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gun valor. Asi Dios me ayude y sca en mi defensa, y si no me lo demande..

Despues de este juramento, revistó S. M. en el Prado las tropas de la guarnicion, á las que dirigió Narvaez una entusiasta alocucion, y hubo por la noche luminarias. El sentimiento general era indudablemente de lisongoras esperanzas. Se amaba á la reina, interesaba su misma juventud, no podia dudarse un momento de la pureza de su juramento, se trataba tambien de una Constitucion por todos proclamada, para que así fuese por todos respetada, y se confiaba en los hombres.

ATENTADO CONTRA NARVAKZ

XXXV

Cuando la pasion domina á los partidos politicos, no faltan individualidades que áun consideren santo el crimen, lo cual no es nuevo, habiéndose llevado el extravio hasta pretender justificar el regicidio.

Creyeron algunos obcecados que Narvaez era el alina de la reaccion que se veia avanzar; les habin ofendido el que ofendiera á la milicia, y dispusieron su muerte, que se intentó por estos ú otros alguna vez, áun en el teatro del Circo, y últimamente el 6 de Noviembre, al pasar á las ocho de la noche la víctima espiatoria por la calle del Desengaño, le dispararon algunos trabucazos desde la esquina de la del Barco, agujercando el carruaje, é hiriendo mortalmente al coronel Baccti, ayudante de Narvaez.

Presos á los pocos dias D. Andrés Sanchez y Juan Maria Gérvoles, negaron su participacion en el hecho; y hostigado el segundo con la oferta del perdon, ofreció declarar, haciéndolo á pesar del interés natural que hubo en contrario, y denunció á varios individuos, muy conocidos, y que aún figuran los que han sobrevivido, presentando tambien complicado un ordenanza de Narvaez. Pero habian emigrado los principales, y sólo se prendió á los más enitados y á varios redactores de El Eco del Comercio (1),

(9) Firmaba la órden por mandato del anditor de guerra, el Sr. D. José Elola, en 3 de Noviembre.

que fueron sepultados en hediondos calabozos, donde más tenian que defenderse de inmundos animales que de su delito, del que les absolvieron al cabo de trece meses.

Se pidió la pena capital para algunos, se arreció en las defensas, interesandose por los encausados, umnos por compasion y por consecuencia de partido muchos, y varios tuvieron bastante que agradecer á D. Francisco Chico.

Avanzó rápidamente la causa, y se accreaba el momento de la ejecucion de dos de los presos, Gérvoles y Marques, y encerrados en una misma habitacion con Sanchez, hallaron medio de fugarse en la noche del 28 de Diciembre, descolgándose por una de las rejas del cuartel de Santa Isabel à la calle de San Ildefonso.

Grande alarma produjo este hecho; se les buscó en vano; se fugó Marquez á Portugal, Gérvoles, peregrinando de casa en casa sin hallar albergue amigo y ocasionando la pérdida de la razon y de la vida del que protegió su fuga, y Sanchez halló primero asilo en una casa, de la que se trasladó al palacio de Villahermosa, y durante su permanencia en él, como estaba el Licco, hubo varias funciones á las que asistió la reina y Narvaez, que pudo alguna vez ver al fugado, por quien llegaron á ofrecerse cinco mil duros. Hubo de trasladarse á mua casa de la calle de Toledo, y súpolo al mes D. Francisco Chico, que preparó hábilmente su captura, sin conseguirla.

Chico, reforzada su gente con tropa y toda la policía, cercó la manzana, buscó inútilmente al prófugo, prendiendo en cambio á algunas mujeres sus parientas, y Sanchez pudo llegar á Portugal con pasaporte, como tratante en ganados.

