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tad y continuaron ordenadamente la marcha, apresurándola siempre Rubin que ni alimentarse dejaba á los estenuados soldados; tal era su prisa, hasta que aprovechando la noche con su ayudante y un guia se fugó á escape, teniendo la suerte de que no le alcanzara ninguna de las balas que le dispararon algunos soldados que vieron esta traicion. Llegó á Vigo y se embarcó el 26, presentándose como víctima y ofreciendo lo que nunca cumplió.

En la crítica situacion en quo Arias se encontraba dijo á los soldados que se le reunieron:-el general Rubin y su ayudante nos han abandonado; merced á sus dosacertadas disposiciones la division se halla dispersa: la mayor parte de ella ha quedado tendida en los caminos, rendida por el cansancio, el hambre y la sed. Con un número tan insignificante de fuerza como la que nos hallamos reunida, es imposible podamos dirigirnos á parte alguna sin ser aprehendidos. Poco antes de fugarso el general, dijo que el enemigo ocupaba ya á Pontevedra, puente San Payo y Vigo..... Nuestra posicion no puede ser más difícil; nos encontramos en el estado mas indefenso que puede darsc. Os aconsejo que os prosonteis mañana en Pontevedra. Habiendo prometido el general Concha respetar á los desgraciados que sucumbieron en Santiago, lo sereis tambien por el jefe á quien os presenteis..... Mi deber, el cariño que os profeso, y lo reconocido que estoy á vuestro comportamiento, exigen os diga que marcho á Portugal donde el que quiera acompañarme tendrá la seguridad de mi afecto y de que partiré con él un solo pedazo de pan que tenga. Adios compañeros; adios paisanos; sed consecuentes en vuestros principios, so)brellevar con resignacion las adversidades, que más tarde ó más pronto necesariamente triunfará la justa causa porque habeis comhatido, y entonces volveré á abrazar á los valientes y virtuosos soldados que quedan en esta desventurada patria.»

Con lágrimas se despidieron todos, marchando al vecino reino 28 oficiales, 8 sargentos y 76 soldados. Despues fueron algunos

centenares.

En cuanto el resto de la columna, que por no haber oido el toque de llamada, permanecia en San Jorge de Sacos, supo les habia abandonado Rubin, se desordenó, dispersóse en tropel sin saber por donde marchar, y se fué presentando en grupos en Vigo y Pontevedra.

¡Qué distinto fué el comportamiento de los jefes de ambas di

visiones! Los hechos comparan el proceder de uno y otro, y ellos son más elocuentes que cuantas observaciones pudiéramos hacer: sólo diremos, que aún despues de la catástrofe que experimentó la revolucion en Santiago, Rubin contaba con fuerzas y probabilidades para salvarla, aún sólo prolongando su defensa, á la que grandes y excelentes llamamientos le brindaban.

Al saber Concha en Pontevedra la dispersion de las fuerzas de Rubin, que habian abandonado á Vigo en el Nervion los principales jefes del movimiento revolucionario, la evacuacion de Tuy, y cuanto naturalmente era la consecuencia del desastre, marchó á Vigo saludándole una salva de artillería, á la vez que el término de la civil contienda.

Sólo restaba Lugo, á donde acudió Villalonga despues de saber la derrota de Solis, acompañado de una comision militar ojocutiva para no retardar un instante el castigo, y aunque no faltaron valientes que quisieran defender la ciudad, y la defendieron algo, todo era ya inútil, y Lugo proporcionó un fácil triunfo al capitan general de Galicia.

Así terminó este movimiento revolucionario, que, rápidamente desarrollado en una provincia dilatada, la más propia, por la aspereza do su terreno para la resistencia, y contando sin duda alguna con hondas y multiplicadas ramificaciones en toda la Pe nínsula, amenazaba reencender on ella la ten de la guerra civil si con la velocidad del rayo no lo hubieran contenido y desbaratado la singular actividad y las acertadas disposiciones del general Don José de la Concha "".»

