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Se formó la correspondiente causa, siendo nombrado fiscal el comandante Gonzalez, del regimiento de Galicia, y sosteniendo la delacion el capitan C........, que balbuciente y atolondrado á unos acusados conocia en las ruedas de presos y á otros no. En suma, resultaban tales monstruosidades, é iba á ser tan grando el escándalo, que se sobreseyó, y todo quedó reducido á un entierro muy pomposo que se hizo al desdichado alférez Jurado.

En el anterior hecho intervino en todo la autoridad militar, pues la civil, encargada de conservar el órden público, de vigilar, disponiendo de la policía, nada sabia, segun el parte que dió; para nada se habia contado con ella.

Como se ha visto claramente, algunas autoridades militares que al tener conocimiento de la conspiracion debieron evitarla, desalentándola, y hacer hasta porder tan ilusas esperanzas, prefirieron el engaño para ahogar la trama en manantiales de sangre: esto no es moral, ni permitido, no es digno.

El delito era ya por mitad de unos y otros, pues para castigar la parte voluntaria de los conspiradores, habia que volverlos á su aislamiento, restituirlos á su estado de enemigos pasivos. No se tuvo esto en cuenta, aunque la comision militar no halló motivos para imponer más condena que la de un año de presidio á cinco de los apresados.

No se levantó de nuevo el cadalso por los incalificables sucesos de la noche del 5; pero si no se alzó en Madrid, lo fué en Málaga para dos sargentos del provincial de Jaen, complicados en una causa de conspiracion en Julio anterior". El derramamiento de sangre no se escaseaba; parecia cimentarse en ella el gobierno: no

(4) Dos sacerdotes fueron encargados de prestar auxilios espirituales á los que iban á morir; uno de ellos se arrodilló delante del reo con ademan suplicante: ¡hijo mio, perdónalo!

-"No, no, padre, no le perdono; no podemos perdonará ese malvado..... que ha biendo entrado en nuestros calabozos una noche, acompañado do un jefe, nos aseguró que nos libraria la vida si acusábamos como seductores ó cómplices á varias personas que nos designó: yo por mi parte tuve la debilidad de ceder á sus instancias, aunque procuré no comprometer á dichas personas, que eran 1). F., D. N., etc., sino de un modo vago, de que mil veces me he arrepentido: sólo siento no poder vengarme de ese hombre perverso."-Perdónalo por tu salvacion, hijo mio, repitió el sacerdote,-Al fin la infeliz víctima otorgó el perdon.

A esta terrible revelacion se la procuró echar tierra, pero se hizo pública en Málaga.

era buena base; y cuando las religiones han cesado de hacer mártires, es necesario que la política à su vez cese de hacer víctimas. Aún se necesitaba más, porque las cárceles y presidios estaban atestadas de condenados por delitos políticos, habia muchos emigrados que vivian pobromonte, y el aniversario del natalicio de la reina, que fué por entonces, le esperaban todos con ansiedad y hasta se dirigieron exposiciones pidiendo gracia: inútilmente; pasó el 10 de Octubre sin amnistía; en cambio se concedieron titulos, condecoraciones, llaves de gentil hombre y otras mercedes á magnates y poderosos que constituian el nervio de aquella situacion (").

Cuando muchos de los procesados pudieron haber dehido su libertad á la real clemencia, tuvieron que doberla á su inocencia, que no pudo menos de reconocerse la del general Crespo y de los Sres. Sagasti, Gonzalez (D. Francisco), Esain, Riego, y otros: ontonces, el 17 de Octubre, sc absolvió á los Sres. Calvo y Mateo, Mendialdua y Meca del monstruoso proceso que tantos sufrimientos les causó, condenándose á la pena de muerte á los ausentes, Gérvoles y Marques, y á la de diez años de presidio à Andrés Sanchez (").

