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subceso como lo de Cascacs, porque creo os debistes determinar á emprenderlo con lo que ahí teníades y con lo que llevarian las cincuenta galeras que enviastes á Setubal de la primera barcada, sin esperar lo demás, y es muy conveniente y muy conforme á mi intencion la que vos llevais de apretar y abreviar el negocio lo posible, pues por todos respectos y consideraciones es esto lo que conviene, con que sea con la seguridad que conviene, como sé que lo será resolviéndolo vos (1).

Aunque yo tengo á D. Alonso de Leiva en la opinion que meresce la buena cuenta que hasta aquí ha dado de todo lo que ha sido á su cargo, todavía he holgado de ver lo que me escribís en aprobacion de su persona, y por elio fué muy buena eleccion la que dél hicistes, para que quedase en Cascacs con las diez galeras.

Ha sido muy bien advertirme de la necesidad de D. Antonio de Castro, y paresciéndome muy buen término el que apuntais, que con nombre de prestado se le provea lo que hubiere menester, holgaré que vos lo hagais como de vuestro, socorriéndole con la cuantidad que os paresciere en una ó muchas veces, que yo os lo remito y terné por muy bien empleado el dinero que le diéredes.

Por medio de D. Cristóbal de Mora he entendido que ha venido aquí un portugués que refiere haber llegado á las Terceras cuatro naos de la India, y que desde allí despacharon carabela de aviso á D. Antonio, que ahi llaman la Migeriqueira, como os lo dirán los de ahí (2), y que las habia mandado volver luego con órden que no pasasen adelante, sino que descargasen allí lo que traian, no paresce

(1) Lo de cursiva es de mano de S. M.

(2) Idem.

que tiene mucho de verisimil, mas todavía he mandado que se os escriba para que lo sepais y comuniqueis al marqués de Sancta Cruz y mireis si se debe hacer alguna diligencia sobre ello.

Por la relacion de lo que escribistes á Zayas holgué de entender que las villas de Cintra y Colares hubiesen dado la obediencia; lo mismo quiere hacer la ciudad de Beja, que habiendo tomado la voz por D. Antonio han mirado mejor lo que les cumple, y así he mandado advertir dello al duque de Medina Sidonia que les envíe á tomar el homenaje, aunque hasta que esto esté hecho no hay cosa segura (1).

Habiendo llegado los edictos que se esperaban, firmados de los gobernadores, he mandado que se os envíen dos docenas dellos, porque si acaso hubiere alguno que ponga duda en las copias auténticas que allá teneis, se les pueda mostrar una destas originales, debeis procurar que se derramen por Lisboa las que os paresciere, porque creo harán mucho al caso que el pueblo entienda aquella verdad, y demás desto ordenareis que se envíen á Setubal y otras villas que han dado la obediencia, con órden que lo publiquen y guarden en los archivos de las cámaras, para que todos entiendan la obligacion que tenian á lo que han hecho y queden contentos de la haber cumplido; y si fuere menester mas copias de las unas ó de las otras, con avisarlo se os enviarán las que pidiéredes.

El arzobispo de Lisboa me ha enviado á suplicar le mandase dar salvaguarda para el lugar de Santanton, donde reside con todos sus parientes, criados y hacienda, y paresciéndome que no se le podia ni debia negar, le mandé responder que lo tenia por bien, y así seré servido que

(1) Lo de cursiva es de mano de S. M.

siempre que por su parte se os pidiere, se la deis con el cumplimiento necesario. Es el lugar de 70 vecinos, segun ha dicho el hombre que vino á esto, y por su medio se le ha advertido que mire muy bien no se meta entre ellos alguno de los rebeldes.

Hallándose en Santaren dos mozos, hijos de D. Francisco Pereira, al tiempo que se levantó D. Antonio, le siguieron y andan con él, y porque se me ha dicho que están arrepentidos y que tienen deseo de se pasar á mi servicio, si así lo hicieren, aceptarlos heis, señalándoles tiempo limitado en que lo hagan.