(4) Así termina un opúsculo (campaña do diez y sieto dias), exactamente escrito, que se publicó poco despues de los sucesos, el que hemos tenido presente, como cuanto sobre los mismos acontecimientos conocemos, sin dejar de tener á la vista no pocos documentos y bastantes noticias: á ellos nos hemos atonido, y si se han hecho inculpaciones al partido moderado de tener compromisos contraidos con la revolucion, no hemos visto ningun documento que lo acredite. Algo se dijo entonces á raiz do los sucesos; no era de extrañar que el despecho condujera á tal extremo á cuemigos ó rivales de Narvaez, pero ninguno do los pronunciados los acusó; no salió la menor queja ni inculpacion de los lábios de aquellas víctimas, y aunquo la historia, si no debe condenar sin prueixas, puedo acusar por conviccion, ni aun esta tenemos de la participacion de los moderados en aquel movimiento que era su más explícita condenacion. Sí creemos que algunos pretendian aprovecharle, y aunque esto les pudiera inducir á ayudarlo, ya es distinto; más no pasó do proyecto por la caida y destierro de Narvaez

XLV

Gustosos suprimiriamos estas páginas de nuestros anales. Atados codo con codo, salieron el 25 para la Coruña los oficiales prisioneros en el ayuntamiento de Santiago, escoltándoles cuatro companías de Mondoñedo y alguna caballeria, á las órdenes del coronel Cachafeira, y á tres leguas de aquella ciudad, y en una aldea llamada Carral, lugar ignorado, se habia instalado la comision militar, y alli se hospedó á los 62 prisioneros, on una reducida capilla, situada en la plazuela de aquel pueblecillo, á la parte Norte, sin más lecho para descansar de las siete leguas que habian andado en diez horas, que un poco de paja esparcida en el pavimento. Apiñados, por insuficiente el espacio, y no haber más comunicacion con el exterior que una fractura perpendicular, de una cuarta de ancho por dos de alto, dividida por un barron de hierro en forma de tragaluz, y no bastando para renovar el aire, y empezando á sentir los encerrados los efectos de aquella atmósfera viciada, hubo precision, para que no se ahogaran, de abrir un respiradero en el tejado.

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El 26 compareció el primero ante el consejo D. Miguel Solis, declarando que se puso al frente de las tropas pronunciadas contra la marcha del gobierno, porque amaba á su reina, y que si á él se le declaraba traidor, más lo eran todos los militares de España, y que no tenia cómplices: recibióse declaracion á Velasco á los capitanes de Zamora y provinciales de Segovia y Gijon, y aunque el primer pensamiento de Villalonga, segun se dijo, fué mandar fusilar á todos los prisioneros, sin distincion de categorías, se redujo la aplicacion de la última pena á todos los jefes de capitan á arriba inclusive; é instruido el proceso verbal é identifidas las personas, se ejecutase la sentencia del consejo á las dos horas de notificada.

El consejo impuso la pena de muerte á Solís y á Velasco; suspendió su juicio con respecto á los demas, creyendo harto satisfecha la vindicta pública, y envió un expreso en consulta, que volvió á poco con la contestacion de que si inmediatamente no se le

avisaba estar hecho el fusilamiento de los prisioneros á quienes él habia condenado à muerte, serian tambien fusilados todos los individuos del consejo.» El coronel Cachefeira recibió otra comunicacion manifestándole que si á las dos horas de llegar á sus manos no estaban ejecutados todos los prisioneros comprendidos en su disposicion, quedaba él autorizado para fusilar al presidente y vocales de la comision militar, en la inteligencia de que no diese lugar el mismo Cachafeira à que igual suerte le impusiese á él por su apatía......

