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Isabel la Católica. A su paso á Valencia, en todos los pueblos del tránsito le aclamaron como á su pacificador. Tambien ellos tenian parte en la pacificacion, porque sin el patriotismo á que se prestaron los somatenes, sin alegar nadie excepciones, no se hubiera exterminado á los carlistas. Las molestias del somaten se vieron altamente recompensadas con los beneficios de la paz y con las ventajas de la prosperidad del pais.

En cuanto a las acusaciones que sufrió el general Villalonga por su sistema, ya haremos oportunamente las debidas comparaciones.

da. Así lo siento y recordaré constanteniente, y éste recuerdo me ofrecerá al par la seguridad do que lo llegado a captarme vuostras simpatías, que son la recompensa mayor que podia aceptar por el interés con que he procurado vuestro bien.

Ilabitantes del Maestrazgo: Gozaos en la paz de que felizmente disfrutais, y que tanto necesitábais para reponeros de los atrasos que os ha ocasionado la guerra. Las tropas quedan sitnadas de modo que nadie se atreverá á incomodaros, sin que sea severamento escarmentado, y á su frente y en mi lugar el dignísimo brigadier D. Juan Zapatero, que por sus sobresalientes cualidades mereco toda mi confianza. A más, he hecho presente á la superioridad las medidas que conviene adoptar para que nunca, entre vosotros, se perturbe la tranquilidad, y me prometo que así sucederá, siempre que no abandoneis mis consejos.-San Mateo 16 de Junio de 1844.El general comandante general, Juan de Villalonga.1

Soldados: Una campaña de ciento veinte dias, á pesar de vuestro escaso número, ha vuelto al Maestrazgo la calma de que tanto tiempo hace carecia, y las hordas de los facinerosos salvajes que lo infestaban han dejado de existir para nunca más volver á incomo larlo. Servicio, de tanta importancia es debido á vuestros esfuerzos y á vuestra subordinacion y disciplina, que á no pocas personas han hecho variar el equivocado concepto que se tenia de los defensores de la reina Isabel.

"Hubo un tiempo en que con un rigor que repugnaba á mi corazon, debí castigar faltas de disciplina; pero fueron pocas y cometidas por indivídnos que pertenecieron antes á las filas de los enemigos que habeis derrotado. Entonces pudo haber quien me tuviera por excesivamento severo; mas ora vuestro bien y el del pais que me estaba confiado, el objeto que procuraba en todas mis providencias, y el éxito confirma mis ascrciones.

Soldados: El quo conoce vuestras virtudes, pocas prevenciones tiene que haceros al alejarse de vosotros: que vuestro comportamiento en lo sucesivo sea el mismo que habeis observado en el Maestrazgo, es lo único que puede encargaros vuestro general comandante general, Villalonga...

MUERTE DE LA INFANTA DOÑA LUISA CARLOTA

LXXX

Un acontecimiento que, por las circunstancias de la persona, las conversaciones à que dió motivo, no hubiera sido en otra ocasion tan importante, aunque nunca indiferente, vino å preocupar la atencion pública. La muerte de la infanta Doña Luisa Carlota.

Empezó á sentirse indispuesta el 19 de Enero, y sin alterar su método de vida ordinario, aún fué el 22 al Pardo á una cacería, sin haber tomado alimento alguno; salió el 24 á caballo, sintiendo algunos vértigos, y no se quejó hasta que en la tarde del 25 experimentó un frio intenso, y puesta en cura, se alivió notablemente; aparecieron despues pintas de sarampion, y considerándose mejor S. A. se lavó y peinó. Siguió la erupcion, volvió la calentura, se aumentaron los sintomas cerebrales y pectorales, la dificultad de respirar, la tos, etc.; se declaró un catarro pulmonar, desapareció el sarampion, se agravaron el 29 todos los sintomas, y se vió inevitable la muerte, que produjo aquel propio dia una apoplegia cerebral fulminante.

El mismo 29 comprendió la ilustre enferma la gravedad de su situacion; suplicó á su confesor y à los médicos que se la declarasen, confirmándola más en ello la forma de sus evasivas, y desde entonces no quiso la acompañase nadie más que su confesor el Padre Fulgencio Lopez, de las Escuelas pias. Recibió los Santos Sacramentos, ejecutó actos de anante ternura con su esposo é hijo, hallándose ausentes D. Francisco y D. Enrique, y de bondadosa humildad con sus criados, á los que en nombre de la moribunda pedia perdon el venerable arzobispo patriarca de las Indias, llevando en sus manos la hostia consagrada que iba á recihir S. A.

Expúsose al público el cadáver, se trasladó al panteon de infantes del Escorial, y la córte vistió un mes de luto y otro de alivio.

LXXXI

La organizacion de los partidos es la primera necesidad de la politica, y el que de parlamentario dióse el nombre, comenzó á organizarse para mostrarse unido, especialmente en las elecciones: ninguna situación más á propósito podia presentarse á los moderados: ocupaban el poder; habian derrotado á los progresistas, y seguramente que, à tener más patriotismo que pasion politica, esta organizacion no debia parecerse a ninguna otra, y teniendo sentada su base en la coalicion de 1843. Pero los hombres de influencia entonces, ó no querian, ó no podian abdicar de su intransigencia, y tenia que ser viciosa la organizacion.

No podia establecerse tampoco sobre bases sólidas, principios fijos é ideas seguras, porque se habian coaligado muchos clementos heterogéncos para el triunfo, y cada uno procuraba obtener ventajas. Así que, los que no habian abdicado de sus sentimientos liberales, ¿cómo habian de mirar con gusto que se alzara la prohibicion de ejercer las facultades jurisdiccionales impuesta al tribunal de la Rota, de la Nunciatura de España, por la regencia provisional, en 20 de Diciembre de 1840?

