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dera habia sucumbido. Despues de oirlos Ametller, pidió veinticuatro horas de término para decidir, y una próroga de dos más despues, mediando à su cumplimiento parlamentos y negociaciones, y con los castillos de Figueras y Holstalrich, que albergaba el primero á Martell y á Terradas, que querian resistir: prevaleció su opinion, volvió el cañonco en la tarde del 25, sc apoderó Prim del arrabal de Pedret, continuó el fuego el 26, salió Martell en tanto del castillo de Figueras con una columna á reclutar gente para inquietar á los sitiadores de Gerona, repetia estas salidas, pero el país respondia débilmente; no se evitó se estrechara cada vez más el sitio, y cuando se mandó abrir brecha y se adoptaban disposiciones para el asalto, pidióse capitulacion, estipulándose, en la que se firmó el 7 de Noviembre, que Ametller saldria libremente con la guarnicion de Gerona para Figueras, donde á los cinco dias habría de realizarse la capitulacion definitiva, redactada sobre las bases de la de Zaragoza. El castillo de Holstalrich debia entregarse inmediatamente á las tropas del gobierno, y se enviaban á Barcelona los dos oficiales que fueron anteriormente para dar cuenta à junta de lo pactado.

Para la entrega de Figueras se presentaron dificultades sobre la interpretacion de las bases, por haber pasado el Fluviá un ba tallon de Prim, lo cual indujo á Ametller à declarar el 13 desde Figueras que quedaba nulo el tratado. Prim, desde su cuartel general de Vilafant, calificó de innoble la conducta de Ametller, considerando hollada la estipulacion que firmó; denunció saqueos y asesinatos, declaró traidores á la reina y al Estado, y foragidos à los que se hallaban en el fuerte de San Fernando de Figueras capitaneados por Ametller y á los que les auxiliaran, apoyaran ó tuvieran relaciones con ellos, aplicando á todos las ponas que marcaban las leyes; estableció el bloqueo del castillo, declaró que fusilaria á los espías de cualquiera sexo, edad ó condición, y disolvió la milicia de Figueras.

Fuertes en el castillo los restos centralistas, resistieron enérgicos; y al celebrarse en la villa el 21 con músicas y campaneo la rendicion de Barcelona, los del castillo contestaron disparando con bala rasa.

Ó les impulsaba la desesperacion, ó no se comprende tal proceder; porque si, como se ha dicho, resistiria Ametller hasta recibir órdenes del infaute D. Francisco, interesado en la boda de uno

de sus hijos con la reina, no era solamente de los centralistas de los que podia esperar conseguir su objeto.

RENDICION DE BARCELONA

XXV

Barcelona se habia ya rendido. Despues de la conferencia del Sr. Montau, se comisionó á los Sres. Soler y Matas y Ronquillo, y á las diez de la noche del 11 de Noviembre acordó el general la capitulacion de la plaza, y mientras se convenian las bases so suspendieron las hostilidades por cuarenta y ocho horas. Pasaron cstas sin resultado, porque los intransigentes de Barcelona se negaban á todo armisticio, gritando la multitud por plazas y calles: ¡Nada de capitulacion! ¡Mueran los pasteleros! ¡Viva la junta central! Y volvió á tronar el cañon.

Habia cambiado mucho el aspecto de Barcelona: estaba sola en su empeño; era inútil su sacrificio, y al entusiasmo sucedió el desaliento, á la alegría la tristeza; no existia aquella union de voluntades que daba tanta fuerza; corrió la voz de que iba á ser bombardeada la ciudad, y como si se presintiera ya la anarquía, comenzaron á cometerse algunos robos y desmanes. En esta situacion, los cañonazos que saludaron con gran estrépito el alba del 15 de Noviembre, asustaron á unos y aterraron á otros, creyendo llegado el fatal momento; pero á poco les participó el capitan general que las Córtes habian declarado mayor de edad á la reina, que habia jurado ante las Córtes, y que S. M. le enviaba un extraordinario para manifestar á las autoridades y habitantes de Barcelona, que deseando su maternal corazon inaugurar los actos de su poder de una manera suave y benéfica, consolando las familias á quienes affigia la extraviada conducta de los que sostienen todavía las quiméricas ideas que proclamó la anarquía, le autorizaba para llamar á la obediencia á los extraviados, haciéndoles las concesiones que confiaba á su criterio, y le prevenia indicase las hases del convenio que juzgase razonables para la pronta sumision de la ciudad; y existiendo ya en Barcelona el expresado documen

