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del país y la gran mision que le ostá encomendada, vea de conducirse con la tolerancia y circunspeccion que es de esperar de la ilustracion y patriotismo de los soñores diputados, y que para ello cuento con los esfuerzos, aunque cortos, de los que hemos tenido el honor de ser elegidos.»

PRONUNCIAMIENTO DE VIGO.

XXXI

En tanto que los sucesos politicos se encadenan y precipitan, acabemos de dar cuenta de los pronunciamientos centralistas, del que sólo nos resta el que tuvo lugar en esa bella y privilegiada region de España, que confina al N. y O. con el Atlántico, que tiene rios como el Sil de arenas do oro, valles encantadores y trabajadores sufridos, y valerosos habitantes, distinguidos siempre por su liberalismo.

El brigadier D. Fernando Cotoner, capitan general interino de Galicia, logró restablecer la obediencia al gobierno, por el pronto al menos, sometiéndose las juntas sin necesidad de conferenciar con sus comisionados, como se propuso y lo manifestó en la alocucion que dirigió el 12 de Agosto desde Lugo á los habitantes y á los soldados del quinto distrito, aunque no dejó de tener despues algunas conferencias para la completa sumision de todo el antiguo reino de Galicia. Sólo quedó en el la junta de Orense, para que hiciera las veces de diputacion provincial, por haber sido ésta disuelta.

Hemos dicho por el pronto, porque los sucesos de Aragon y Cataluña mantuvieron vivo el espiritu político de los esparteristas gallegos, que el 23 de Setiembre se alteraron en Lugo, si bien lograron restablecer la calma las autoridades y prendieron á los hermanos Chicarros, sin que tuviera mejor resultado el pronunciamiento intentado á la vez en Vigo, Pontevedra y otros puntos. Más no era por falta de elementos, sino de direccion acertada, á pesar de los esfuerzos de los Sres. Ibarrola y Budiño, juez y fiscal respectivamento, Buch, Mulins, Fontano, Carballo, Useleti, Lopez, Gallego, Perez y otros, hasta que el 23 de Octubre, despues de recibir en Vigo las excitaciones de los pronunciados en Leon,

que necesitaban pronta ayuda, comenzó la excitacion, y las autoridades, contenidas hasta entonces por la ley á tomar precauciones, pasándose la noche sin más novedad que reunirse los nacionales en el barrio de la Arena, Couto y en San Roque, reforzando su guardia del ayuntamiento.

Publicóse á la mañana siguiente la ley narcial y el desarme en una hora de la milicia; rompiéronse los bandos, aclamando la junta central; trató el provincial de Lugo de apoderarse del ayuntamiento, y una pequeña parte del regimiento de Zamora del principal; pero resistió la milicia y se retiró el provincial á la plaza, herido su coronel y dos más, cambiándose algunos tiros, hasta las tres que se retiraron las tropas al fuerte de San Sebastian y de Castro: abandonaron el primero, y defendido el segundo por el coronel de artillería Navarro, se opusieron á la rosistencia los oficiales de Lugo que le guarnecian; pretendió volarlo y perecer con todos, hasta que tuvo que sucumbir y aceptar una capitulacion honrosa.

Algunos oficiales de Lugo tomaron parte en el pronunciamiento, aunque parece que eran bastantes más los comprometidos, y se formó una junta presidida por D. Ramon Buch y vocal secretario D. Bernardo Arrom y Vidal ", que se cuidó de asegurar el alzamiento y propagarle por toda Galicia, acudiendo en tanto á la defensa de Vigo, recomponiendo las murallas, abriendo fosos. inontando artilleria, armando gente y efectuando otros trabajos, no todos con inteligencia suma.

La autoridad militar acudió enseguida á desarmar la milicia de Pontevedra, lo cual ocasionó la dimision del ayuntamiento, que fué admitida.

Tambien Puig Samper, capitan general de Galicia, declaró el 26 de Octubre desde la Coruña en estado de guerra la plaza de Vigo y la provincia de Pontevedra; autorizó á D. Fernando Cotoner para obrar como creyera conveniente; prohibió toda comunicación con el distrito de Vigo, la publicacion y circulacion de proclamas y documentos que se publicaran en aquella ciudad, y dió el mismo dia una órden general felicitándose y al ejército por el buen sentido de este.

Presentóse en Vigo D. Martin José Iriarte el 26; ofreció á la

Eran indivíduos de ella Fontano, Carballo, Mulins y Gallego.

junta sus servicios, que los aceptó el 27, y le nombró capitan general de Galicia y general on jefe del ejército de operaciones, cuyo mando inauguró dando el 30 sendas alocuciones á los habitantes y ejército de Galicia, diciendo á los primeros que, seguro de que secundarian el grito lanzado en Cataluña, Aragon y Castilla, acudió á ayudarles y participar de sus fatigas; que imitaran á Vigo los demas pueblos; les llamaba á las armas para conservar ilesos los derechos populares, y en su pureza y esplendor el prestigio del trono, y victoreaba la Junta central, á Isabel II constitucional y á la independencia de la nacion; y al ejército le estimuJaba como hijo del pueblo, á unirse á él para defender juntos los objetos que aclamaba, que cran los mismos que habian jurado.

El Ferrol debia secundar el alzamiento de Vigo, para lo cual no faltaban elementos, que inutilizó la llegada de Cotoner, y al salir esto jefe el 25 sobre Vigo, al saber el pronunciamiento de esta citulad, se reunieron para efectuarle, y tan borrascosa fué la junta que no pudo efectuarse la sublevacion.

Puig Samper publicó el 30 una proclama á los gallegos, alentándoles à permanecer tranquilos, y que contaran con la bizarría de las tropas, como él contaba con la de la milicia nacional, pues él no descaba más que su bienestar y felicidad.

