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bia dejado, acordaron salvarse on Portugal ; hospedóles el 8 Aldea Nova, y el 19 depositaron armamento, caballos y piezas de artilleria en Serpa, cuyo vecindario admiró el órden, compostura y marcialidad con que se presentaron sus nuevos huéspedes, bien maltratados despues por el gobierno portugués.

El grito de los pronunciados fué siempre Isabel II, libertad, y abajo los traidores: nadie aclamó la república, y el querer dar este carácter al pronunciamiento no favorecia á los republicanos, porque no le ayudaron.

La prensa portuguesa publicó las protestas de l'ortal, de que el pronunciamiento no tuvo otro móvil que el patriotismo, que de nadio recibió un maravedi (2).

Los grados y empleos que concedió fueron reconocidos despues, prévio informe suyo, sin que à Portal le cupiese igual suerto, á con el que de derecho le correspondia á virtud del decreto de las Constituyentes.

Ademas de los paisanos faltaron tambien los oficiales y fuerza del regimiento de Leon, que se habian puesto de acuerdo con Portal, y fueron los que le hostilizaron.

En cuanto a los paisanos, no los consideramos enteramente culpables. ¿Contaba el Sr. Vega con las simpatías de todos los que se lecian jefes de los círculos del pueblo? ¿Habia examinado con

Hubo entonces alguua voleidad en la caballería, que so pretexto de volverse en direccion de Sevilla, para intentar una sorpresa, se separó momentos antes. Si lo hacian de buena fe, era una ilusion temeraria, porque poco podrian ejecutar 200 jinetes solos con muchos caballos desherrados, con dos columnas enemigas sobre sus flancos, y á quince leguas de la capital; así es, que al cuarto de hora de su separacion, volvió á incorporarso aquella fuerza, reconociendo lo descabellado de su propósito.

La insubordinacion, que suele ser compañera de la desgracia en tales casos, Asomó tambien la cabeza: pretendió la tropa aprisionar á los jefes y entregarlos á Schelly; súpolo Portal, y de acuerdo con sus compañeros mandó formar con dos horas de antelacion á la señalada, arcngó enérgico á los soldados, se pasó lista, revistó las armas, y castigó personalmente, al frente de banderas, al cabo Rodriguez, que pretendió interrogarle. Su fuerza moral empezaba á eclipsarso, y el peligro arreciaba. (3) Ni un sólo maravedí me fué entregado por nadie ni por ningun concepto para subvenir á los compromisos que habia creado, y ni siquiera pude disponer de los fondos de la caja del regimiento, por haber quedado aquella en poder del coronel del mismo, y tanto yo, como los demas que componian las fuerzas de mi naudo, entramos en l'ortugal reducidos á la filantropía de sus autoridades y buenos ciudadanos. - PORTAL.

detenimiento si los comprometidos lo cran en realidad? Si sus ofertas eran verdaderas ó jactanciosas? ¿contaba con tantos recursos como ofreció ? Creemos que el Sr. Vega trabajaba mucho y con entusiasmo, y creemos tambien que otros de los que se titulaban igualmente comisionados, esterilizaban sus esfuerzos, y nada reservaban.

INÚTILES ESFUERZOS.

XCI

Los sucesos que acabamos de referir no eran seguramente para estimular á nuevas conspiraciones, á pesar de que ninguna se habia realizado como se dispuso, lo cual suele suceder á todas; pero como en los elementos revolucionarios del partido progresista no faltaba fe, abundaba el patriotismo, y era más fuerte el impulso de los hombres de accion que el de los de órdon, si bien se cesó desde entonces por completo de conspirar en Madrid, concentráronse todos los trabajos en Bayona, Perpiñan, París y Gibraltar, donde residia Gurrea, y fué despues Serrano y Bedoya.

En algunos puntos de España se procuró tambien organizar el partido para la revolucion, sobre todo, donde habia alguna de esas personas de conviccion profunda, de valerosa audacia y de actividad incansable, y era de este número en Galicia y supo distinguirse D. Manuel Somoza y Cambero, que exacerbado por la dominacion moderada, logró convenientes inteligencias, convocó á una junta á los más influyentes, y se nombró un directorio que en breve extendió su poder á todo el territorio de Galicia, dominando á las corporaciones populares en su mayoría, como resultado de las elecciones en que habian influido los asociados. No tardó tampoco en contar con elementos suficientes en el ejército y la marina, y todo dispuesto, y señalado el dia del movimiento,

y

(1) Un serrano que, lleno de la mejor buena fè, so unió á Portal durante el tiroteo, lo dijo:"Señor coronel, la gente empezaba á salir de sus casas do Triana la Macarena, pero cuando llegó un grupo á la plaza del Duque y oyó el fuego que su merced sostenia con los contrarios y que monuleaba el silbido de las balas, dijeron unos i otros: chicos, parece que la tropa se ha picado; esto no es lo tratado; el que la armó, que la desarme: á casa; y así lo hicieron."

avisaron del Ferrol, que habia temores de haberse descubierto algo de la conspiracion, y decidió al directorio á suspender el golpo, á pesar de los esfuerzos que hizo Somoza para impedirlo. Esto y los sucesos de Marzo y Mayo, fueron causa do numerosas prisiones y de quo fracasase el plan no mal combinado: no desistió Somoza de su proyecto, preparó su fuga de la fortaleza, y cuando iba á efectuarse, le embarcaron, y al Sr. Poyan, á bordo del bergantin Constitucion, con órden de no arribar á ningun puerto de Galicia i pesar del borrascoso temporal que hizo; les tuvo á punto de naufragar, volvieron al castillo de San Anton, agravóse su situacion por haberse prendido á los sargentos de Borbon, delatados por uno de ellos, ofreció Calonge á Somoza de parte del general Cañedo, salvarle la vida si declaraba, lo que rechazó con digna entereza, retiróso Calonge anegado en llanto, Somoza sometió enseguida á sus compañeros un nuevo y seguro proyecto de fuga, y otra demora lo inutilizó como el anterior;

(1) Cuando la policía fuó á prender á Somoza, se encontraban en su habitacion el abogado I). Manuel F. Poyan y el comandante do la Guardia civil D. Manuel Buceta; y como éste estaba sentenciado á muerto, á consecuencia de los acontecimientos del 46, Somoza le obligó á meterso en un escondite perfectamente simulado, cruzando al mismo tiempo por su mento la idea de evadiree, como pudo efectuarlo fácilmente á no haberlo detenido el temor de que un escrupuloso registro comprometiese á Buceta. Ante osta consideracion no titubeó ya en dar entrada á los agentes de la autoridad, quienes lo notificaron la órden de prision, así como á Poyan, pasando á la guardia do prevencion, adonde fueron llegando los Sres. D. José Arias Uría, ex-diputado á Córtes; D. Andrós Garrido, capitalista; I). Vicente Alvarez, propietario; y D. Waklo Chicharro, abogado, siendo todos conducidos al amanecer del dia siguiente (30 de Agosto), al Castillo de Sau Anton, y momentos despues, 1). Valentin Fernandez, propietario del Carballino.

Al vicepresidento del cologio de San Isidro de Madrid, 1). Pedro Arada y á Don Pedro Andrés Mouría se les hizo sulir para la córte, y á 1). Antonio Romero Ortiz se le desterró á Valladolid, siendo encerrados en la cárcel pública varios propietarios de Villalva y el abogado D. Antonio Romero, del Ferrol, y en el Castillo de San Diego el doctor D. Lorenzo Sanchez Nuñez.

Frustrado el golpe, y descubierta la conspiracion, gran riesgo corria Somoza como único jefe reconocido por los sargentos de la guarnicion, "leentre los que habian salido los delatores; y gracias á su provision de llovar separadamente los trabajos de los oficiales, no fneron estos complicarlos en otra cansa.) Considerando Buceta más que probable una sentencia de muerto, no quiso abandonar la poblacion, resuelto con otros muchos á lanzarse sobre la oscolta para evitar el fusilamiento de Somoza, correspondiendo de esto modo á su generosa nccion de dejarse prender para salvarle i é de una muerte segura.

trasladose á los presos á la cárcel pública á esperar el fallo del consejo que sentenció á muerte al sargento Higinio Higueras y fué fusilado tambien lo fueron otros en Couta. Conspirábase alli para marchar pronunciada la guarnicion con el presidio á Algeciras, no faltando alguna inteligencia con Gibraltar, de cuyo puerto se presentó en la costa africana más de un buque sospechoso. Abandonada Ceuta, si no en poder de los ingleses, hubiera caido en el de los moros: esta era la parte antipatriótica de la conspiracion. Sabida por el general Ros de Olano, que mandaba en aquel distrito y no estaba cazando perdices, como inexactamente se ha supuesto, ofendiéndole-lo comunicó al general Zavala, alli desterrado, que contribuyó con su arrojo á impedir el éxito de la

Perdonado por Somoza, áun quiso ésto salvarle, y avisado de que el presidente del Consejo no habia asistido á la misa del Espíritu Santo, se presentó en la reunion de todos los reos con sus padrinos á pedir la anulacion; pero se opusieron fundándose en que en nueva vista podria aumentarse el número de los seutenciados á pena capital, insistiendo Somoza sin embargo de estar comprometido en primer término. Fuú sentenciado Somoza á cadena perpétua, con otros, salieron aherrojados para Valladolid, se les puso en Astorga un grilleto do real órden, y encerrados en el peor calabozo de la ciudad de los Ansures, hubo que trasladarlos á la capilla de los ahorcados; prosiguieron a los pocos dins á marchas forzadas para alcanzar la última cuorda que se disponia para Filipinas; intentaron fugarse en Guadarrama, y al efectuarlo procuró esconderse cada uno donde pudo, y Somoza se metió en un lodazal lleno de zarzas de las que no podia desasirse; se iba enterrando en el fango, le aterraron los lamentos de un apaleado compañero, que fueron extiuguiéndose fatidicamente hasta reinar un silencio sepulcral, y pronto las turbas azuzando una multitud de perros, dieron con Somoza en el momento de incorporarse para ver si podia confundirse entre sus perseguidores: descubierto, fué derribado á pedradas, y muy mal tratado llegó al calabozo con los brazos dislocados y lleno de contusiones, a pesar de lo que rechazó todas las asistencias, apostrofando al cabo de la guardia civil que trató do herirle dentro de la prision hallándose atado y tendido en el suelo.

En tal estado llegó á Madrid pasando desde el calabozo de la jefatura política en una camilla, al Saladero, para ir a Filipinas, a pesar de su deplorable estado; mas á cuando se desprendia de los brazos de su esposa y de su hija, sonaron las salvadoras voces de: suspension! ¡suspension!

(2) A consecuencia de los sucesos de Madrid, en los que no tuvo la menor parte, cuyo destierro fué una de tantas arbitrariedades como se cometieron, y de la que protestó el pueblo de Madrid, que llenaba la plaza de la Villa, donde está su casa, cuando le sacaron en una silla de posta. Al llegar á Córdobí, el coronel del regimiento de caballería que guarnecia aquella cimlad, formó su tropa al llegar el general, y se le presentó en la fonda donde paró, diciéndole: "Mi coronel—por haberlo sido del regimiento de húsares del que aquel fué sargento-yo no puedo per

sublevacion, ya iniciada cuando penetró en el cuartel. Tan valeroso y digno comportamiento lo expuso el general Ros al gobierno, y se expidió una real órden colmando de elogios á Zavala y levantando su deportacion.

Inútiles tambien los intentos aislados de los que con mejor deseo que oportuna conveniencia iniciaban conspiraciones y se creian capaces de realizar una revolucion, hubieron de resignarse al fin à esperar mejores dias, reconociéndose por todos, y consignarlo debe la historia, que una de las diferencias más caracteristicas entre los progresistas y los partidarios de aquella situacion, consistia en que los primeros eran hombres de accion revolucionaria, y los segundos do goce revolucionario: unos segaban la mies y otros cogian el fruto.

LA FUERZA DEL GOBIERNO-DESPEDIDA DE MISTER BULWER

XCII

La fuerza que habia adquirido el gobierno, aumentada por la que los grandes de España le dieron felicitándole y ofreciendo á S. M. sus haciendas y sus vidas, cuya exposicion suscribieron 59,603 firmas ", el nuevo estado de sitio, y las medidas á que se sujetá á la prensa, haciendo imposible la publicacion de los periódicos progresistas, excepto El Espectador, aunque era de los más avanzados, la empleó, no sólo en asegurar completamente el órden público, sino en mostrar una omnipotencia que, á ser sienpro bien empleada, habria hecho tanto bien á la nacion como gloria se conquistara el ministerio. Nada se oponia á su accion libre y desembarazada; tenia el derecho de la fuerza coronado por victoria; no faltaban en el seno del gabinete claras y distingui

la

mitir que vaya V. preso, y aquí mo tiene y á todo mi regimiento á sus órdenes.. Agradeció el general aquella prueba de deferente lealtad, y prosiguió su camino á Cádiz, donde lo esperaba el buque que le llevó á Centa.

De estas correspondian á Navarra 97, á Alava 14, á Cnipúzcoa ninguna. Al recibir Narvaez á los portadores de la exposicion, les dirigió una arenga digna y modesta, declinando el mérito del vencimiento, y hablándoles del establecimiento de una milicia de personas ilustres, diciendo: "qué bello sería ver en dias pacíficos rondar las calles con artnas á los Albas, Osunas, Abrantes y otros hombres ilustres por su cuna, por su mérito y por sus virtudes.

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