A Spanish Grammar: For the Use of Colleges and Schools

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American book Company, 1901 - 415 páginas
 

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Página 323 - ¡todos, en fin! acometen furiosamente á las posiciones enemigas, como impulsados por un solo y mágico resorte, como un pantano que rompe su dique, como la mar, cuando la vuelca sobre la playa un terremoto. ¡Oh momento! — ¡Yo no sé describirlo! Su mero recuerdo inflama mis sentidos y agolpa á mis ojos lágrimas de entusiasmo... — ¡Qué embriaguez! ¡qué vértigo! ¡qué locura aquélla! — ¡La alegría, el furor, la soberbia española, el miedo de que los Moros tuvieran tiempo de rehacerse...
Página 330 - Oquendo vió que no podía dominar el incendio y no tenía ningún cañón en estado de servicio, fué cuando se decidió á embarrancar, mandando previamente disparar todos los torpedos, menos los dos de popa, por si se acercaba algún buque enemigo, hasta que llegado el último extremo, mandó arriar la bandera, minutos después que el Teresa y previa la consulta á aquellos Oficiales que estaban presentes.
Página 332 - Comandante, que como su buque era tan pequeño, no podía recibir aquella masa de gente, é iba á buscar un buque mayor que los embarcara. — Los insurrectos, con quienes yo había hablado, me habían dicho que con ellos tenían unos 200 hombres, entre los que había cinco ó seis heridos, y me añadieron de parte de su Jefe que si queríamos irnos con ellos, les siguiéramos y nos auxiliarían con lo que ellos tenían, á lo que les contesté que dieran las gracias á...
Página 327 - El buque se defendía valientemente del nutrido y certero fuego del enemigo, y no tardó mucho en caer entre los heridos su valiente Comandante ^Capitán de Navio D. Víctor M. Concas, que tuvo que retirarse, y como las circunstancias no permitían perder un segundo, tomé por mí mismo el mando directo del buque, esperando ocasión de que pudiera llamarse al segundo Comandante, pero ésta no llegó, porque el combate arreciaba, los muertos y heridos caían sin cesar, y no había que pensar en otra...
Página 333 - Estado, sino de propiedad particular, sino que han suprimido la mayor parte de los " burras" por respeto á nuestra amargura -. hemos sido y somos objeto de entusiastas felicitaciones por nuestra acción, y todos, á porfía, se han esmerado en hacernos nuestro cautiverio lo más llevadero posible. Ignoro aún las pérdidas de gente, por estar repartidos en diversos buques, pero estarán en las ideas que hace concebir el telegrama antes inserto. En resumen : la jornada del 3 ha sido un desastre horroroso,...
Página 323 - ¡Viva la reina! ¡A la bayoneta! ¡A ellos! -grita de pronto el general O'Donnell, cuando calcula que nuestra infantería puede llegar de un solo aliento, de una sola carrera, a las trincheras moras, y saltarlas, y penetrar en los campamentos. -¡A la bayoneta! ¡A ellos! -contestan veinte mil voces-. Y todas las músicas, todas las cornetas, todos los tambores, repiten la señal de ataque; y los treinta y dos batallones, y la caballería, y el cuartel general, y la artillería, y los ingenieros,...
Página 327 - Víctor M. Concas, que tuvo que retirarse y como las circunstancias no permitían perder un segundo, tomé por mí mismo el mando directo del buque esperando ocasión de que pudiera llamarse al segundo comandante, pero ésta no llegó, porque el combate arreciaba, los muertos y heridos caían sin cesar, y no había que pensar en otra cosa que en hacer fuego en tanto que se pudiera. En tal situación, teníamos fuego en mi cámara, donde debieron hacer explosión algunos de los proyectiles que allí...
Página 322 - Batallones, paso á paso, porque así lo mandan los Jefes; pero agitados, impacientes, fogosos, enardecidos hasta el frenesí por el olor de la pólvora, por el estallido de los cañones, por la proximidad .de la presa... — ¿Cuándo? ¿Cuándo? — parece que dicen nuestros soldados, nuestros bizarrísimos infantes, requiriendo sus bayonetas... — ¿Cuándo? ¿Cuándo? — parece que preguntan Ros de Olano y Prim, refrenando sus impacientes bridones, á la cabeza de las ordenadas tropas...
Página 331 - Los Comandantes segundo y tercero y tres Tenientes de Navío habían ya muerto. El salvamento de los supervivientes fué organizado por su Comandante, que ha perdido la vida por salvar la de sus subordinados. Hicieron una balsa, arriaron dos lanchitas, únicas embarcaciones que les quedaban útiles, y últimamente fueron auxiliados por embarcaciones americanas, y según me dijo un insurrecto con quien hablé en la playa, también les auxilió un bote que éstos tenían. — Sublime era el...
Página 329 - Gloucestcr, á donde fui acompañado de mi Capitán de bandera, herido, de mi hijo ayudante y del segundo del buque, que fué el último que lo abandonó. Durante este período, el aspecto del buque era imponente, porque se sucedían as explosiones y estaba para aterrar á las almas mejor templadas.

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