónicas solo hablan, y muy imperfectamente por cierto, de haber sido muerto un capitan catalan de los mas principales y muchos caballeros con él por los moros, en una entrada que hicieron por el reino de Murcia. Llamábase Guillermo Despugnolo y fué la batalla el 15 de octubre (2).

(1) Arle de comprobar las fechas. – Historia del Languedoc. – Nostradamas : Historia de Provensa. -Zurita. Bouche.

(2) Zurita, lib. 11, cap. XXV.

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