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fador insigne de Ticknor. «Que si por aventura muere el » que regna sin fijos de leal coniugio, que herede el regno >> el mayor dellos hermanos que fuere de leal coniugio.... >> et si muere el rrey sen creaturas, ho sin hermanos de >> pareylla (de pareia dice un códice de Quinte), deben le>> vantar por rrey los rrichos omes et los ynffanzones, ca»vaylleros, et el pueblo de la tierra» «Et si por ventura » muere el que regna sines fillos de leal coningio, que he>>rede el regno el maor de los hermanos, que fuere de leal coniugio... et si muere el rey sen creaturas, o sen hermanos >> de pareylla, deven levantar Rey los ricos omes, y et los >> infanzones, cavalleros, et el pueblo de la tierra."

Pudiéramos reproducir á ese tenor algunos mas fragmentos del fuero de Sobrarbe, pero bastando ya á nuestro propósito, citaremos ahora la Prefacion con que, segun Pellicer apoyado por Larripa, le encabezó en el siglo XI el rey D. Sancho Ramirez cuando dió fueros á los infanzones de Sobrarbe «Quando Moros conquirieron a España sub era ,,DCCL ovo hy grant matanza de cristianos; e estonce per,,diose España de mar á mar entro á los puertos; sino en ,,Caliza, et las Asturias, et daca Alava et Vizcaya, dotra ,,párt Bastan, et la Berrueza, et Deyerri; et en Anso, et en ,,sobre Yaqua, et en cara en Roncal, et en Sarazaz, et en Sobre Arbe, et en Ainsa. Et en estas montanyas se alza,,ron muy pocas gentes, et dieronse a pie, ficiendo caval,,gadas; et prisieronse cavallos et partien los bienes á los ,,plus esforzados etc."

Los anteriores testos, y la noticia de que el fuero de Sobrarbe se mandó traducir á la lengua española en 1071 por el mismo D. Sancho Ramirez, que floreció muy antes

que el autor del poema del Cid, uno de los primeros monumentos castellanos y á la verdad harto informe, convencen de que el lenguage español era desde muy antiguo el que se usaba por los aragoneses, (30) supuesto era el de su legislacion, la cual, inclinada en los primeros tiempos á servirse del idioma latino, solo se trasladó al vulgar cuando este habia alcanzado cierta robustez, como sucedió á la publicacion de las Partidas, y un poco antes con la traduccion del Fuero Juzgo, posterior sin embargo á la codificacion del rey Sancho Ramirez. Y por si se alegáran razones contra la autenticidad de los códices á que nos hemos referido, esto es, por si se dudira de que el lenguage en que aparecen escritos correspondiese de hecho ni á la época de su formacion (que esto tampoco no lo pretendemos), ni á la de D. Sancho Ramirez, ni aun á las posteriores hasta el gran codificador Jaime I; por si se insistiera en la opinión que algunos profesan de que el prefacio atribuido á D. Sancho Ramirez es obra de Teobaldo de Navarra en el año de 1237; por si, confrontados los testos de los varios códices que existen, se dedujera de su varia leccion la imposibilidad de fijar su verdadera importancia; por si se hiciera caudal con la respectiva modernidad paleográfica que todos ellos tienen comparados con la época en que decimos haberse redactado; todavía podriamos oponer á esos reparos algunas consideraciones que nos parecen concluyentes, cuales son la corta discre

(30) Si el principe de Viana, por lo demas sugeto de muchas letras, fuese autoridad en la materia, citariamos aquel pasaje de su revuelta Crónica en que, refiriendo la jornada de Alcoraz (1096), cuenta que á la grupa de S. Jorje vino un caballero aleman á la batalla, "e por cuanto entendia gramática entendiéronle algunos é fablaronle en latin," lo cual probaria, no precisamente que hubiese tal caballero aleman, que esto ya no lo creyó Zurita, sino que el principe de Viana suponia raro el latin y comun el romance en quella época.

pancia que entre sí tienen los códices conocidos, segun puede inferirse del trozo que mas atrás hemos copiado; la antigüedad que trescientos y mas años hace, concedieron al testo y al habla de esos fueros cuantos autores aragoneses ó estraños los hubieron á las manos (31); la estructura de su mismo lenguage que no puede corresponder sino á los primitivos tiempos del idioma; las contestes noticias de los mas graves historiadores que han usado con toda confianza y consentido en toda la antigüedad que nosotros concedemos al lenguage de los fueros de Sobrarbe; y finalmente la casi imposibilidad de que fuera otro que el español, toda vez que ni debió ser el latin, de donde se sabe que fueron trasladados en muy remota época y al cual por el contrario se vertieron en adelante muchos otros fueros antiguos (32), ni menos el lemosin, cuya influencia no era entonces ni habia de ser en muchos años conocida.

