Imágenes de páginas
PDF
EPUB

monición, se presentó el maestre en de la señora, diciéndola:

-Sepa usted, señora comadre, que vengo á darle garrote;-y después de haber expuesto el cadáver en una ventana, exclamó : Cuerpo de tal, comadre cotorrita, que sì no escarmienta de ésta, yo no sé lo que me haga.

"Por fin, el 9 de abril de 1548 se empeñó la batalla de Saxsahuamán. Pizarro, temiendo que la impetuosidad de Carbajal le fuese funesta, dió el segundo lugar al infame Cepeda, resignándose el maestre á pelear como simple soldado. Apenas rotos los fuegos, se pasaron al campo de Gasca el segundo jefe Cepeda y el capitán Garcilaso de la Vega, padre del historiador. La traición fué contagiosa, y el licenciado Gasca, sin más armas que su breviario y su consejo de capellanes, conquistóse en Saxsahuamán laurcles baratos y sin sangre. No fueron el valor ni la ciencia militar, sino la ingratitud y la felonía, los que vencieron al generoso hermano del marqués Pizarro.

Cuando vió Carbajal la traidora deserción de sus compañeros, puso una pierna sobre el arzón, y empezó á cantar el villancico que tan popular se ha hecho después:

«Los mis cabellicos, maire, uno á uno se los llevó el aire. ¡Ay pobrecicos

los mis cabellicos!>>

Caído el caballo que montaba, se halló el maestre rodeado de enemigos resueltos á darle muerte; mas lo salvó la oportuna intervención de Centeno. Algunos historiadores dicen que el prisionero le preguntó:

-¿Quién es vuesa merced que tanta gracia me hace?

-¿No me conoce vuesa merced?-contestó el otro con afabilidad.-Soy Diego Centeno. -¡Por mi santo patrón!-replicó el veterano, aludiendo á la retirada de Charcas y á la derrota de Huarina,-como siempre vi á vuesa merced de espaldas, no le conocí viéndole la cara.

Gonzalo Pizarro y Francisco de Carbajal fueron inmediatamente juzgados y puestos en capilla. Sobre el gobernador, en su condición de caballero, recayó la pena de decapitación. El maestre, que era plebeyo, debía ser arrastrado y descuartizado. Al leerle la sentencia contestó: Basta con matarme.

Acercósele entonces un capitán, al que en una ocasión quiso don Francisco hacer ahorcar por sospecharlo traidor.

-Aunque vuesa merced pretendió hacer

me finado, holgaréme hoy con servirle en lo que ofrecérsele pudiera.

-Cuando le quise ahorcar podía hacerlo, y si no lo ahorqué fué porque nunca gusté de matar hombres tan ruines.

Un soldado que había sido asistente del maestre, pero que se había pasado al enemigo le dijo llorando:

-¡Mi capitán! ¡Pluguiera á Dios que dejasen á vuesa merced con vida y me ma

[graphic]
[ocr errors]

taran á mí! Si vuesa merced se huyera cuando yo me huí, no se viera hoy como se ve. -Hermano Pedro de Tapia le contestó Carbajal con su acostumbrado sarcasmo,pues que éramos tan grandes amigos, ¿por qué pecasteis contra la amistad, y no me

disteis aviso para que nos huyéramos juntos?

Un mercader, que se quejaba de haber sido arruinado por don Francisco, empezó á insultarlo:

-¿Y de qué suma le soy deudor?

-Bien montará á cinco mil ducados. Carbajal se desciñó con toda flema la vaina de la espada (pues la hoja la había entregado á Pedro Valdivia al rendírsele prisionero), y alargándola al mercader le dijo:

-Pues, hermanito, tome á cuenta esta vaina, y no me vengan con más cobranzas, que yo no recuerdo en mi ánima tener otra deuda que cinco maravedises á una bruja bodegonera de Sevilla, y si no se los pagué fué porque cristianaba el vino y me expuso á un ataque de cólicos y cámaras.

Cuando lo colocaron en un cesto arrastrado por dos mulas para sacarlo al suplicio, soltó una carcajada y se puso á cantar:

¡Qué fortuna! Niño en cuna,

viejo en cuna! ¡Qué fortuna!

Durante el trayecto, la muchedumbre quería arrebatar al condenado y hacerlo pedazos. Carbajal, haciendo ostentación de valor y sangre fría, dijo:

-¡ Ea, señores, paso franco! No hay que arremolinarse y dejen hacer justicia.

Y en el momento en que el verdugo Juan Enríquez se preparaba á despachar á la víctima, ésta le dijo sonriendo:

[graphic]

-Hermano Juan, trátame como de sastre á sastre.

Carbajal fué ajusticiado en el mismo campo de batalla el 10 de Abril, á la edad de

« AnteriorContinuar »