El capitan Gaspar Gomez, que tenia á cargo el castillo de Villaviciosa, es muerto, podrido, segun me dicen, de las desórdenes y excesos que hacian los soldados que con él estaban. He acordado de enviar á mandar al adelantado que envíe allí un capitan hombre de bien con 100 soldados de su compañía, y que los que agora están en Villaviciosa se pasen á servir en las suyas que andan en ese ejército, y para que se apodere del castillo y tenga la mano para que se ejecute lo que está dicho, he hecho eleccion de D. Pedro de Tassis, que se irá luego á meter en él, y á vos os he querido avisar dello para que lo sepais como es razon, y para que envieis órden al camino de lo que han de hacer los que allá han de ir, y aun no creo que será malo que despues de llegados ahí os informeis de sus culpas, y meresciendo castigo se lo hagais dar, porque entre otras virtudes se ha sabido que de las cosas que habia en el castillo han robado cuanto podian, y no conviene pasárselo en disimulacion. De Badajoz á 5 de agosto 1580.

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De mano de S. M.a

Y aun destos y de otros que en Setubal y otras partes han hecho lo mismo, seria bien que á su tiempo hiciésedes cobrar lo que así han tomado, para que se vuelva á sus dueños, ó á quien justamente lo hubiere de haber, y será bien que esté secreto hasta su tiempo esto, para que tanto mejor se pueda ejecutar.-Yo el rey.

Copia de minuta de carta de S. M. al duque de Alba. De Badajoz á 7 de agosto de 1580.

Entrega de la ciudad de Lisboa—Diligencias para prender á D. Antonio.

(Archivo general de Simancas.-Estado, legajo núm. 425.)

Al duque de Alba.-Esta tarde llegaron juntos el correo que me despachastes á 21 del presente, y D. Alvaro de Luna que trujo vuestras cartas de 23, y D. Hernando de Toledo con las de 25, y la nueva del buen suceso de la escaramuza que se trabó con la gente de D. Antonio, y la entrega de la ciudad de Lisboa sin sangre ni saco, cosas todas en que nos da Dios á entender bien claro la merced que por su bondad me ha querido hacer, y reconociéndola por tal, le he dado y daré toda la vida las gracias que se deben, y á vos las que mereceis por haber sido el instrumento que con tanto amor, y trabajo y cuidado lo habeis guiado tan á mi contento, que apenas lo supiera yo pedir como ha sucedido. Resta agora hacer la diligencia posible por haber en las manos á D. Antonio.

Así os he querido escribir luego esta para os enviar con ella ciertos advertimientos de la diligencia que se debe usar para que no se nos vaya por la mar, y carta para Luis César en que (como vereis) le escribo y envío á mandar que haga lo que vos le ordenáredes, porque con la noticia que tiene de todas aquellas cosas las sabrá ejecutar mejor que otro ninguno, y tambien he mandado escribir al conde de Alba y á los otros fronteros, advirtiéndoles de lo que ha pasado, y que hagan las prevenciones necesarias para que el dicho D. Antonio no se escape por alguna de aquellas partes, y lo mismo se escribirá á los puertos de mar y tierra por donde se podrá ir á Francia ó á Inglaterra, y no quiero acordaros lo de Santaren, que sé que vos habeis proveido cuanto convenga para que si aportare allí como me dicen que podria ser se procure haberle á las manos. Y porque á lo demás se os responderá luego, acabaré esta con encargaros lengais por encomendado al alférez Pedro de Castro, que la lleva, pues ha servido y lo vuelve á continuar de tan buena gana que meresce ser favorecido como lo he escrito en otra, á que me remito. De Badajoz á 27 de agosto 1580.

De mano de S. M.

Don Hernando vino primero que los demás que aquí se dicen, y con él escribiré lo demás que aquí podria decir, que agora es muy tarde y no tengo tanto tiempo como es menester para daros las gracias que se deben.

Aquí han dicho que D. Antonio tenia seis ó siete carabelas en un puerto que no se me acuerda su nombre, y esto, ó será con intencion de irse á la India, como se dice en los recuerdos que se dice que os envían, ó á Francia, ó á Inglaterra, como tambien se ha dicho, ó quizá á tomar la ar

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