(1) Son interesantes los pormenores de la evasion:

De acuerdo D. Francisco con Redondo, que debia ocupar con su gente la salida de la bohardilla en que se hallaba Sanchez, y contados los minutos, llamó á la puerta, conoció la dueña á Chico, lo dijo á Sanchez, saltó éste de la cama, en mangas de camisa, se salió al tejado, recibiendo los últimos rayos del sol poniente, y colocado junto à la ventana pudo oir cómo D. Francisco al entrar preguntó por él, y cóino al acercarse á la cama dijo: aquí estaba, está aún caliente y aquí está su chaqueton con una navaja, que se asomo uno al tejado que ahí debe estar. Al asomarse uno de la ronda y decir: aquí está, venga un trabuco, recibió un tejazo que le hirió en la frente, so volvió á entrar, y do tejado en tejado huyó Sanchez á la calle y so salvó por la tienda de un amigo.

Redondo no pudo llegar á tiempo por no habérsele franqueado las puertas sin permiso del casero, por lo cual salió al tejado tarde.

Despatriados todos los complicados en la causa, siguió esta inútilmente, habiéndose envuelto en ella por declaracion de los presbiteros D. Juan Francisco Gonzalez, D. Pedro Soriano y don Baldomero Poveda y otros, á los redactores y editores de El Eco del Comercio y de El Espectador, que sin designar sus nombres fueron presos incomunicados en el cuartel de infanteria de la Princesa, los que se presentaron al llamamiento del jefe politico. El fiscal, Sr. Zarco del Valle, pidió, con arreglo á ordenanza, la pena de muerte contra D. Lorenzo Calvo y Mateo, y la de ocho años de continamiento en un fuerte fuera de la Peninsula contra D. Francisco Mendialdua y D. Juan Antonio Meca, redactores de El Eco, absolviendo al editor Hernandez.

Tambien se procesó, atribuyéndoles el mismo delito, á D. Mariano y D. Benito Alejo Gaminde y D. José Iribe, denunciados por lo mismo que á los redactores de El Eco y Espectador, y la Audiencia les absolvió sin notas ni cuanto pudiera perjudicar á su buen nombre, y se mandó devolver la causa al inferior para que procedieran á lo que hubiera lugar en derecho contra los testigos denunciadores.

DIMISION DEL GOBIERNO PROVISIONAL

XXXVI

En cuanto concluyó la solemne ceremonia del juramento, el gobierno provisional presentó su dimision à la reina ("), la que

(4) Concebida en los siguientes términos;

"SEÑORA: Los infrascritos, indivíduos que han sido del gobierno provisional por el voto de los pueblos, acaban de dar cima á su difícil mision con el plausible suceso de la mayoría de V. M., acordada á su invitacion por las Córtes del reino. Al congratularso y felicitar á su reina por tan fausto acontecimiento, tienen la honra de exponer á la alta consideracion de V. M, estas sencillas reflexiones:

1. Que los ministros han cesado de derecho en sus funciones, y que nadie puede ejercerlas, interin que V. M, no use libremente de la real prerogativa.

2. Que por la azarosa situacion que han atravesado los que formaron el gobierno provisional, su opinion y prestigio se ha gastado más en tres meses, que lo que en años bonancibles padecen los hombres del poder.

3. Que colocados como se han visto á su pesar en la necesidad de obrar por consecuencia de la revolución que los alzó, son los tuénos á propósito para inaugu