Comunicado á Solis el fallo del consejo, escribió sereno varias cartas, testó dejando á sus hermanas por herederas, y auxiliado por el párroco de Carral, D. Mateo Pereira, salió á las dos de la capilla en medio de los lamentos y clamores de los 61 compañeros que le rodeaban. Sus amigos, D. Jacinto Daban y D). Fermin Mariné, le abrazaron cubriéndole de lágrimas su semblante, y tan fuertemente le tenian asido aquellos dos jóvenes, cubiertos de cicatrices por defender un trono en cuyo nombre se les iba tambien á sacrificar, que algunos soldados tuvieron que arrancar la víctima á la fuerza. Con grande escolta y maniatado como un facineroso, marchó un cuarto de legua por un sendero estrecho é intransitable, y al llegar al átrio de la iglesia de San Esteban de Paleo, se detiene el cortejo, prepara la escolta las armas, se vuelve Solis subito, y con voz firme y continente grave, les dice:-Solis nunca ha sido traidor, y ha de morir, no como tal, sino como corresponde á un militar honrado y caballero. Se colocó frente á la escolta, dió la voz de fuego, y al desvanecerse el huno so vió un cadaver mutilado y tendido sobre su sangre y el lodo; aquella hermosa cabeza de treinta años salpicó en pedazos los muros de la iglesia.

A las cuatro de la tarde se notificó á D. Victor Velasco y à todos los capitanes la fatal sentencia, y todos escribieron á los objetos de su cariño, á sus padres, á sus esposas, á sus hijos........... Sólo les acompañó el párroco Pereira, de los nueve curas que para auxiliarles fueron convocados, y llevándoles por el mismo camino que á Solís, y aproximándose la noche, en una senda extraviada que daba paso á una heredad contigua, hicieron adelantar de sus compañeros y arrodillarse á Velasco, Daban, Mariné y Ferrer; Daban dijo que era capitan de cazadores y que queria le tirasen tau:bien cazadores; se le concedió, les arengó, victorcó a la reina y à la

Constitucion, dió la voz de fuego, y los cuatro compañeros recibieron la muerte.

Los siete restantes presenciaban á corta distancia este cuadro: adelantóse otra escolta con otros cuatro, pasándolos por encima de los cadáveres huncantes de sus compañeros, y fueron sacrificados más adelante; y á los tres que sufrieron el doble martirio de presenciar las anteriores ejecuciones, se les inmoló sobre ellas "").

Los soldados á quienes se habia prometido incorporar á los demas cuerpos, fueron desarmados ignominiosamente, y desnudos, hambrientos y ultrajados les sumieron en inmundas prisiones, mostrando con ellos los más generosos sentimientos de humanidad los nobles habitantes de Santiago, Betanzos y el Ferrol. Arrastraron despues amarga existencia en los presidios de Ceuta y Ultramar.

El capitan general de Galicia podia ya participar al gobierno que estaba pacificado su distrito y castigada la revolucion: no podia decir que él habia hecho lo primero; sí que fné inexorable en lo segundo.

El general Concha, que obró activo, y destruyó una revolucion, que sus inismos partidarios esterilizaron, regresó á la córte despidiéndose de los soldados, mostrándoles lo satisfecho que iba de su valor, de su sufrimiento en las fatigas, y de su subordinacion y disciplina. La division se disolvió.

El partido progresista ha tributado todos los años un doloro

(4) Uno que habia caido atravesado el vientre de un balazo, se levantó implorando misericordia..... dió algunos pasos, y se abalanzaron sobre él para cruzarle á bayonetazos.

Al abalanzarse los soldados á despojar de sus ropas á los cadáveres, rechazó Pereira este desman impfo, y Cachafeira lo autorizó diciendo que los vestidos eran yages reservadosú los soldados que les habian fusilado; pero el digno sacerdote, revistiéndose de la autoridad que su estado y carácter le daban, le manifestó que los cadáveres no pertenecian ya ú la justicia humana, y él los reclamaba en nombre de la justicia divina,

Fueron, pues, fusilados en el Carral (Galicia), el dia 26 do Abril de 1846.
Comandantes. D. Miguel Solís y Cuetos, D. Víctor Velasco.

Capitanes. D. Jacinto Daban, D. Fermin Mariné, D). Manuel Ferrer, D. Ramon José Llorens, D. Juan Sanchez, D. Ignacio de la Infanta, D. Santiago Lallave, Don José Marquez, 1). José Martinez, D. Felipe Valero.

Posteriormente, el 4 de Mayo, lo fué en Betanzos el sargento D. Antonio Samitier, & pesar del indulto concedido el 30 de Abril, que sin duda no llegó á tiempo.

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