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en compañía de Tajuelo, Maiz, Sterling y todos los militares, basta la amnistia de 1847.

Iban ya fusilados por delitos politicos, desde 1." de Diciembre de 18-43 hasta el 13 de Diciembre de este año de 44, doscientos catorce, y aún iban á ir al patibulo Zurbano y otros.

De la causa de Renjifo y consortes, pasó á la audiencia en pieza separada lo que tenia relacion con los paisanos, puestos á poco en libertad. Gándara, Cordero y Gullon fueron sentenciados á muerte en rebeldía, y permanecieron emigrados hasta la amnistia. Muñiz se salvó, porque Rico no tuvo tiempo de saber su nombre, y en todo su relato lo nombra siempre el del gaban azul ",. el cual tuvo buen cuidado de quitarse de en medio por entonces, afeitarse las patillas, y de este modo, y siendo entonces poco conocido, no se habló más de él.

CONTINÚAN LOS TRABAJOS DE INSURECCION-PRONUNCIAMIENTO DE ZURBANO

CH

Por las anteriores vicisitudes no sufrió gran quebranto la junta, que ningun elemento perdió, exceptuados los Sres. Gándara y Cordero que emigraron. Siguieron los trabajos, y una indisculpable falta de tacto y do prudencia en el Sr. Sagasti, hizo descubrir los que en Valladolid dirigia el general Lemery, que pudo salvarse milagrosamente emigrando á Inglaterra, lo que no logró efectuar su compañero el coronel Bartoli y otros juzgados en Madrid y sentenciados á presidio, á donde fueron tambien el comandante Contreras, del provincial de Avila, y el capitan de la Princesa, Sr. Calleja.

Verificóse por este tiempo la reconciliacion de Olózaga con Espartero, mediante los buenos oficios de D. Pedro Gomez de la Serna, y se completó la Junta de Madrid, ó sea la Central, con elementos de ambas procedencias, si bien los trabajos se resentian de alguna debilidad por efecto de tantos contratiempos, aunque jamas cesaron. La impaciencia de algunos hacia señalar hasta la fecha de pronunciamientos. Otros exageraban, como es fro

Que no era gaban, sino jaique.

cuente, y con el mejor deseo, los clementos con que se contaba; Iriarte crcia disponer de 10,000 hombres en Galicia, y buscaba dinero para desembarcar en la Coruña; á Nogueras le ofrecian en Gibraltar el alzamiento de casi toda la Andalucía; Lecarte y otros contaban con miles de hombres en Madrid; Ovejero y el coronel Falcon, presidente el uno y secretario el otro de la junta que formaron en Bayona, organizaban fácilmente pronunciamientos, y altercaban y no se entendian respecto al tratamiento que habian de dar á Espartero en las comunicaciones que le dirigian. Las ilusiones, que es el principal alimento de todo emigrado, eran á prueba de los más evidentes desengaños; asi que ni el descubrimiento de conspiraciones, ni los fusilamientos de unos y la traicion de otros, les atemorizaban ni les hacian desistir de sus planes.

Estaba pendiente que Zurbano se lanzara en contra del gobierno; pero decia que no contaba más que con unos 20 hombres y carecia de recursos. Mezquinos se le enviaron; mas no le escasearou promesas, y de gente que decian esperar una voz de alarma para que muchas provincias se levantaran como un solo hombre. Nada de esto veia claro Zurbano; hacia prudcntes y acortadas reflexiones que eran desoidas ó mal interpretadas por los que, desde el extranjero, mostraban gran valor; y exigió, por último, que se le aseguraso una plaza fuerte, pues no tenia gente, y se le prometió la de San Sebastian; y como se lastimara su valor en la contestacion que lo dió un célebre ex-ministro, que há tiempo murió, ofuscóse Zurbano, y con la seguridad de ir al patíbulo, citó á sus amigos para el 11 de Noviembre en la tejera de Ormilla, á un cuarto de legua de este pueblo y tres de Haro, y alli se reunieron su hijo D. Benito, D. Cayo Muro, su secretario Baltanas y algunos oficiales de reemplazo. De los que se habian comprometido de varios pueblos ninguno llegaba, y situado Zurbano con sus amigos en la cúspide de una altura, veia correr las últimas horas de la noche sin que nadie pareciese à satisfacer la deuda de su honor. La duda infunde sospechas, y estas se convierten en realidad cuando el nuevo dia lleva á todos aquellos contristados corazones un funesto desengaño. Zurbano extiende su catalejo, y despues de girarlo en diferentes direcciones, le baja silencioso, diciendo maquinalmente: traicion, nos han vendido. La indignacion es general y todos la expresan; aún espera Zurbano, mira en balde muchas veces, y en una de ellas exclama: ya vienen. Era un