confirinó en sus destinos á sus individuos mientras oran reemplazados. El Senado y el Congreso declararon por unanimidad qne el gobierno provisional habia merecido bien de la nacion por haber dado cima á la reconciliacion de todos los buenos españoles, añadiendo el Congreso que, por haber salvado así el trono y la Constitucion de la monarquía; y á peticion de los Sres. Ovejero y Beltran de Lis, se aumentó la enmienda de que los individuos que compusieron el gobierno provisional merecian la confianza del Congreso. Se le concedieron votos de gracias, y tan dignas honras se tributaron á sus postrimerias, que Lopez conmovido manifestó el sentimiento de su profunda gratitud diciendo: «Cuando se ha obtenido declaracion tan lisonjera, declaracion cuyos ccos salen muy por encima del sordo murmullo de las pasiones y de la grita de la impostura, nosotros debiéramos morir hoy mismo, si es cierto que la muerte nos debia herir en el instante más dulce y más consolador de la existencia.» Expuso las amarguras que hahian sufrido; las aflicciones que habian pasado, que veian recompensadas; que nunca les abandonó la esperanza, confiando en que todos eran españoles y hermanos; que habian encontrado un caos y entregaban un trono; salvado al país y á la reina, y disculpando su brevedad, pues no podria decir sino muy poco de lo que su corazon sentin, terminaba: Tambien hay elocuencia en el silencio, y más cuando va acompañada de las lágrimas. Que reciba el Congroso nuestro silencio y nuestras lágrimas como el tributo más cordial y más sincero que pudiéramos pagarle, y como la prueba más segura de que es tanto lo que sentimos, que el sentimiento embarga la voz y nada podemos expresar.»

rar la nueva era de aplomo y extricta legalidad en que V. M. empuña el cetro de sus mayores con universal aplauso y consoladoras osperanzas.

Y 4. Que siempre dispuestos á sacrificarse por su patria y por su reina, y ú contribuir con su consejo en cuanto V. M. so digne consultarles para la organizacion de un ministerio parlamentario, capaz de dar digno principio al mando apetecido do la segunda Isabel, reina constitucional de las Españas, piden á V. M. una sola gracia en recompensa de los servicios que hayan podido prestar: quo se sirva permitirles el volver á la vida privada, donde harán fervientes votos porque el reinado de V. M. sea tan duradero y próspero como los españoles merecen por sus incesantes sacrificios a favor del trono constitucional.

Madrid 10 de Noviembre de 1843.

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A L. R. P. de V. M.-Joaquin Maria Lopez-Fermin Caballero.-Mateo M. Ayllon.-Joaquin de Frias.- Francisco Serrano."

Los hechos habian de demostrar en breve que no es el entusiasmo el mejor consejoro; que los buenos españoles reconciliados iban a ser pronto irreconciliablos enemigos, como ya lo eran algunos, y batiéndose estaban, y al felicitar por haber salvado la Constitucion, se olvidaba que habian sido conculcados 19 articulos do ella; y áun sc aplaudió al presidente del consejo cuando dijo: Recibimos una nacion dividida, y entregamos una nacion uniforme y compacta; encontramos los intereses en lucha, y entregamos los intereses en armonia. No se podia decir lo mismo, desgraciadamente donde tronaba el cañon.

VOTO DE CONFIANZA AL MINISTERIO DIMISIONARIO—OLÓZAGA ENCARGADO DE FORMAR EL GABINETE

XXXVII

Seguia dividido el Congreso en las mismas fracciones que cuando nombró presidente, y se presentaban idénticas dificultades para reemplazar al ministerio. Los moderados, que aún temian descubrirse y mostrarse solos en la escena, deseaban un gabinete Olózaga, en el cual tuviesen participacion para preparar el terreno y excluir á los progresistas del mando é influencia, cuando considerasen llegado el momento oportuno, y combinados todos los elementos que hacia tiempo organizaban con este fin; y ya fuese porque creyeran á Olózaga instrumento á propósito para llevar á cabo sus planes, ó porque considerasen necesario gastarlo, á fin de remover el obstáculo que su posicion les oponia, á toda costa trabajaban para elevarlo al poder.

La Jóven España, mirando como suyo el porvenir á su sombra, y sin pensar que á su vez seria asimismo instrumento de los que espiaban el instante en que á todos pudieran sobreponerse, se fanaba por obtener lo que creia deber abrirle paso al logro de los planes y esperanzas que presidieran á su organizacion.

Los progresistas descaban, por punto general, la conservacion del ministerio Lopez, como el único medio en aquellas circunstancias de que sus principios y sus intereses se salvasen, en parte al ménos, del naufragio que les amenazaba.

Olózaga entonces, presintiendo quizá, con su buen talento, las

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