Ya nos ocupamos en la Historia de la guerra civil, de las causas que originaron la determinacion de la regencia provisional, y seguramente que habia en el hecho más justicia que política; era hasta cuestion de dignidad nacional, y en este caso se sacrificaba todo por halagar pasiones y atraer prosélitos.

Los que querian volver al año 1840 pretendian borrar cuanto se habia hecho en tres años, sin pararse á examinar lo que conservar conviniera: era preciso retroceder y que la reaccion se significara; no crcian halagar de otro modo á Cristina, considerada como victima expiatoria, ignorando que fué voluntariamente al destierro. Y debemos decirlo en obsequio de esta ilustre señora; ora y es demasiado ilustrada para querer ninguna reaccion que contradijera su antiguo liberalismo, sus muchos actos en contra

Real decreto de 20 de Febrero de 1814,

de la reaccion y de las ideas de otras épocas. Pero los partidos todos, en su servilismo, comprometon y desprestigian al ídolo inciensan con impuros aromas.

que

Gonzalez Brabo, el que tanto habia ultrajado á Cristina, quiso ser el principal instrumento de su regreso, despues de reconciliado con ella, y de haber revocado el 6 de Enero el decreto de 26 de Octubre de 18-11, suspendiendo el pago de su asignacion, y la preparó un camino de flores para que olvidara con sus perfumes la fetidez de anteriores ultrajes. El sábado, 23 de Marzo, entró la reina Cristina en Madrid, despues de haber recorrido parte de Cataluña y Valencia, desde cuya capital se dirigió á cortas jornadas à la corte ".

La llegada de la madre de la reina, era descada por casi todos los hombres de la situacion: el gobierno contaba con asegurar su existencia, y los que aspiraban á sustituir á los ministros esperaban contar con el régio apoyo, que todos procuraban lisonjear para atraerle.

Exponer aquí las armas que cada uno esgrimia, la lucha, que comenzó á ser latente entre los mismos moderados para alcanzar cada uno el triunfo de sus aspiraciones, sería tarca larga, enojosa y desagradable por lo vergonzoso de algunos actos: los hechos estaban próximos y ellos son elocuentes. Y no debemos ocultarlo; la verdad histórica lo exige; por algunos se usó en 1844 el mismo lenguaje para con doña María Cristina, que el que en 1814 usaron otros para con Fernando VII á su vuelta de Valençey: cotégense los manifiestos públicos de ambas épocas.

Al regresar Cristina á España, hubiéralo hecho gustosa con D. Fernando Muñoz, su esposo, á quien tanto amaba; no fué posible: hizola alguna visita en Barcelona durante la estancia en clla de la córte, y al fin vino á poco á Madrid, donde antorizada ya por la reina, su hija, para contraer matrimonio con persona desigual y realizar cumplidamente las prescripciones canónicas, despues de la revalidacion solemne, celebró el matrimonio. in facie ecclesia, el patriarca de las Indias, Sr. Orbo. Hizose ya pública la union de la reina Doña Maria Cristina con el ya duque de

(1) El mismo dia que Cristina entró en Madrid, falloció 1). Agustin Argüelles, y el partido progresista, asistiendo al entierro de su antiguo y consecuente corroligionario, comparó el obsequio fúnebre para conducir un modesto cadáver, con la fiesta de albricias para recibir á una régia desterrada, y el éxito fué más favorable al muerto.

1

Rianzaros, y así lo participó el 15 de Diciembre à su muy querido tio el rey de los franceses. A la vez que le felicitaba por el casamiento del duque de Aumale, y le ofrecia su homenaje por las próximas fiestas de Noche-Buena y año nuevo, le decia: «Si mi deber me conserva en este momento cerca de mis queridas hijas, espero que, una vez cumplidos mis descos, podré volar cerca de vos para renovarle en persona la expresion de mis sentimienLos...... Y respecto á su matrimonio, añadia: «Mi querida tia ha mirado esta resolucion tomada por mi con toda la material bondad que la caracteriza, Ilenándome de satisfaccion, y no dudo que mi determinacion será bien acogida por vos, porque conozco mucho tiempo hace vuestras bondades conmigo.»

FRANCIA É INGLATERRA

LXXXII

Indicar debemos, como de paso, que, alarmados algunos politicos de Francia é Inglaterra por la situacion de España, interpelaron en las Cámaras, y dió esto lugar á que Mr. Guizot dijera que la Francia y la Inglaterra habian observado en España, hasta hacia poco, una política errada, siendo aquel generoso país victima de las rivalidades y querellas simuladas de las dos grandes potencias; política estéril para las dos y perjudicial en sumo grado á una nacion respetable y desgraciada. La Inglaterra era revolucionaria, anárquica, atca en España para formar un completo contraste con la política de la Francia; la Inglaterra promovia revoluciones y alentaba á los partidos disolventes, porque de este modo creia combatir seguramente las miras y destruir los intereses de la Francia. Pero la Inglaterra, ilustrada por los últimos sucesos de la Península, se ha convencido de que su política era pueril por una parte, desastrosa por otra, para una nacion digna de mejor suerte, y cuyos instintos de natural altivez é independencia se irritaban y ensoberbecian. Por lo tanto, el gabinete San James y el de las Tullerías se han puesto de acuerdo

(1) Los de concertar el matrimonio de la reina,

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