grupo de unos 40 á 50 hombres de Ezcaray, únicos que acudieron de tantos como estaban comprometidos, si bien muchos, encontrando ciertas inexactitudes en las últimas comunicaciones de Zurbano, se llegó á dudar estuviese él al frente, y acordaron no acudir al llamamiento hasta cerciorarse ó verle en campaña; influyendo tambien mucho en este retrainiiento la absoluta falta de recursos para alimentar á los que iban á exponer su vida en provecho de otros.

Temeridad consideraba Zurbano acometer la empresa con tan escasas fuerzas, y sometió al voto general si llevar adelante el compromiso ó suspenderle: sc emitieron varias opiniones, reservó la suya Zurbano, y prevaleciendo la de seguir adelante, esperando ser secundados, marcharon á Nájera, á una legua, sorprendiendo en la madrugada del 13 á las autoridades. Depuso al ayuntamiento, reemplazándole con el del año anterior; se apoderó del alcalde y del juez de primera instancia, á quienes designaba la opinion pública como autores de una trama judicial contra varios liberales de aquel pueblo presos en Logroño, á titulo de conspiradores-cuya causa se sobreseyó despues por no resultar cargo alguno contra ellos, y para castigar este abuso de autoridad, les impuso una multa de 3,000 duros, de que les dió recibo ("), y å un celador de policía llamado Orive, odiado por apaleador de los liberales de Briones, de donde era natural, en la reaccion de 1823, varias veces encausado, sentenciado otras á presidio y á la sazon encarcelado por procesos de falsedad y perjurio, aun cuando acababa de ser puesto en libertad para estorbar la realizacion de los planes de los progresistas, con los que se puso de acuerdo pretestando auxiliarles, y los vendia, le prendió Zurbano y le mandó fusilar en las afueras de la ciudad por traidor (9).

(1) Un año despues fueron reintegrados por la viuda de Zurbano, cuando por disposicion del gobierno se le devolvió la granja de Imaz, que por este hecho le fué embargada.

(2) Martinez de la Rosa, que tanto habia condenado las represalias en la Guerra Civil, ahora ministro, aprisionó á los progresistas de Soria por el anterior fusila. miento, llevando á la cárcel á 50) sólo por ser conocidos como progresistas, y des. pues de haberlos tenido cuatro dias presos, confinó á los Sres. Morales, Calahorra, Lambea, Val, Navarro, Calonge y Vera.

LA FAMILIA ZURBANO Y OTROS.

CIII

Tenemos manifestado el carácter de esta insurreccion, que le evidenció Zurbano con las proclamas que imprimió en Nájera, llamando á defender la Constitucion de 1837 "". Pero no se limi