to, esperaba el recibo del escrito para elevarlo á conocimiento del gobierno "",

Dió la junta publicidad al oficio del capitan general, y comisionó á D. Pedro Oliva, cónsul de Grecia y encargado accidentalmente de los demas consulados para negociar con el general, reuniendo á la vez comisiones de la fuerza armada, junta y ayuntamiento para deliberar. Hizose con cordura y patriotismo; no se mostró desaliento, hubo conferencias con la autoridad militar, que para mayor facilidad y brevedad se trasladó de Gracia á la ciudadela, é hizo algunas concesiones de política y de conveniencia pública, por no volver à usar de la fuerza y entrar en Barcelona como pacificador, no como conquistador.

Decia la junta al capitan general el 17, que la bandera proclamada en Barcelona era la misma que abrazó y juró sostener el ministro universal D. Francisco Serrano, y en ella estaba inscrito el lema de union de todos los españoles, y bajo este concepto no podian ser considerados como rebeldes los valientes defensores de aquella rica capital; y al tratarse de un acomodamiento, debian mediar los pactos que se hacen á hombres libres, que profesan principios fijos, que los abrazan por conviccion y los defienden con heroismo..... que los defensores de la ciudad, sin querer indagar las causas de que la bandera de junta central no ondease triunfante en todas las provincias de España, respetarian el hecho, y sin pretender dar la ley á las demas, recibirian y obedecerian al gobierno que el resto de la nacion hubiese recibido y obedeciese; que la declaracion de la mayoría era un hecho importante, y sin que los defensores de Barcelona entraran en cuestiones de derecho, lo recibirian como un hecho consumado, sin acordarse de otra cosa que de la que habia sido declarada mayor de edad antes del tiempo que prescribe la Constitucion, era la reina de las Españias, que pensaba inaugurar su reinado abrigando bajo su manto á todos los españoles; que los defensores de la ciudad podrian, sin faltar á su honor, prestarse á un tratado razonable, conveniente á su dignidad, estando si no, resueltos à envolverse en las ruinas de la segunda capital de España; que teniendo el general facultades, y siendo la junta la única autoridad que acataban y reconocian, proponian pasasen cinco comisionados para tratar del convenio. Accedió el

ད Véase el documento á que se refiere, en el núm. 4.

general, y el mismo dia 18, que conferenció con los comisionados, so ajustaron las bases de la capitulacion. No las aceptaron algunos intransigentes; se pidió una modificacion á que se negó Sanz; envió un ultimatum amenazando romper las hostilidades al amanecer del 20, si antes de las doce de la noche anterior no quedaba concluido el convenio, no admitiendo despues proposicion ni parlamento alguno; causó esta advertencia acaloradas discnsiones, y venciendo los que preferian una capitulacion honrosa á una desesperada resistencia, pasaron á las diez á la ciudadela los señores Rius y Rossell, Vert, Montoto, Prats y Costa, y ajustaron un convenio que a todos honraba". No habia en él vencedores ni vencidos; y como en una y otra parte no habia dejado de ser aclamada la reina, en las bases convonidas en el dia de su santo resaltaba la generosidad y nobleza del general, pues hasta se consignó que las tropas no entraban en Barcelona hostilmente, sino deseando estrechar á sus hermanos; y despues de haber defendido juntos la Constitucion y la reina en la lucha de siete años, anhelaban vivamente un olvido del pasado.

No faltaron discolos é intransigentes que rechazaron quel convenio, clamando contra la junta, que publicó una proclama ( recordando lo que habia hecho, sus fundados temores de lo que otros intentaban hacer, ocultando con la máscara del patriotismo sus instintos vandálicos, y que se retiraba de la escena aconsejando se acogieran todos pronto à tan honrosa capitulación.

Aquella junta que mostró tanta resolucion y heroismo se vió perseguida; tuvieron que acogerse algunos indivíduos á pabellon extraño, y embarcarse despues con los de la de armamento y defensa y otras personas que se consideraban comprometidas, en un vapor francés para Marsella (3).

Efectuó Sanz su entrada en Barcelona el 20; revistó sus fuerzas y las que guarnecian la plaza; se permitió la libre entrada en la ciudad, observándose para la salida las reglas marcadas por las leyes; se dieron otras disposiciones para el mejor cumplimiento del convenio, y como nunca faltan discolos y extraviados, fanáti

() Véase documento núm. 5.

(2) Véase documento núm. 6.

(3) Entre estos estaba el gobernador de la ciudad 1). Gregorio Villavicencio, cuyo padre fué sacrificado con Torrijos, y desde a bordo dirigió á los barceloneses una digna y patriótica despedida.

cos unos, é inconscientes instrumentos otros de malas pasiones, victorcaron á la junta central y quisieron renovar deplorables escenas; pero se sofocaron inmediatamente aquellos intentos, se ordenó el desarme de la milicia en el término de seis horas, anunciando se infringia el convenio, conminando con ser pasados por las armas al que en dicho tiempo no las entregase, así como las municiones, etc. Todos cumplieron.

No se respetala tampoco la capitulacion, disolviendo las corporaciones populares y nombrando otras provinciales, aun cuando Compuestas de dignisimas personas.

La diputacion interina se dirigió el mismo 21 á los habitantes de la provincia, felicitándoles por la ocupacion de la capital por Ins tropas del gobierno, esperando que no soría estéril la leccion recibida, cuyas consecuencias se debian reparar; que todos los buenos patricios secundarian sus esfuerzos para el afianzamiento de la paz y de las garantias individuales; que no fuera ilusorio el imperio de la ley, y que volvieran los barceloneses á sus tareas, seguros de la proteccion de las autoridades, para que el reinado do Isabel II lo fuese de paz y prosperidad "".

El ayuntamiento provisional anunció su instalacion, alzando la enseña de paz y conciliacion aclamada en Mayo y Junio, á la que deseaba se agruparan todos; protestaba que no habin sido Barcelona la antora sino la victima de las desgracias pasadas, porque toda se habia lanzado fuera, y que regresaba para que fuera la ciudad lo que siempre habia sido, centro de civilizacion y de cultura; olvidar lo pasado, que todos auxiliasen å la corporaeion municipal en sus patrióticos propósitos para el mejor gobier

Firman el jefe político presidente, Joaquin Maximiliano Gibert.-El contador intendeute interino, Vicente de Alba.-J. el marqués de Castelldogrius.—Antonio Font y del Sol.—Melchor Vidal.—Ignacio Soler y Novés.-Bonifacio Camplouch.-Francisco Torrabadella.—Carlos Marti.-Manuel Gibert.-Pablo Gali. – Francisco Coll y Jovés. —Pedro Dalmaces.-Martin Valls.-Ramon Busanya, secretario.

Se componian ó firmalan los Sres. D. José Bertran y Ros.-Baltasar de Eixalá.--Juan Nadal.—El baron de Maldá.~Juan Fradere.-Cayetano Lopez.José Prat.-Buenaventura Vives.-Francisco de Asís Soler.-Juan Claros de Ferran.—José Boix.-Joaquin Portell.-Rafael Plá y Carreras.-Antonio Martí. -Esteban Bosch.-Ginés Gausachs.-Francisco Rivas.-Pedro Mazir Colominas. -Narciso Fonolleras.-Juan Agell.-Juan Costa y Fuxench.- Francisco Esteve y Tomás.-Ignacio Sapons, secretario.

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