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no de ser notado en la primera el magnífico arco ojival que separa el presbiterio de la nave principal.

Hemos oido decir á un buen aficionado, que no desmerece de los mejores el techo de la iglesia de Santo Domingo, también del arte mudéjar. En la calle de Anton Gutierrez, haciendo los reparos de una casa, se ha descubierto, hace pocos meses, un arco de ladrillos blancos y rojos, perfectamente labrado. Tiene una archivolta semejante á las de estilo gótico; y encerrándolo todo, un arco ó recuadro, cuyos ángulos cubren azulejos mudéjares, estilo á que pertenece la obra.

Azulejos mudéjares se encuentran hoy en todas partes. No vemos muy lejano el dia en que tomen el camino que los de estilo árabe,

sus antecesores.

CARMONA OJIVAL.-El estilo ojival, llamado también, aunque sin razon, gótico, después de haberse desarrollado en Francia, Inglaterra, Alemania é Italia, atravesó los Pirineos, dando lugar á producciones de este género en Leon, Salamanca, Burgos, Toledo, Sevilla, etc. Este estilo, que dominó en Europa desde la segunda mitad del siglo XII hasta el siglo XVI, caracterízase principalmente por el apuntamiento de los arcos, lo alargado de los pilares, que no presentan las proporciones clasicas, la disposicion de las ventanas y claraboyas, la forma y labores de las bóvedas, atravesadas por nervios que las dividen en compartimientos, y la prolongacion de las líneas verticales, que predominan completamente sobre la horizontal.

No permaneció estacionaria la arquitectura ojival durante los tres siglos en que imperó; por el contrario, sufrió tantas modificaciones que se hace preciso dividirla en cuatro épocas ó periodos, desde el ojival primario ó lanceolado, el más sencillo de todos, hasta el cuaternario, que marca su mayor decadencia.

Eu esta época llegó á perder mucho de su majestad y buen gusto, en fuerza de haberse sobrecargado de adornos, cuidando más del detalle que de la armonía y buenas proporciones del conjunto.

SANTA MARÍA.-El único monumento ojival digno de mencion en Carmona es la iglesia Prioral de Santa Maria.-Este magnífico edificio está sostenido por veintiocho pilares, formados de multitud de

delgadas columnas, cada una con su base y capitel, de modo que semejan un haz de ellas. La planta de la iglesia es una cruz latina. Consta de tres espaciosas naves, de un magnífico ábside y de dos hileras de capillas á cada lado, que hallándose adosadas á la primitiva planta, vienen á constituir como dos naves más. Las bóvedas vense atravesadas por aristas que, partiendo de los pilares, se dirigen á los opuestos, entrecruzándose de modo que las bóvedas quedan divididas en varios compartimientos. Algunas sólo están divididas en cuatro por otras tantas aristas, como en el estilo primario; son las ménos: las más se hallan atravesadas por múltiple número que, cruzándose y entrelazándose con los medallones que adornan los ángulos, forman complicadas labores. Al cimborrio, en el centro del crucero, sostiénenlo cuatro magníficos arcos, como es costumbre en el estilo. Las ventanas y claraboyas ó rosetones son sencillos y elegantes, con labores de piedra, divididos por delgadas columnas, como las del período medio. El largo tiempo que se ha invertido en construir este templo es causa de que su estilo no sea completamente uniforme.

Los ábsides de casi todas las iglesias de Carmona pertenecen igualmente al estilo ojival. Sólo merecen ser mencionados el de Santiago y el de Santo Domingo. Una muestra del arte gótico-alemán existe en Carmona; el célebre mortero de San Pedro, magnífica obra de alfarería.

CARMONA MODERNA.-Después de haber sido aceptado en Francia, adonde lo importó Italia, de la que es originario, el estilo llamado con propiedad el renacimiento, por ser una especie de arquitectura retrospectiva, penetró en España, en la que tomó un carácter especial y recibió el nombre de plateresco, tal vez por haber sido los plateros los primeros que aquí empezaron á trabajar bajo ese gusto. A este estilo pertenece el altar mayor de Santa María, coetáneo de Carlos V, cuyas esculturas representan asuntos de la vida de Jesucristo y de su santa Madre. Una prueba de que el gótico no fué repentinamente suplantado, sino que hubo un período de transición, se encuentra en la misma iglesia. En efecto; en ella existen adosados á la fábrica gótica unos medallones en alto relieve que contienen bustos perfectamente ejecutados é inspirados en el más puro gusto plateresco.