KSFUERZOS INÚTILES—OPERACIONES

XXXII

Grandes elementos tenian los centralistas en Galicia, y aunque faltaron muchos de los comprometidos, cumplieron otros, y el pronunciamiento en Vigo aumentó los apuros del gobierno, que esperaba lo secundase la capital. Así so aprosuró á mandar que, sin desatender à aquella plaza, se asegurase la tranquilidad en los demas puntos del quinto distrito, encargando á su capitan general que, á conseguirlo, dedicara todos sus esfuerzos, «porque era muy extraño que se lamentara del mal sentido de los cuerpos, cuando habia tenido la autorizacion competente para proponer la separación de los jefes y oficiales que no le inspirasen confianza, y tiempo sobrado para ello. Así, pues, el gobierno espera que, sin la menor demora, remediará V. E. este mal antes que las circuns

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tancias se compliquen y sea imposible verificarlo; pues aislada la rebelion à Vigo, sucumbira tan pronto como lleguen las tropas del octavo distrito. Resolvió ademas el ministro de la Guerra saliera al instante para Castilla la Vieja el provincial de Tuy, del que desconfiaba, y adoptó cuantas medidas exigia la situacion, confiriendo á D. José Manso el mando en jefe del ejército de opcraciones de Castilla la Vieja y Galicia.

Hallábase pasando Cotoner, como inspector extraordinario, revista al provincial de Pontevedra, que se hallaba en el Ferrol, cuando se le mandó ir à la Coruñia para que no se pronunciase esta capital, nombrándosele comandante general de las fuerzas que habian de operar en la provincia de Pontevedra. Marchó á Santiago, cuya milicia nacional tuvo el encargo de desarmar, y desarmó sin novedad, el coronel Nouvilas, que no pudo por el pronto disponer de las fuerzas que necesitaba, por el pronunciamiento de Bayona.

Siguió Cotoner su marcha; formó en Caldas y en Pontevedra una junta de armamento y defensa : organizó fuerzas; supo la entrada triunfal de Iriarte en Vigo; le aseguraron que Linago habia ido á bordo de un buque inglés por Espartero; estableció fuerzas en Redondela, reconcentrando las suyas los centralistas sobre Vigo; continuó fortificando el puente do San Payo para artillarle y defender aquel punto del cañoneo de las trincaduras pronunciadas, que recorrian libremente toda la ria de Vigo, y adoptó cuantas medidas le sugeria su celo, ya para contener y hacer fren– te à las expediciones que emprendieran los pronunciados, en recluta de licenciados, ya para impedir nuevos pronunciamientos y asegurar la tranquilidad en el país, reuniendo á su vez los licenciados para contar con más fuerzas y quitarlas à su enemigo.

No confiaba mucho en el país el capitan general de Galicia, cuando tuvo que establecer una policia secreta, por cuyo medio consiguió contrarestar los proyectos de extender In sublevacion y que no apareciera simultáneamente en diferentes puntos. “*

Un destacamento de los pronunciados se movió hacia Redon

1) Compuesta de los Sres. Montenegro, Monge, Pardo. Andújar, Alcalde, Varela y Sarmiento, Mosquera, Moraña, Valladares, Ulloa y l'imentel, Suarez, Cuenca, Rotea, Zárate y Murga, Pedrosa, Animo, Sancho, Patiño, Amado, Castro, Roda. Besada, Gonzalez y Reguern, y Pardiñas, vocal-secretario.

(2:

Comunicacion oficial del 9 de Noviembre desde la Coruña,

dela, à la voz que cinco trincaduras armadas entraron en aquella ria rompiendo el fuego de cañon sobre las avanzadas de las tropas del gobierno, atravesando otra columna pronunciada la carretera del Porviño en direccion à Puenteárcas, sin que todas estas operaciones tuvieran otro objeto que promover pronunciamientos. Se efectuó el de la Estrada, contra cuyo pueblo organizó Cotoner una columa; pero otra centralista, al mando de Iriarte, se dirigia á la vez hicia Orense para proteger é impulsar su pronunciamiento, el de Tuy y otros puntos. Mas faltaron los comprometidos; no los favorecian tampoco las circunstancias; la noticia de la rendicion de Zaragoza fué fatal para los pronunciados; so restableció el orden en la Estrada, é Iriarte con su gente, rechazado en la barca de Acivido y por los nacionales de Cortegada, tuvo que refugiarse en Portugal por San Gregorio, pudiendo Cotoner quedar satisfecho del resultado que le daban sus acertadas disposiciones y movimientos, à la vez que el poco concierto con que operaban sus contrarios y la escasa pericia que algunos demostraron.

á

FIN DEL PRONUNCIAMIENTO DE GALICIA

XXXIII

Faltaba reducir á Vigo, a cuyos pronunciados alentaban las noticias de supuestos pronunciamientos en varios puntos y la esperanza del victorioso regreso de Iriarte.

El capitan general del distrito queria ahorrar el derramamiento de sangre, y envió con un ayudante un pliego á la junta revolucionaria invitándola á que, en obsequio de la humanidad, pusiese la plaza á disposición de las tropas del gobierno; dejando á la decisión de Cotoner el enviarlo ó no, optando por este último extremo por lo avanzado de las operaciones. Estrechado el cerco, se presentaron á Cotoner en Redondela los cónsules de Inglaterra y Portugal con la mision de arreglar, en nombre de la junta de Vigo, el medio de poner término al estado excepcional de aquella plaza, y contestó que se rindiesen á discrecion, y se le abrieron las puertas.

Los pronunciados en Bayona abandonaron esta plaza y se dirigieron embarcados á Vigo; y en la madrugada del 11 los indi

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