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existian planes para ello, y extensivos á otros puntos, y declaró el 1.o en estado excepcional todo el distrito, bloqueada por mar y tierra la plaza de Alicante, y nombrado el consejo permanente para juzgar á los que atentaren contra la pública tranquilidad en cualquier sentido. Quedó á su virtud disuelta la milicia nacional de Valencia.

El consejo de ministros, preocupado ya con el pronunciamiento de Cartagena, declaró en estado excepcional toda España, adoptando las demas medidas consiguientes, å la vez que se mostraba tan activo como enérgico en aprontar fuerzas y recursos para reducir la sublevacion. Roncali salió el 3 de Valencia con una columna de tres batallones, dos escuadrones y cuatro piezas rodadas. D. Fernando Fernandez de Córdova y D. José de la Concha salieron tambien de Madrid con fuerzas respetables; el capitan general de Cataluña hacia los aprestos posibles para enviar cuantas fuerzas de mar y tierra pudieso, y en breve se opusieron respetables á la revolucion.

No se descuidaban tampoco los pronunciados, y conflando en quo las tropas que llevaba el general Pardo estaban comprometidas á secundar el movimiento, salió Bonet á su encuentro en la noche del 4, desde Ihi, con la columna de vanguardia "", en direccion á Elda, donde aquel se hallaba con 800 infantes, 50 á 60 caballos, y sobre 300 nacionales de aquel pueblo. A sus inmediaciones llegó á las siete de la mañana del 5; rompieron el fuego las guerrillas de Pardo, fué contestado, cargó Bonet con la caballería, arrollándolas, quedando en su poder la compañía de cazadores de aquella milicia y algunos soldados del ejército. Los cazadores de Valencia ocuparon una posicion, que defendieron con valor y serenidad, hasta que entrando en fuego las de carabineros y las dos restantes del provincial de Valencia, se generalizó la accion en toda la línea, quedando en la reserva el batallon de movilizados de Alicante.

Pardo no llevaba la mejor parte; tuvo que irse retirando, y se pasó á los sublevados una compañía con morrion en mano, gritando alto el fuego, viva la libertad, todos somos unos.

Al mismo tiempo, en la parte en que Bonet se hallaba dando

(1) La componian dos compañías de carabineros, tres del provincial de Valencia, el de movilizados de Alicante y 40 caballos.

frente à la llanura, se le presentaron un capitan, dos oficiales y algunos soldados, solicitando cesase el fuego, pucs sus columnas ansiaban adherirse al pronunciamiento; pidieron al jefe un abrazo, que le dió llorando de gozo y de ternura; echaron pié á tierra sus oficiales de caballería, adelantándose á abrazar á los que miraban como verdaderos hermanos, y mientras cándidamente se entregaban los que en la lucha podian considerarse vencedores, al regocijo de tan humanitario término, sólo comprendieron el ardid al verso súbitamento cargados y en horrible confusion, por haber abandonado ya las posiciones, que á pesar de todo pudieron recuperar. Entonces perdió Bonet más do 100 hombres, cortados por la caballoria, experimentando otras pérdidas, como la de la artilleria, contando tambien Pardo algunas bajas.

Tal indignacion causó la manera do vencer que tnvo Pardo, que Bonet lo publicó en un manifiesto dirigido á la nacion, y con su firma, exponiendo los hechos que dejamos narrados (".

El efecto moral de esta derrota fué tremendo para la revolucion; y como las fuerzas que empezaba á organizar la junta de Murcia eran nacionales, que no podian en aquellos momentos batirse con la tropa, distando Elda una jornada de Murcia, y sabiéndose que el genoral Pardo se iba á interponer entre dicha ciudad y Cartagena, viéndose perdida la junta, resolvió replegarse sobre aquella plaza, como lo verificó el 7 con los nacionales, quedando anulada en sus funciones, pues on Cartagena mandaba la alli establecida.

Las autoridades que se habian retirado á Cieza, acudieron solícitas á la capital on cuanto supieron su abandono por los pronunciados. Tambien acudió á ella el general D. José de la Concha, que empezó enseguida á organizar una columna expedicionaria que revistó el 10.

