Título II.

De la biblioteca-museo.

en

Art. 45. Tendrá la Sociedad una biblioteca-museo la cual se guardarán los libros, manuscritos, dibujos, planos, fósiles y objetos prehistóricos, inscripciones y toda clase de antigüedades, ya sean adquiridas por la Sociedad, ya procedan de donaciones hechas á la misma por corporaciones oficiales ó por particulares.

Art. 46. Se custodiarán también en la biblioteca-museo los libros, manuscritos y demás objetos prestados por los socios. En este caso, cada ejemplar llevará una indicación en la que conste el nombre de su propietario.

Art. 47. Ninguna persona agena á la Sociedad podrá entrar en la biblioteca-museo, á no ser que vaya acompañada de un sócio.

Art. 48. Para leer los manuscritos será condición indispensable el permiso de su autor.

Art. 49. Todos los objetos que figuren en la bibliotecamuseo y que sean propiedad de la Sociedad pasarán á la disolución de ésta á las bibliotecas y museos del Estado. Los libros y manuscritos concernientes á Carmona, pasarán al archivo de la iglesia Prioral de esta ciudad.

Disposiciones generales.

1.a

Para modificar ó variar este reglamento, en todo ó en parte, será necesaria la conformidad de todos los socios fundadores, sin cuyo requisito no podrá hacerse.

2.a Los socios honorarios y ordinarios podrán proponer la variación en el reglamento que estimen oportuna, si bien su aceptación ó rechazo dependerá única y exclusivamente de los socios fundadores.

3.a El dia en que el número de socios fundadores quede reducido á cuatro, la Sociedad se considerará disuelta, tomando en la reorganización el carácter de socios fundadores los siete ordinarios más antiguos.

La inauguración oficial de la Necrópolis Romana y del Museo, celebrada el 24 de Mayo de 1885, fué el primer acto á que asistió la Sociedad Arqueológica en Corporación. A este acto concurrieron, además de un gran número de personas de reconocida ilustración y entusiastas por los estudios históricos, representantes de las Reales Academias de la Historia y San Fernando, delegados de la Ilustrísima Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de la provincia, de la Excma. Diputación provincial, del Municipio de Sevilla y las autoridades de esta ciudad.

Si los individuos de la Sociedad Arqueológica hubieran necesitado de algún estímulo para no desmayar en el camino emprendido, seguramente lo habrian encontrado el día de la inauguración de la Necrópolis Romana en los plácemes y alabanzas que, en unión de los propietarios D. Juan Fernández López y Mr. George Edward Bonsor, recibieron de todos los congregados. Los elogios tributados á aqueHos obreros de la inteligencia eran espontáneos y sinceros, como en correcto y elegante discurso dijera á la reunión el Excmo. Sr. D. Juan de Dios de la Rada y Delgado. El sentimiento de admiración de que los visitantes estaban poseídos, consignalo la siguiente acta mucho mejor que nosotros pudiéramos hacerlo.

ACTA.-En la ciudad de Carmona, á las nueve de la mañana del domingo veinticuatro de Mayo de mil ochocientos ochenta y cinco, previa invitación hecha por los Sres. D. Juan Fernández López y D. Jorge Edward Bónsor, se reunieron en el campo nombrado de las Canteras, y que desde este día se titulará Necrópolis Carmonense (propiedad de los referidos Fernández y Bónsor), los señores que al margen se anotan; y rogados para que examinasen los trabajos de excavación, hechos en el mencionado campo, observaron que hay descubiertos sobre doscientos sepulcros, pertenecientes, al parecer, á la época romana, algunos de ellos con pinturas murales de indisputable importancia, y todos, ó su mayor parte, de verdadera estimación arqueológica.

Unánimemente convinieron en que la empresa está llevada á término con inteligencia y acierto, y con una perseverancia extraordinaria y digna de los mayores elogios; siendo tan plausible la idea, que dejará alto ejemplo que imitar á cuantos estimen las glorias del País.

Terminada la visita á las tumbas, se trasladaron los concurrentes al Museo formado con los restos descubiertos en las excavaciones; siendo de notar su conveniente y acertada instalación, la grande importancia arqueológica y artística de los objetos, ora como comprobantes del alto grado que la civilización romana alcanzó en esta comarca, ora como veneradas memorias de la antigua Carmo, y como bellos modelos de civilización ofrecidos á la cultura industrial y artística de nuestra época.

Después de tributar justos elogios á los señores invitantes, y de excitar su celo para que continúen el camino que con tanto acierto como buen resultado han emprendido, se acordó extender y firmar la presente acta para memoria y ejemplo de los venideros.-Nicanor López, alcalde de Carmona.-Francisco José Orellana, diputado provincial.--Sebastián Gómez Muñiz, presidente de la reunión Arqueológica carmonense.-Manuel Méndez.-José María de Hoyos, alcalde de Sevilla.-José María Roby.-Emigdio Serrano Dávila.-Juan de Dios de la Rada y Delgado, delegado de las Reales Academias de la Historia y de San Fernando.-Adolfo Herrera, correspondiente de la Historia.-Juan Saujuán.-Diego Díaz.-Antonio María Ariza, correspondiente de la Historia y de San Fernando.-Claudio Boutelou, vicepresidente de la Comisión de Monumentos Históricos y Ar

queológicos de la provincia de Sevilla. Fernando Belmonte y Clemente, secretario de la misma.-Cayetano Aldana.-Juan García Hermosín.-Manuel Madrazo Escalera.-Adolfo Fernández Casanova, arquitecto. José J. Gómez.-Ramón Pinzón.-Mariano Trigueros. -José Vega.-Antonio Pérez.-Jose Pérez Cassini.-Antonio Cebreros.-Francisco R. Cortés.-Macdongall.-E. Jóhnston, vicecónsul inglés en Sevilla.-Juan Fernández López.-G. Bónsor.

Durante los doce meses que siguieron á la inauguración de la Necrópolis Romana, ó sea desde Mayo de 1885 á Junio de 1886, la Sociedad Arqueológica trabajó con verdadero afán y llenó cumplidamente los fiues de su instituto. Todos los individuos que la componían esforzáronse, llenos de emulación y buen deseo, por acrecentar el nombre y la fama de la Sociedad, y ni uno solo hubo que negara su concurso ni dejase de aportar su grano de arena á la obra común.

Los trabajos realizados por la Sociedad Arqueológica en el primer año de su existencia detallados están en la Memoria leída por el Secretario de aquélla, con motivo de la segunda visita oficial hecha á la Necrópolis Romana el 6 de Junio de 1886. Héla aquí: