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dos otros por la grosera ignorancia, vendidos algunos á los estraños por el vil interés; los cuales, ya ilustran las galerías del citado museo de Sevilla, ya escitan la admiracion de los viajeros en las colecciones de Prusia y de Inglaterra (1), ya aumentan el prestigio del memorable convento de S. Isidoro del Campo, ya dán solemnidad á las miserables paredes del pueblecillo de Santiponce en que se hallan incrustados, ya finalmente volvieron á soterrarse hechos menudos fragmentos entre las escorias de los basureros para no volver nunca á la luz. ¿Quién creyera que han podido en nuestros dias descender hasta este último destino mas de cinco ó seis preciosos mosaicos, no bien fueron allí descubiertos? Se comprende hasta cierto punto que haya desaparecido casi por completo el soberbio pavimento desenterrado en 1799, preservado algun tiempo por el honroso celo del pobre monge que lo cercó para hacerle inacce

seo provincial de Sevilla llamó nuestra atencion entre muchos objetos interesantes la siguiente dedicacion, nunca hasta ahora publicada, hecha á Valio Maximiano por haber pacificado la Bética. Reproducimos fielmente su ortografía.

C. VALLIO
MAXIMIANO

PROC. PROVINCIAR. -
MACEDONIE. LVSI
TANIE. MAVRETAN.
TINGITANE. FORTIS
SIMO. DVCI.

RES. P. ITALICENS. OB.
MERITA. ET. QVOT. (sic)
PROVINCIAM. BÆTIC.
CESIS. HOSTIBUS
PACI. PRISTINE
RESTITVERIT.

En la misma piedra al lado izquierdo se lée: «DEDICATA ANNO LICINI VICTORIS ET FABLELINI II VIR. PR. KAL. JANUAR.» No es menos interesante otra inscripcion consignada en un pedestal, é igualmente inédita, que contiene una dedicacion á Baco bajo el nombre de Padre Libre con tanta frecuencia usado en la antigüedad, hecha por un edil de los juegos escénicos. Dice así:

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Tiene esculpidos este pedestal al costado derecho un vaso ó ánfora de elegante forma, y al izquierdo una pátera.

Estos objetos pertenecen á las escavaciones hechas por D. Ivo de la Cortina. (1) M. Latour en su interesante libro SEVILLE ET L' ANDALOUSIE afirma que existen fragmentos muy notables de escultura sacados de Itálica en Prusia y en Inglaterra.

sible á los profanos (1), publicado en 1802 por el infatigable Laborde, y convertido luego en corral de cabras por los bárbaros guerreros de Soult; pero no se comprende cómo los mosáicos hallados por D. Ivo de la Cortina en 1839 y 1840, que tanta impresion produjeron entre las corporaciones literarias y hombres entendidos de Sevilla (2) que dibujó con diligencia y guardó muchos meses con amor entusiasta un distinguido miembro de aquella Academia de buenas letras (3), y que por último fueron objeto de protectoras medidas de parte de un ilustrado ministro de la corona (4), vinieron á ser en brevísimo tiempo, despues que la administracion central retiró su mano amparadora, despojos de las piaras y miserable trofeo de la inclemencia de los hombres y de las estaciones. A tal punto fué rápida su destruccion, que cuando visitamos nosotros las ruinas de Itálica en 1855, no existia de aquella antigua riqueza mas que una pobre orla casi completamente destrozada, rodeando detrás de la carcomida pared de un corral un espacio cuadrado cubierto de espesa yerba, entre la cual los muchachos de Santiponce recogian las piedrezuelas sueltas que comprábamos los viajeros. Séneca, que tanto se condolia de que los Romanos de su tiempo no supieran andar sino sobre pavimentos taraceados, ¿qué hubiera pensado de sus paisanos los andaluces al verles defender de una manera tan brutal la causa de la austeridad y simplicidad de las costumbres?

¿Y qué diremos del estado presente de aquel famoso anfiteatro, dádiva monumental de Adriano, encomiado por Justo Lipsio, cantado en

(1) Llamábase Fr. José Moscoso: debemos este dato à las curiosas investigaciones de M. Ford. Véase su Hand book, etc.

(2) Dice el citado Sr. Cortina en un comunicado sobre las ruinas de Itálica que salió á luz en el periódico La España en el pasado enero, que la Sociedad de amigos del pais de Sevilla, la Academia de buenas letras de la misma ciudad y la de la Historia de Madrid fueron las inspectoras de su empresa.

(3) Fué este el Sr. D. José Amador de los Rios, conocido literato y actual catedrático de literatura estrangera en la Universidad central de esta Corte, en cuyo poder hemos visto algunos de los dibujos de que hacemos mérito, esmeradamente puestos en limpio y lavados por su hermano D. Demetrio de los Rios, jóven arquitecto de esperanzas, que le ha sustituido en la meritoria y dificil tarea de publicar aquellas nobles ruinas. Entre los referidos dibujos hay figuras enteras cuyos lineamientos, propios solo del mejor tiempo del arte romano, revelan hasta qué punto la fuerza espansiva de aquel gran pueblo hacia homogénea en todas partes la huella de sus ideas.

(4) El Ministerio de la Gobernacion, que estaba á la sazon á cargo del Sr. marqués de Someruelos, prestó su apoyo al Sr. Cortina concediéndole para sus escavaciones 40 confinados. Mandóse á estos desamparar aquel lugar despues de la revolucion de setiembre de 1840, y desde entonces, invadidos por las piaras y los ganados los pavimentos descubiertos, empezó su destruccion, que vieron los Sres. Cortina y Rios consumarse en pocos meses sin medio alguno en su mano para contenerla.

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