Past. ¡Dios! qué de herme pastor Yo me hallo arrepentido,
Porque ya sabeis que he sido Muy nombrado pescador. Es oficio de primor,
Que á los pobres pescadores Para ser predicadores Escogió nueso Señor. En fin, yo fuí majadero En ovejero me her.
¡Dios! que he de tornar á ser
Pescador ó colmenero,
Porque Cristo verdadero
Desque hué resucitado
Comió panal y pescado,
Y de antes comió el cordero. Digo porqu'era mortal Cuando el cordero comió, Y despues penó y murió, Y resucitó inmortal.
Nunca más comió animal Manso, ni bravo, ni fuerte, Despues que venció la muerte, Son el pece y el panal.
Y tambien miro otra cosa: Que comió con miel el pece, Y el cordero me parece Con la lechuga amargosa.
No es mucho que es buena grosa Que el mundo, ya redimido, No hay pescado desabrido, Ni d'ántes carne sabrosa. En fin, yo quiero dejar` Esta vida pastoriega, Que ando á rabo de borrega, Trabajando sin medrar,
Y volverme á mi pescar Para vivir descansado,
Que á lo que el hombre es vezado Es muy malo de olvidar. Podréis creer sin mentira
Que acordando me embarazo
De los charcos del Carazo, Y Boca de Guadaxira,
Del Fresno de cuervos bella, Y Charca blanca tras ella, Y las Peñas quien lo tira. Y el Bacinete de vero, Los Altrines á la iguala, Tras ellos Doña Pascuala, Y Laguna de Conquero, Y la Charca del Vercero, Y el Lexioso sin yedras, Luégo el lance de las Piedras, Y abaxito, el Henchidero. Martin de las mozas, ¡hola! ¿Y el Hoyo de los Tejares? Todo es aire, juro á mares, Son barbos de Casa sola. Hurta el hombre con la gola Que se venden muy apriesa; Silos y Charca traviesa Y el Alisar apescola.
Y el Embarcadero honrado De Talavera hermoso, Y el Pinto y el Cascajoso, Majadal, y Mal bincado. Luego abajo helo olvidado? ¡Ha! ¡ha! la Galapaguera, La Lambia está muy bajera Y el de los Puercos nombrado. Peguero es charco que ahonda, Tien hoyos muy pernotabres; Luégo hay otros razonabres,
Que es Ruygomez y la Honda; Y digo, que si se monda
Vado del águila bien,
Y Valde espino tambien,
No hay pece que se me esconda. Charca branca de Pesquero, Los Metidos del Rosal, Mata quinteros no hay tal, Aunque tien mucho vercero. Pues olvidar no me quiero Del Vado del espadaña, Charca hermosa; es tamaña Fraile y Albacin somero. La boca del Albuhera, Vado quemado ansimesmo, Y la Tabreta del fresno, Juan Antonillo en renclera, El Barranco es como quiera; El Embarcadero es mio, Y el de la Puerta del rio Para her pesca somera. En Don Miguel he lanzado, Y en Don Anton norabuena, Y Arenales de Telena,
Y Alvalá, charco nombrado. D'allí abajo no he pasado, Ni matado cosa viva Del Carazo para riba,
Porque aquestos me han bastado, Yo tengo bien conocidos
Pescados y pescadillas, Barbos, bornos y samillas, Y machos arrepentidos. Pues sapos son garridos, Combas, becerros, pisones, Jaramagos y escardones, Y bordallos muy queridos. Bogas, savaleta, anguilas, Lampreas pocas, pequeñas, Porque el rio no es de peñas; Tambien hay pocas pardillas. Si torno á mis redecillas Y xudras nasas esqueros, Cargaré treinta recueros De pescado á maravillas. De Casasola este pece,
Veislo aquí, tengo en la mano; Váyase al arcedïano,
Que bien creo que lo merecc; En vida y ciencia florece, Y tien su casa pintada, Callente y bien conservada, Pues de leña se abastece. Veis, veis de Mata quinteros Una anguila lúcia y rasa? Al chantre, que dentro casa
« AnteriorContinuar » |