Ya que del arte plateresco hablamos, no pasaremos en silencio la magnífica cruz de plata, que forma hoy parte de las alajas de la iglesia de San Pedro, cruz originaria de la parroquia del extinguido pueblo de Guadajoz, y que es una valiosa muestra del grado de perfección á que llegó el arte de platería en el período del renacimiento.

En el siglo XVI, bajo el reinado de Felipe II, levantáronse en Carmona algunas construcciones, que por su estilo especial merecen un lugar en la historia de la arquitectura. Nos referimos á las construcciones de estilo románico, cuyas principales obras se deben á Herrera, sin que por esto queramos decir que ha sido el primero ni el último cultivador del género, aunque sí tiene mayor nombradía que otro alguno, por su obra del Escorial, edificio triste, sombrío, y en todo conforme con el carácter de Felipe II. Dos muestras de este estilo hay en Carmona: el arco primero de la puerta de Sevilla, al que no faltan las características bolas de aguda punta, y la puerta de Córdoba.

Al renacimiento sucedió el más original estilo que ha existido ni existirá: el barroco y el churrigueresco. El estilo innoble y hasta irracional de Churriguera tuvo gran aceptacion en España, y á él pertenecen la mayor parte de las iglesias y retablos que se construyeron en el siglo pasado, y aun á principios del actual. La iglesia de las Descalzas, la capilla-sagrario de San Pedro y el altar mayor del exconvento del Carmen es lo más notable que de tan ridículo estilo queda en Carmona.

Hemos terminado nuestro humilde trabajo. En Carmona no existe ninguna construcción moderna digna de mención. Hace tiempo que este pueblo yace sumido en una especie de letargo que le tiene postrado y abatido.

No sólo no se han ocupado los carmonenses en construir la multitud de edificios publicos que hoy le son tan necesarios, sino que han visto con la mayor indiferencia, cómo uno después de otro le han sido arrabalados por la codicia sus mejores objetos artísticos. Pero ¿qué más, si con sus propias manos han ayudado á destruir sus más preciosos monumentos, sin calcular que cada pared hundida, cada sillar arrancado de su sitio, eran otros tantos timbres que quitaban al escudo de sus glorias?

A nadie es dado leer en el libro del porvenir; sin embargo, creemos, fundados tal vez en nuestro deseo, que no está muy lejano el

día en que vuelva Carmona á ocupar entre los pueblos el lugar preferente que le corresponde por su brillante historia, por sus ilustres hijos, y, sobre todo, por la abundancia de bienes con que la dotó la Providencia.

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Contestación

Á LA MEMORIA "CARMONA HISTÓRICA"

Discurso leido ante la Sociedad Arqueológica, en la recepción de D. Manuel Pelayo y del Pozo, el día 1.o de Septiembre de 1886.

Señores:

Designado por mis compañeros de Sociedad para contestar al discurso de recepción de D. Manuel Pelayo y del Pozo, con verdadero placer cumplo el encargo á mí confiado, sintiendo sólo que mis escasas fuerzas no me permitan hacer un trabajo que resulte digno de aquel cuya lectura acabamos de oir.

Dice el Sr. Pelayo que carece de méritos bastantes para ocupar un lugar en la Sociedad Arqueológica Carmonense, y que á la excesiva benevolencia tenida con él es debido el que hoy se encuentre entre nosotros: nada de eso. El Sr. Pelayo ha demostrado antes de ahora poseer en alto grado las cualidades que esta Sociedad estima en más: profundos conocimientos, una desmedida afición por la arqueología y actividad incansable para todo lo que sea provechoso y útil.

El Sr. Pelayo reune con creces las cualidades que se necesitan para pertenecer á esta Sociedad. Bien venido sea, pues, entre nosotros. Démosle el ósculo de amor y de paz; y cogidos de la mano, sigamos nuestro camino, al fin del cual están las verdades que con tanto afán buscamos todos.

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