Los sucesos de la noche del 5 de Setiembre en Madrid, se repitieron en parte en la del 3 de Noviembre en Valencia, aunque aqui fué más entre militares, porque un sargento de la guarnicion logró seducir á algunos soldados de su compañía, que atropellando la guardia de prevencion del cuartel de San Francisco, derribaron al centinela, hirieron al comandante de la guardia, á un jefe y otro oficial que se hallaba en el cuartel ), y salieron de él insurreccionados. No empezó este motin, como dijo el parte oficial, por la presentacion de un grupo de paisanos ante la guardia, haciéndola fuego; los paisanos fueron uniéndose despues á los pronunciados, y se dirigieron al cuartel del Pilar, rechazándoles el batallon que le ocupaba; y no hallando los soldados el ayuda que

(1) Con razon dijo un periódico moderado que la omision del indulto »era un motivo de afliccion y disgusto para los hombres que aman sinceramente el trono y Be interesan en su gloria y prestigio, etc...

(2) Se sobreseyó respecto á los Srea. Castro, Gaminde, Satorres, Ibañez, Espada, Talavern, Rios, Serrano, Zubiza, Ramos, Ruiz Sanchez, Ferreras, Garro y Fenix, imponiendo á algunos de ostos las costas.

(3) Los señores comandante Navas, capitan Badis y teniente Rodriguez.

esperaban, y algunos prometieron, y reducidos á sus propios recursos y bien escasa fuerza, se disolvió de suyo aquella trama, tan mal urdida como ejecutada.

Las autoridades, aunque se manifestaron noticiosas de que se conspiraba para efectuar una revolucion, sólo despues que estalló acudieron solicitas á sofocarla: el coronel de Gerona, á no llevar el piquete del teatro, hubiera sido victima; se puso la tropa sobre las armas, y se conservó el órden ya restablecido. Declaróse la capital y la provincia en estado excepcional; se instaló un consejo de guerra permanente; se hicieron algunas prisiones, no todas acertadas; se desterró a los que se temia ", y el 11 fueron fusilados en el llano de los Remedios un cabo y cuatro soldados de Gerona, por sentencia del consejo, que condenó á más de veinte á presidio. Victimas inmoiadas al rigor de la disciplina, pudiendo evadir la muerte el sargento Suarez, cabeza de la rebelion, que halló seguro asilo. De Gerona tambien fueron los pronunciados en Cartagena: no mostraba esto mucha subordinacion en aquel cuerpo.

Ningun paisano figuró en el proceso: la sedicion tenia indudablemente un objeto político, derribar el gobierno: fué exclusivamente militar, aunque ayuda de paisanos se prometió.

PARTIDAS DE TRABUCAIRES

XXVI

Por lo que á ello se presta la montuosa provincia de Gerona, quedaron en algunas escabrosidades escasos restos de anteriores partidas carlistas, que prefiriendo unos la vida aventurera al trabajo, ó imposibilitados otros de volver á sus pueblos por temor á la justicia, formaron bando, capitaneado por un tal Felip, y llamóseles trabucaires, tanto por las armas que usaban, como por recuerdo de algunas compañias carlistas que llevaban aquel nombre. Obligábales de vez en cuando la necesidad á salir de sus madrigueras, á las que volvian inmediatamente con el fruto de su prosa; la impunidad aumentaba el número de su gente, llegaron en

A los Sres. D. José Ros, Calvet, Félix, Monge, Herbás, Dr. Blanco, Rafart, Cortés, Narbon, padre & hijo, Donderis, Jimeno y Monge.

