Arte poética fácil: diálogos familiares, en que se enseña la poesía à cualquiera de mediano talento, de cualquiera sexo y edad

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por Antonio Oliva, 1826 - 312 páginas

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Página 84 - ... flaqueza en él había; las estrellas se muestran claramente, y no muestra cansancio aquel valiente. Salió la clara luna a ver la fiesta, del tenebroso albergue...
Página 82 - Caupolicán a aquel asiento sin gente a la ligera había llegado: tenía un ojo sin luz de nacimiento como un fino granate colorado, pero lo que en la vista le faltaba, en la fuerza y esfuerzo le sobraba.
Página 78 - Caciques, del Estado defensores, codicia de mandar no me convida a pesarme de veros pretensores de cosa que a mí tanto era debida; porque, según mi edad, ya veis, señores...
Página 84 - Y el bárbaro en el hombro la gran viga, sin muestra de mudanza y pesadumbre, venciendo con esfuerzo la fatiga, y creciendo la fuerza por costumbre, Apolo, en...
Página 79 - Que esta flaca persona atormentada de golpes de fortuna, no procura sino el agudo filo de una espada, pues no la acaba tanta desventura: aquella vida es bien afortunada, que la temprana muerte la asegura; pero a nuestro bien público atendiendo, quiero decir en esto lo que entiendo.
Página 79 - ¿Teniendo tan a golpe a los cristianos, volvéis contra vosotros el cuchillo? Si gana de morir os ha movido, no sea en tan bajo estado y abatido. Volved las armas y ánimo furioso a los pechos de aquellos que os han puesto en dura sujeción, con afrentoso...
Página 82 - No se vio allí persona en tanta gente que no quedase atónita de espanto, creyendo no haber hombre tan potente que la pesada carga sufra tanto; la ventaja le daban juntamente con el gobierno, mando, y todo cuanto a digno general era debido hasta allí justamente merecido.
Página 79 - No me pesa de ver la lozanía de vuestro corazón, antes me esfuerza; mas temo que esta vuestra valentía por mal gobierno el buen camino tuerza; que, vuelta entre nosotros la porfía, degolléis vuestra patria con su fuerza: cortad, pues, si ha de ser desa manera, esta vieja garganta la primera.
Página 84 - Faetón sale corriendo del mar por el camino acostumbrado: sus sombras van los montes recogiendo de la vista del Sol, y el esforzado varón, el grave peso sosteniendo, acá y allá se mueve no cansado, aunque otra vez la negra sombra espesa tornaba a parecer corriendo apriesa.
Página 84 - La luna su salida provechosa por un espacio largo dilataba: al fin, turbia, encendida y perezosa, de rostro y luz escasa se mostraba: paróse al medio curso más hermosa a ver la extraña prueba en qué paraba; y viéndola en el punto y ser primero, se derribó en el ártico hemisfero.

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