Imágenes de páginas
PDF
EPUB

cuán poco hay que fiar de las mayores riquezas, acabaré ésta con un suceso que ha causado lástima general en cuantos le saben: ya dije á vuestra merced que Don Rodrigo Calderon recusó sus jueces, pues sepa vuestra merced, que, admitida la recusacion y mal probada por él, le condenaron en doce mil maravedís, y luego, por otro auto, se los perdonaron por sumamente pobre y no tener bienes ni haciendas de qué pagarlos. ¿Qué le parece á vuestra merced de tal desdicha y qué poco le aprovecharon sus tesoros? justos juicios son de Dios, el cuál á vuestra merced muchos años guarde. De Madrid, último dia de Agosto de 1621.

CARTA QUINTA

QUE ESCRIBIÓ UN CABALLERO DESTA CÓRTE Á UN SU AMIGO.

P

OR la mia de último de Agosto habrá sabido vuestra merced las novedades desta Córte, y no he podido, ni escribir ésta, ni remitir á vuestra merced aquélla con más priesa, porque ha parecido á muchos grande mi cuidado en avisar á vuestra merced de los sucesos de aquí, y han procurado estorbarlo; como si mis cartas tuviesen algo dañoso contra la rectitud y prudencia, pues ántes, éste modo de escribir es loable, pues sin faltar á la verdad de los sucesos, y sin daño de nadie, se da un alivio lícito á los deseos de los ausentes de la Córte, para que pasen las horas con ménos ócio; entretenimiento á que yo principalmente tiro con escribir á vuestra merced, sin obligarle á que lo crea, pues ni yo escribo más que

lo que oigo, ni éllo tiene fuerza de ley ó premática que no puede dudarse ó contradecirse. Demás de que si la curiosidad de los libreros es tal que sacan mis cartas á la calle, ¿qué culpa tiene lo que yo hago en mi casa? Vuestra merced, si quiere saber nuevas, las guarde mejor, que no quiero, por servir á vuestra merced, disgustar á nadie.

Algo correremos atrasados por ésta causa en los sucesos; vuestra merced perdone y consuélese con que siempre es bueno saber novedades, y que para quien no las sabe son flamantes las más viejas.

Empecemos por la reformacion del Consejo de Hacienda, cosa bien necesaria, y que pedia remedio há muchos dias. Redúcense, segun dicen, á cuatro el número de los Consejeros, á quienes dará nombramiento su Majestad, con que tácitamente quedan los demás jubilados. Los de la Contaduría mayor de Cuentas, se reducen á tres, y consúmense los demás, como fueren muriendo. Consumese el oficio del libro de caja, y oficiales, que tenia Francisco de Molina.

Consúmense los Ordenadores de cuentas, y mándase á las partes que las traigan ordenadas; arbitrio con que interesa mucho gasto la Real hacienda.

Consúmense las Contadurías de rentas y las Contadurías de quitaciones, y agréganse á la Escribanía mayor de rentas, con que menguan muchos salarios.

Consúmense las Contadurías de penas de Cámara, que tenian Francisco Gomez de Esprilla y Antonio de Rojas, y agréganse á las Contadurías de la razon. Consúmense las recepturías deste Consejo, y agréganse á la Contaduría del sueldo.

Consúmense sesenta y dos Contadores zánganos, dejan ocho solos, los cuales suceden por su antigüedad.

En las Contadurías de resultas, de veintinueve que habia se consumen trece, y nómbranse á tres Contadores entretenidos, con cédula, y que entren por su antigüedad, como los otros.

Que los Receptores de los partidos no vengan á dar cuentas á Madrid, sino que las envien juradas. Los que tuvieren juros acudan á las cabezas de los partidos, donde los paguen, sin obligar á gastos á unos ni á otros.

Consúmese el oficio de Secretario, de Pedro Rodriguez Criado, y agrégase á la secretaría de Miguel de Ipenarrieta, al cual quitan el voto de Consejero; dánle un hábito y dos plazas de monjas en la Encarnacion para sus hijas. Dieron título

« AnteriorContinuar »