4) La siguiente: "Soldados y camaradas: Vamos á combatir por cuarta vez al despotismo; vamos á hundir para siempre ese azote de la humanidad, mil veces peor que el que con sangre liberal ahogásteis en los campos de Navarra. Creedlo, soldados: una nacion aherrojada que gime bajo la opresion más funesta; sin derechos, sin libertad, sin porvenir; conculcado el código venerando que à costa de arroyos de sangro plugo al cielo concederla, es lo que teneis á la vista: una pandilla bastarda es la árbitra de los destinos é intereses de esta magnänima nacion, á quien sólo le queda una vida más triste que la misina muerte. ¿Diré que no sois sus hijos, porque os han engañado, convirtiéndoos en instrumentos de sus planes liberticidas? ¡No! ¿Diré que ignorais pertenecer i ese pueblo oprimido, cuyos derechos estais encargados de defender? ¡No os haré yo tamaña injusticia! A vosotros y su milicia ciudadana os debe la libertad que algun tiempo disfrutó; & vosotros, porque esta no existe, os toca recobrar y asegurar esa Constitucion herida de muerte, que con solemue juramento os obligasteis & defender: en ella está la seguridad de vuestras familias é intereses; si la dejais perecer, fabricais las cadenas de vuestra patria para el más ominoso de los monopolios. Entre la esclavitud y la libertad de vuestra amada patria, no es dudosa la eleccion: un pequeño esfuerzo os basta para salvarla, porque los despotas son cobardes y no son dignos do mandar jamas una nacion tan noble como valiente, de la que se han apoderado con la negra infamia de abusar de vuestra credulidad, generosidad y buena fó.

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Me hallo autorizado por la suprema junta central para conceder el grado inmediato á todo jefe y oficial que reconocido, vuelva á las filas del ejército de la libertad, como para rebajar dos años de servicio á los soldados que se presenten de la quinta del 41 y 42, mandando á sus casas á los de la última por ser ilegal, no tener facultades el intruso gobierno y carecer de la autorizacion de las Córtes, en la inteligencia que vuestro general cumple lo que ofrece,

Soldados y nacionales: Unfos á mis filas, que siempre el primero en los peligros, os conduciré orgulloso á la victoria. Soldados todos de la libertad; viva la Constitucion; viva Isabel II constitucional; viva la Junta central; viva el general Espartero; viva la independencia nacional.

Nájera 13 de Noviembre de 1814.-Vuestro general y camarada, Martin Zurbano."

tó á esto, sino que dictó ademas una disposicion gubernativa, que era una verdadera restauracion progresista, y completa; y aunque en ella hubiera un principio de justicia, cuando con las armas se restauraba, la forma elegida por Zurbano era tan inconveniente como ineficaz. A la cabeza aquel de un puñado de valientes, considerándose jefe del ejército restaurador de la Constitucion, dijo a los alcaldes de la ciudad y de los pueblos, que debiendo ser las autoridades protectoras de la libertad y salvaguardia do los hombres pacíficos y honrados, administrando recta justicia, las de España, pucstas de real órden por una pandilla bastarda, se habian separado de sus sagrados deberes, con desprecio de las lcyes y la Constitucion, dedicándose exclusivamente á la más encarnizada persecucion del partido liberal, con la infamia, la calumnia y la impostura, por lo cual prevenia que, bajo pena de la vida, comunicaran los alcaldes á todos los partidos y pueblos de su jurisdiccion, que dimitieran sus destinos y empleos todas las diputaciones provinciales, jefes politicos, dependientes de policia, agentes secretos, jucces de primera instancia, fiscales y ayuntamientos actuales, poniendo en pososion in continenti á los que fueron nombrados por la libre eleccion del pueblo con arreglo al artículo 70 de la Constitucion, y antes de la despótica y ominosa ley de ayuntamientos, imponiendo 1,100 ducados de multa al que contraviniera á tal disposicion, aplicables à los gastos de guerra, y pasaria por las armas los demas empleados arriba citados, si no obedecieren; incurriendo en las mismas penas todos los que exigiesen á los pueblos contribuciones no votadas por las Córtes.

A las pocas horas, uniéndoscles los pocos jóvenes progresistas que no estaban perseguidos, marcharon todos ordenadamente por Aranzana hacia la sierra de Cameros, sin molestar en los pueblos ni exigir raciones, ni mozos, admitiendo sólo á los que voluntariamente se presentaban, no sin manifestarles lo arriesgado de la empresa. En las alturas del Serradero, próximo á Torrecilla de Cameros, se le reunieron su cuñado D. Juan Martinez y su hijo D. Feliciano, que le entregó unos pliegos que leyó en secreto, y era una carta de Narvaez dirigida à Zurbano por medio del general Oribe, comandante general de Logroño, instándole á que desistiera de sus proyectos-ignoraba habia empezado á realizarlos-, que estaba vendido; le hacia discretas reflexiones y oportu

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