Al participar a los murcianos el jefe político D. Mariano Muñoz y Lopez su regreso á la capital, se mostraba agradecido á los pueblos de la provincia, que llonos de entusiasmo le ofrecieron armas y dinero para defender la Constitucion, la reina y el órden; les daba las gracias, y á la diputacion provincial, y trataba despiadadamente á los pronunciados.

Se publicó en el Boletin oficial de Cartagena del 16 de Febrero. Tambien en la Historia de Alicante, por el Sr. Jover, pág. 227.

HOSTILIDADES

LXV

Al terrible efecto que causó en Alicante la derrota en Elda, evidenciada al entrar Bonet con los restos de su gente, despues del anochecer del 6 en la ciudad, se añadió la alarma difundida á la mañana siguiente por la llegada de las tropas de Roncali á la villa de Muchamiel. Se distribuyó la milicia en varios puutos; salió Bonot con una escolta de caballeria; fijáronse á su regreso algunos edictos tranquilizando al público; huyeron muchas familias, y se tapiaba á la vez el boquete del foso do la puerta de la Reina. Al público se le ocultó la primera intimacion que se hizo á la plaza, cuyas puertas no se abrieron el 8, y sí sólo los portillos. Al medio dia del 9 se dispararon dos cañonazos del castillo de Santa Bárbara, por la parte de tierra, izando bandera; se viỏ desde la plaza una avanzada ocupando el monie de San Julian; los guarda costas Pluton y Amalia se situaron frente à la cantera, haciendo algunos disparos entre dos sierras; el 10 hicieron algunos Santa Bárbara y San Fernando contra los molinos, y se repotian á cualquier amago por mar y tierra; se celebró el 12 con voleo de campanas y vitores la entrada de un vapor prisionero y el pronunciamiento de Sevilla, nada de lo cual resultó cierto; se agravó la situacion de los vecinos pacificos al regresar algunas señoras y niños llorando por no haberles permitido pasar de la primera linea, y se constituyó D. José Bas en providencia de los presos.

Perdida la isla de Tabarca el 13, de la que se apoderó la marina del gobierno, efectuó el 14 Bonet una salida por la puerta de San Francisco, situándose sobre la línea de los ingleses formando en masa. Los guarda-costas Pluton y Proserpina se hallaban con antelacion en el Babel, cañoncando las fábricas Alicantina y Las Palmas, donde tenia Roncali alguna fuerza, que hizo frente á las guerrillas que contra ella dirigió Bonet: envió Santa Bárbara algunas granadas, y con un obus que se sacó de la plaza y lo situaron sobre los barcos varados en la playa del Babel, se hicieron algunos disparos contra la Alicantina. Tambien tronó San Fernando

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y el baluarte de San Carlos, hasta que se vió que el vapor de guerra Isabel II se dirigia desde la isla de Tabarca al puerto, retirándose los guarda-costas al amparo del muelle, y retirándose igualmente la columna. El vapor se presentó á tiro de cañon; viró dando la banda á la plaza, sin que esta le hostilizara; disparó un cañonazo contra el guarda-costas que estaba en el muelle, y la bala de 54 libras, pegando en el ángulo del principal, penetró en la casa de D. Jaime Raimundo; rompen entonces el fuego contra el vapor las baterias de San Carlos, el Muello, plaza de Ramiro, el Castillo y el Pluton, y se alejó el vapor disparando otro cañonazo. La gente que llenaba los terrados de Alicante presenció esta escena "").

Terminado el fuego contra el vapor, fué Bonet con dos compañías al monte de San Julian, tiroteándose hasta el anochecer con las avanzadas.

El 15 se mandó que à la mañana siguiente se presentaran todos los caballos y jacas on la plaza del Barranquet, bajo la multa del valor de la cabalgadura ; y á la vez que esto se ejecutaba al dia siguiente, so presentaron tros faluchos de guerra y rompió el fuego Santa Bárbara y el baluarte de San Carlos contra Las Palmas, haciendo algun disparo San Fernando sin gran resultado.

