Y se sujeta á razon, ¡Oh qué herida tan fuerte Levanta sed y codicia Para que no se entremeta Las virtudes nos escuadran De nuestros asperos yerros, Y por razones que cuadran Por dolorosos aullidos miel Pero con falsos dulzores, La breña de los errores Con ciegos yerros desquicia Las aborrece y alanza. El mundo con su tropel De los mundanos dulzores Hace resistencia él, Al sabueso y al lebrel, Y á entrambos los ventores. Dispara carnal deseo Contra el espiritual, Baterías tan arreo, Con el bravo resistir No se puede dar á mano. El que se nombra cristiano, Aunque acierte en el sentir, Sin duda trabaja en vano, Hasta que llega el alano Con que el corazon se muestra. Todos siniestros invesa, Reprueba toda opinion, Voluntad ansí prendida Del caritativo alano Luego le regla la vida, No hay estorbo que la impida Ella sosiega y asesa, Porque más no se estremeza Del amor que bien empieza, Con estas dos le platica El bien de su herencia rica, Si no yerra de su centro. Porque en los bienes templanza Y en los males fortaleza Prosiguen su buen andanza, Justicia brazos alcanza Y prudencia la cabeza. MATRACA DE JUGADORES, compuesta de priesa, con protestacion que será enmendada antes qu'ellos. H muy magnífica gente Que presenta este presente; Es poco y Aunque de fruta tardía. Pero para bien hacer Y él nunca se llama tarde. El celo de caridad Que Jesucristo revela Nos da tal conformidad, Un miembro de otro se duela. Pues ¿por qué no nos dolremos |