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AL ILUSTRÍSIMO SEÑOR

D. GOMEZ SUAREZ DE FIGUEROA,

CONDE DE FERIA, ETC.

NA de las condiciones que en la Naturaleza divina se halla, Illmo. Señor, es no tener fin, que trae consigo imperfeccion ó destruycion de ella: y áun tener principio desminuye. Por tanto, Dios es perfectísimo de todas maneras, pues siempre fué y será. De aquí es que todas las cosas que viven procuran engendrar semejantes, así como un árbol engendra árbol, y un animal otro animal; porque no pudiendo en sí permanecer y vivir sin fin, hacen aquello que pueden porfiando vivir en su semejante. Y ansí es que el padre en alguna manera vive en el hijo y en el nieto y en todos los descendientes; y esto endereza la naturaleza para alcanzar en cuanto puede ó imitar aquel estado y condicion divina. Autor es Aristóteles, en el segundo libro de Anima.

Por la mesma razon parece que los hombres

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que no tienen hijos se aplican á escrebir ó hacer otras obras de sus manos en que viva siempre su nombre, y á la verdad, aunque los engendrasen no debrian cesar de obras del entendimiento, pues en criar hijos, áun la hormiga nos hace ventaja. Y esto fué lo que movió al Salustio á escrebir la Conjuracion de Catilina y guerra de Yugurtha, que es libro de harto provecho, como V. S. Illma. bien sabe.

Considerando yo todo esto, y viendo que mi tio DIEGO SANCHEZ, que es en gloria, habia escrito con gran trabajo muchas obras no de poco provecho, ni dignas de estarse á lo escuro, porque con mucha verdad y sin injuria de Naharro, las tienen todos por las mejores que hasta hoy se han sacado á luz (digo de todas las que son escritas en aquel estilo cómico), pues es notorio que el sujeto y manera de que tratan es muy escelente, conviene á saber: cosas sacadas de las entrañas de la Sagrada Escritura, segun que vuestra Señoría Ilustrísima verá en la minuta dellas, y por un estilo tan claro y palpable, que parece que todos los oyentes están diciendo lo mesmo, que para lo saber por via de doctrina era necesario trabajo y maestro; y no va seco ni de tal manera groso que canse las orejas con vanas representaciones; ántes tiene donaires con discrecion y

descuidos con cuidado, porque era un hombre, demas de ser letrado, de gran ingenio y de muy asentado juicio.

Oíle decir un dia que queria enviar á vuestra S. Illma. una montería que habia compuesto razonable, de donde yo colegí que tenía voluntad de servidor y capellan de V. S. Illustrísima; y que si viviera publicára estas poesías que habia compuesto con la lumbre de su muy celebrado nombre; por lo cual yo he determinado de sacar el Cerbero del infierno con el ayuda de Hércules; y no quitando á nadie lo suyo, imprimir las obras que he podido descubrir de mi tio, dedicándolas al nombre de vuestra Illustrísima Señoría, porque así como todos se huelgan de oir tal nombre, se huelguen de ver lo que va sujeto y amparado con el escudo de V. S. Illma. Bien veo que esto es llevar agua á la mar, pues la claridad de su linaje no tiene necesidad de testigos tan vanos, habiéndonos vuelto la edad dorada, con razon dorada y dichosa mucho, en la cual un señor como vuestra Señoría Illustrísima, ha tenido por bien condescender á saber tanto en letras como en armas, y que se acompañe tanto de libros cuanto de vasallos, y gobierne tan bien los unos como los otros; y de tal manera que el un cuidado no estorbe al otro, ántes tan á su tiem

po que parezca valer nada uno sin otro. Ya no osaré alabar á Epaminondas, capitan thebano, porque si él fué tan lleno de doctrina que diga Justino ser admirable y duro de creer de dónde haya venido tan señalada ciencia de guerra á un hombre nacido entre letras, no fué criado en regalos, ni en tiempo que los vicios valian más que las virtudes, y tenía competidores iguales, como Agesilao en Lacedemonia, y Perícles en Aténas, que lo forzaban á mucho más. Mas con vuestra señoría yllustríssima ¿quién competirá, naciendo para esperanza de tan gran señorio, en tiempo que las letras estaban trocadas por los vicios, de tal manera que se dude quién haya recibido más, ellas de favor, ó vuestra señoría yllustríssima de doctrina:

Tanto me ocurre que decir, que fuera menester hacer un libro entero de tan justas alabanzas, que ninguna lengua que en ellas s mostrase elocuente podria ser tachada de lison ja, pues la materia es tan alta que sobrepuja a cuantas lenguas tienen facundia, y tambien m voluntad está tan sujeta que no merece pag tan amargosa,

Servidor y Capellan de V. S. Illustríssima

MONTERÍA ESPIRITUAL

que los hombres deben en sí hacer; en que la razon caza á la voluntad; con una glosa para mayor declaracion.

A

MONTE va la razon
Con pujante autoridad
Por cazar la voluntad,
Y ponerla en su prision.
Un montero muy dispierto
Lleva para la cazar,
Muy diestro en el montear;
El juicio claro y cierto.

Dos perros de gran noticia
Van delante por ventores,
Muy certeros rastreadores,
Que son prudencia y justicia.

Un sabueso y un lebrel,

Con quien sigue y con que alcanza ;

Estos son fe y esperanza,

Que hacen caza muy fiel.

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