Bonet y la junta comprendieron que hacia falta gente que oponer à la que en gran número se iba reuniendo en su contra, y se anunció el enganche de hombres de diez y seis á cincuenta años de edad, ofreciendo á los casados dos raciones de pan y dos de menestra con 2 reales, y á los solteros una y la misma cantidad, lo que sirvió de algo, porque el pan empezaba á escascar. A las siete de la noche de este dia 16, se alteró la tranquilidad con las voces de já las armas, á las armas, traicion, que nos venden!», y hubo

En la mañana de este dia entró un vapor de guerra inglés preguntando si habian estado algunos buques de guerra de su nacion; y cnando vió que el español se dirigia al puerto, so presumió algnu ataque y fué á fondear frente á la Puerta Nueva, dejando la plaza en franquía. A la una el director de la fábrica de cigarros despidió á las mujeres para sus casas; y más de 500, al llegar á la puerta de la Reina, la encontraron cerrada: se asustaron con los cañonazos de Santa Bárbara y San Fernando; pidieron llorando se les abríese; entraron en esto en el foso gran número de toros y bueyes para libertarlos de ser cogidos; sc aproximaron dos á las mujeres; se apiñaron éstas; clamaron al cielo; se atropellaron unas á otras; cayeron muchas y se produjo una espantosa confusion, hasta que á las tres se abrió la puerta por orden de Bonet, y varios honibres ayudaron á entrar á las desmaya las.

[9] Veinticinco caballos produjo esta requisa.

carreras, estrucndo de cerrar puertas y ventanas, ayes y lloros de niños y mujeres, toque de generala, tropel y confusion, y al ir cediendo, se oyó una dilatada descarga de fusilería que principió en er baluarte de San Carlos y corrió toda la muralla hasta la puerta de la Reina. Un pavoroso silencio sucedió á este ruido. Se mandó iluminar la ciudad, que lo fué en el acto, y reinó el silencio toda la noche, interrumpido sólo por algunas descargas de fusilería, á las dos de la madrugada, por la parte del pueblo de San Vicente y la Cruz de piedra de la huerta.

El 17 se anunció con gran cañonco por la parte de Santa Pola, y a las nueve salieron dos compañías por la puerta Nueva para proteger el embarque de 500 lingotes de plomo y varias herramientas de la fábrica La Británica, disparando en tanto el castillo granadas y bala rasa, secundándole desde el mar uno de los guardacostas. Por la tarde volvió el castillo á hacer fuego contra dos baterías que llegaron á las Palmas, disparando tambien el baluarte de San Carlos, el del Molino y bateria del Muelle; incendiaron algunas granadas del San Carlos la fábrica Alicantina, y apagaron el fuego las tropas de Roncali, que ya tenia establecido el bloqueo.

La estrechez de este obligó á los pronunciados á establecer tahonas en la iglesia de Santo Domingo, y á oxigir al comercio los granos que tenia en los almacenes: escaseaba ya el pan, no sobraba el dinero, y se impusieron fuertes contribuciones á algunas personas, faltándose á lo ofrecido.

Hubo dos horas de fuego el 18; enarboló el 20 bandera negra el castillo; efectuaron en este dia algunos movimientos los buques guarda-costas de unos y otros contendientes, aprovechándose de ellos un buque inglés cargado de bacalao para introducirse en el muelle, y hubo gran cañoneo, que no faltó tampoco el 21; en cuyo dia se cortaron los árboles del huerto de Mabili y los hermosos de la alameda de San Francisco, cortándose dias despues los de los huertos situados á la espalda de Capuchinos. No disminuyó el ardor de los pronunciados, y hasta para hacer confiar y dar aliento al pueblo, hubo funciones teatrales, ejecutándose en la noche del 23 la graciosa comedia El Héroe por fuerza.

A la vez que Bonet queria prender al alcalde D. Cipriano Berges por no haber prosentado cierto número de carros que le pidió, fusiló á un paisano, José Martinez, por llevar una carta del campamento, cuya suerte llenó de horror é indignacion; puso en li

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