Y á la verdad en el supuesto, casi imposible de negar, de que los aragoneses no hablasen el idioma latino en pleno siglo XII, la discusion anterior, casi inùtil bajo el aspecto polémico, debe trasladarse á los posteriores tiempos en que, por el entronque de las casas aragonesa y catalana y las

(31) Briz Martinez ya hemos visto que traslada los fueros en su propio lenguage antiguo; Larripa se refiere con Pellicer á manuscritos de grande antigüedad; Morlanes dice que el códice que poseia era copia de un libro muy antiguo, Quinto, resolviendo en cierto modo la cuestion aunque no la trataba de propósito, dice que las leyes de Sobrarbe compiladas por el concilio y cortes de Jaca en el siglo XI se hicieron en la lengua española de la época.

(32) Y conservando, por cierto, algunas palabras españolas, como amigas por mancebas, que tiene la traduccion de Salanova. Añadamos aqui, por mas que no sea el lugar muy oportuno, que de algunas palabras, al parecer aisladas, se infiere rectamente el uso del lenguage español, como en efecto se desprende de muchos antiguos apellidos, por ejemplo, Maza de Lizana, Castellezuelo, Pedro Medalla, y los muchísimos mas que seria impertinencia enumerar.

otras causas que ya hemos señalado, pudo modificarse el lenguage hispano-aragonés hasta el punto de desnaturalizarse y estinguirse.

Pero contra esta sospecha, que para algunos ha pasado de conjetura inductiva á verdadera evidencia, no hay que oponer sino dos observaciones, que, prescindiendo de las pruebas documentales en que todavía insistiremos, resuelven á nuestro parecer de un modo victorioso esta cuestion. La primera se funda en el hecho indestructible de que la organizacion aragonesa se mantuvo perfectamente intacta y sin que en nada la afectase la reunion de ambas coronas; y si la estructura política no padeció influencia alguna, siendo de suyo tan ocasionada y fácil á los cambios repentinos, calcùlese como habia de padecerla el idioma, que de suyo es rebelde y lento en sus transformaciones. La segunda estriba en el principio filológico-histórico de que el idioma no se altera á voluntad de nadie, no se pierde ni aun con un largo número de años, no se cambia como las dinastías por un pacto de familia ni por la influencia de nuevas costumbres, У diremos mas, ni aun al impulso de las revoluciones por grandes que ellas sean: es preciso que sobrevenga una transformacion completa en la sociedad, una irrupcion avasalladora, una de esas grandes crisis que alteran profundamente los imperios; y aun entonces ha de acompañar á todo esto una especie de parálisis en los miembros todos de la sociedad vencida y, despues de todo, aun sucederá que el idioma antiguo se irá perdiendo lentamente, que el nuevo irá triunfando por grados y sin estrèpito, que ambos, en fin, conservarán y perderán mucho de su naturaleza.

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Y como todo eso haya estado muy distante de suceder

en la época del predominio lemosin, la verdad es que este no causó mas novedad en el lenguage aragonés que la impresion producida en general por el contacto ú contraste frecuente de dos lenguas afines, cuyo práctico ejemplo nos ofrecen las lenguas española y francesa, como puede verse en el reciente y curioso diccionario de galicismos con que el Sr. Baralt acaba de enriquecer nuestra filologia.

Pasando ahora á la prueba documental que hemos ofrecido continuar, concurren asi mismo en favor de nuestro propósito las noticias que suministra la crónica auténtica del rey D. Jaime, en la cual, si bien los diálogos y las contestaciones suelen reducirse al idioma lemosin en que está escrita, pero á veces se conservan textuales segun se pronunciaron, ya en boca de un sarraceno de Peñíscola «Señor, quereslo tu axi? é nos lo queremos e nos fiaremos en tu, é donarte hemos lo castello en la tua fé," ya en boca de uno de los representantes ó comisionados de Teruel «Decimusvos que vos emprestaremos tres mil cargas de pan, e mil de trigo, e dos mil dordio, e veinte mil carneros, e dos mil vaques: e si queredes mas, prendet de nos."--Sin salir de las crónicas lemosinas, la de Pedro IV nos proporciona otro testimonio con las cartas que incluye, de las cuales, abandonando el órden cronológico, trasladaremos un trozo para que sirva al paso como una muestra del lenguage de su siglo. La carta está escrita al rey de Castilla por D. Pedro el Ceremonioso en 1356, y dice:,,E sabedes bien que cuando ,,vos por vuestra cuenta nos embiastes rogar que quisiésemos prender á nuestra mano todo lo que han en nuestros ,,regnos et terras, non lo quiziemos fer, porque si ellos ,,ho vos por ellos nos demandades mas de razon, no somos

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