otra excursion á penetrar en Ripoll, donde secuestraron á un rico hacendado de Vich, acreció esto su osadia, empezó á porseguírseles con actividad, y Zurbano con el terror (1842); eludieron el peligro escondiéndose, pereciendo sólo algunos labradores acusados de complicidad, tal vez inocentes, y cuando se les creyó exterminados, volvieron á presentarse tan osados como antes, deteniendo correos, robando á los viajeros, y el 2 de Marzo de este año de 45, en el bosque de San Miquel de Clavells, cerca de Santa Coloma de Farnés, sostuvieron una refriega con una partida de tropa, cansándola dos soldados muertos y un herido. No dejó de alarmar este suceso: so organizaron somatenes, se ejecutaron batidas por todo el distrito do Santa Coloma de l'arnés hasta la línea del Ter; pero los trabucaires se consideraban seguros en los impenetrables bosques de la Guillería, colindantes con la provincia de Barcelona. En aquel miserable país hallaban asilo en lo solitario y escarpado del terreno, é ignoradas cavernas, y cooperacion en aquella gente ignoranto que no tenia escrúpulo en vender su ayuda por lo mal adquirido. Escondidos cuando arreciaba el poligro, al verle pasado caian desde aquellos montes á los llanos de Vich y á los dol Ampurdan, y en caso necesario tenian segura su salvacion en la no lejana frontera francesa.

A la sombra de estos trabucaires se empezaron á levantar algunas pequeñas partidas carlistas on Marzo de 45, merodeando en los pueblos de la montaña y alarmando á Cataluña.

La partida más numerosa no llegaba á 20 individuos, y la mandaba un tal Serrat, capitan en otro tiempo de aduaneros carlistas, y natural de las Escaulas, pequeño pueblo del partido de Figueras; y como tenia influencia su jefo sabia comunicar su audacia y bravura, y fue quien sostuvo el encuentro en San Miquel de Clavells.

Otra partida independiente, si no hostil, de la anterior, se quarecia en los partidos de Gerona y Olot, capitaneándola el antiguo carlista Viñas, natural de Moyá: era menor que la de Sarrat, y de ménos valia.

En los alrededores de Figueras levantó tambien una pequeña partida otro antiguo carlista, Pepe, natural de Hors; y Salonella y algunos más, mal avenidos con la paz, pretendieron turbarla, levantando alguna gente, que evadia el peligro acogiéndose en Francia, no sin que cometieran antes algunos actos vandálicos,

como el asesinato de los Sres. Roger, Bellvé y IIascot, dos de ellos inocentes criaturas, por no haber podido aprontar las 1,000 onzas de oro que por su rescate exigian. Cuando algunos de estos crímenes sublevaban la opinion, creian entonces algunas autoridades la existencia de ciertas partidas, y se las perseguia; pero se internaban en Francia los perseguidos, y no dejaban de serlo allí tambien por las autoridades de la frontera, que prendieron á algunos.

No era un hecho aislado el levantamiento de estas bandas: habia algun movimiento en el partido carlista, que con motivo de la abdicacion de D. Carlos, iba á entrar en un nuevo período de su sangrienta historia.

El malestar de Cataluña se comunicó tambien al Bajo Aragon, cuyo capitan general expidió una circular, en virtud de la real órden de 1.o de Mayo, comunicando un plan de revueltas y nuevas desgracias que preparaban en el extranjero los fanáticos partidarios de D. Carlos; y resuelto á conservar inalterable la tranquilidad, amenazaba con el último castigo á cuantos secundaran directa ó indirectamente á los enemigos de la reina, y encargaba el mayor celo para descubrirlos.

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Se conspiraba indudablemente en el extranjero, aun cuando la abdicacion de D. Carlos habia producido alguna division entre los carlistas; y las esperanzas que concibieron en que se ofectuaria el matrimonio de la reina con el hijo de D. Cárlos, hicieron se encaminasen los trabajos á conseguir este propósito, en el que más medro esperaban, y dejaron a las gentes de segunda fila que asustaran al gobierno con la constante amenaza de encender de nuevo la guerra civil, seduciendo á algunos incautos, que de tiempo en tiempo aumentaban el martirologio del partido, pues no escascaban los fusilamientos.

DON CARLOS LUIS DE BORBON-ABDICACION DE DON CARLOS MARÍA

XXVII

Salvas, iluminaciones y festejos anunciaron el nacimiento de D. Carlos Luis de Borbon, en Madrid, en la madrugada del 31 de Enero de 1818, primogénito del infante D. Carlos y de Doña María Francisca de Asis de Braganza, teniéndole en la pila bautismal

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