Imágenes de páginas
PDF
EPUB
[merged small][graphic]

NOTICIAS HISTÓRICAS

SOBRE EL MAESTRE DE CAMPO FRANCISCO DE CARBAJAL

Arévalo, pequeña ciudad de Castilla la Vieja, dió cuna al soldado que por su indómita bravura, por sus dotes militares, por sus hazañas que rayan en lo fantástico, por su rara fortuna en los combates y por su carácter sarcástico y cruel fué conocido, en los primeros tiempos del coloniaje, con el sobrenombre de Demonio de los Andes.

¿Quiénes fueron sus padres? ¿Fué hijo de ganancia ó fruto de honrado matrimonio?

La historia guarda sobre estos puntos profundo silencio, si bien un libro hemos leído en que se afirma que fué hijo natural del terrible César Borgia, duque de Valentinois.

Francisco de Carbajal, después de haber militado más de treinta años en Europa, servido á las órdenes del Gran Capitán Gonzalo de Córdoba y encontrádose, con el grado de alférez, en las famosas batallas de Ravena y Pavía, vino al Perú á prestar con su espada poderoso auxilio al marqués don Francisco Pizarro. Grandes mercedes obtuvo de éste, y en breve se halló el aventurero Carbajal poseedor de pingüe fortuna.

Después del trágico fin que tuvo en Lima el audaz conquistador del Perú, Carbajal combatió tenazmente á la facción del joven Almagro. En la sangrienta batalla de Chupas, y cuando la victoria se pronunciaba por los almagristas, Francisco de Carbajal, que mandaba un tercio de la alebronada infantería real, exclamó arrojando el yelmo y la coraza y adelantándose á sus soldados: - Mengua y baldón para el que retroceda! ¡Yo soy un blanco doble mejor que vosotros para el enemigo!-La tropa siguió entusiasmada el ejemplo de su corpulento y casi obeso capitán, y se apoderó de la artillería de Almagro. Los historiadores convienen en que este acto de heroico arrojo decidió de la batalla.

Vinieron los días en que el apóstol de las Indias, Bartolomé de las Casas, alcanzó de Carlos V las tan combatidas ordenanzas en favor de los indios, y cuya ejecución fué

[graphic]

encomendada al hombre menos á propósito para implantar reformas. Nos referimos al primer virrey del Perú, Blasco Núñez de Vela. Sabido es que la falta de tino del co

misionado exaltó los intereses que la reforma hería, dando pábulo á la gran rebelión de Gonzalo Pizarro.

Carbajal, que presentía el desarrollo de los sucesos, se apresuró á realizar su fortuna para regresar á España. La fatalidad hizo que, por entonces, no hubiese lista nave alguna capaz de emprender tan arriesgada como larga travesía. Las cualidades dominantes en el alma de nuestro héroe eran la gratitud y la lealtad. Muchos vínculos lo unían á los Pizarro, y ellos lo forzaron á representar el segundo papel en las filas rebeldes.

Gonzalo Pizarro, que estimó siempre en mucho el valor y la experiencia del veterano, lo hizo en el acto reconocer del ejército en el carácter de maestre de campo.

Carbajal, que no era tan sólo un soldado valeroso, sino hombre conocedor de la política, dió por entonces á Gonzalo el consejo más oportuno para su comprometida situación: «Pues las cosas os suceden prósperamente le escribió,-apoderaos una vez del gobierno y después se hará lo que convenga. No habiéndonos dado Dios la facultad de adivinar, el verdadero modo de acertar es hacer buen corazón y aparejarse para lo que suceda; que las cosas grandes no se emprenden sin gran peligro. Lo mejor es fiar vuestra justificación á las lanzas y arcabuces, pues habéis ido demasiado lejos pa

[ocr errors]
« AnteriorContinuar »