obispo de Escalas para un negocio relativo al obispado de Cartagena-Que se de al cardenal Severino la posesion de Tarento-Cardenales que favorecen en Roma las cosas del Emperador.

Señor-Recibí la carta de vuestra merced hecha á 22 de mayo. Sabe Dios lo que yo holgué con ella, ansí por saber que vuestra merced está bueno, que es cosa en que al servicio de su Majestad y al bien de todos va mucho, como por lo que vuestra merced me escribe de la voluntad que nuestro Emperador tiene de acordarse de mí y no dejarme penar en esta corte, que yo prometo à vuestra merced que cada dia cresce mi descontentamiento, no sin causa, porque voy á palacio dos millas, á vísperas y misas de fiestas y á consistorio, poniendo en peligro mi vida segun los grandes calores que en Roma hace, y no hacemos ningun fructo, y todo el tiempo se nos pasa en cerimonias y cabezadas unos á otros. Juzgue vuestra merced si me seria mejor estarme en el Burgo de Osma y servir á Dios sin respecto y en quietud del alma y el cuerpo. Ansí, Señor, os suplico que siempre que haya sazon supliquéis á la cesárea Majestad me haga merced de alzarme el destierro que yo nunca le meresci. Vuestra merced libre está de necesidad de sus amigos, porque no hay quien pueda cegar los ojos de nuestro amo que no vean los méritos de vuestra persona y el valor y utilidad della; pero sin duda vuestra merced redi mirá un hombre que desea serviros.

La provision de Tarragona ha sido de muy católico y gratisimo Príncipe: Dios le guarde pues se ocupa en servirle y proveer á las iglesias mas que á las personas. Pláceme que vuestra merced alabe el oficio que hago de persuadir á su Majestad que siempre conserve la amistad del Papa, porque desta manera seré mas cierto que no yerro

en ello; y sin duda á mí me paresce que una gran parte del servicio de su Majestad, consiste en que el Papa le ame como hijo verdadero, y ansí veo que lo muestra en sus palabras. A esta hora no sabemos que sean entregados los Príncipes puesto que Tarva me ha dicho que tiene letras del Rey de Francia de 24 de mayo, en que dice que no es hecha la restitucion á causa del condestable que quiere que vaya tan cargada la barca en que han de pasar los Príncipes, como la que ha de traer el dinero, y dice que cosa que esté cometida al condestable y Mos de Prato, que no puede despacharse tan presto. Yo no lo creo, pero él ha hecho entender á su Santidad que si le hace cardenal será causa que el Rey de Francia siempre se conserve en la amistad con el Emperador, nuestro señor, y con la sede apostólica. Por esto y por traer cartas del Rey que pedian el capelo para él, hoy se le ha dado en consistorio, cierto mas presto y con menor dificultad que á mí se dió el que tengo, suplicándolo en presencia la Cesárea Majestad. Yo me persuado que esto no nasce de querer el Papa mas al Rey que á su Majestad, porque sé lo contrario; pero procede de ventura que los franceses tienen que sin fuerzas son temidos en el mundo y alcanzan lo que los buenos no pueden. Señor: mande vuestra merced dar mis encomiendas á Mos de Granvela, y suplique á su Majestad de mi parte haga merced á uno de sus hijos darle de comer en la iglesia: yo suplico esto porque sin duda conozco al padre su verdadero servidor, discreto y de entendimiento sosegado, pacífico y claro, y es razon que de tal siervo tenga el señor memoria. Deseo saber si su Majestad hace caballerizo mayor al señor marqués de Villafranca, que por cierto yo no alcanzo otra persona tan calificada

para el oficio entre todos los vasallos suyos que hasta agora he conoscido.

Las cosas eclesiásticas que desde Bolonia proveyó su Majestad, me espanto como no hayan tenido efecto: vuestra merced debe siempre acordarlo porque ni paresce bien esta dilacion á Dios ni al mundo, y segun ha servido Micer Juan Reina, justo seria que su Majestad se acordase dél, que sin duda fuera de sus buenos servicios, es persona digna de ser premiada.

El obispo de Escalas me ha ayudado mucho en pasar el noviciado desta corte, y en verdad, Señor, que le soy en cargo: díceme que tiene un negocio con vuestra merced sobre el obispado de Cartagena, y aunque yo soy cierto que no olvida vuestra merced á sus amigos, ni á quien le desea servir; todavía os suplico que si se puede negociar el traspaso de aquella iglesia dándole fructos por pension, que lo haga como lo haria por mi propia persona.

El cardenal Severino espera el consenso de su Majestad, ó el mandamiento para que le den la posesion de Tarento, porque en Bolonia se le concedió: tiene pena porque no es venido. Suplico á vuestra merced le despache porque me mata rogándome cada dia, y yo se lo tengo prometido, si por otra persona no queda que por vuestra merced.

Unas cartas envío para Tomás de Forner ginovés que son del cardenal de Grimaldo. Suplico á vuestra merced que mande dárselas, y que lo que de su parte le pidieren trabaje por su buen despacho.

Señor: es bien que sepa su Majestad los cardenales que yo aquí conozco, servidores de su Majestad. El cardenal Palmer que á espada y capa ha defendido en los tiem

pos pasados el servicio de su Majestad y agora hace lo mesmo; este es muy pobre y paresceria bien hacerle merced. El cardenal de Navala, el cardenal de Nápoles, el cardenal Ejidio, el cual dos veces delante de mí ha hablado en consistorio muy gentilmente en alabanza de nuestro amo, y en lo de Inglaterra ha dicho al Papa su parescer como le habemos necesario. El cardenal de Ravena, sobrino del cardenal de Ancona, muestra ser afectado servidor de su Majestad, y dice que le corten la cabeza si su tio no defendiere á todo el mundo la causa de la Señora Reina de Inglaterra, y él dice que dará voces hasta el cielo en defensa de lo mesmo. Cuando adelante conosciere otros muy inclinados al servicio de nuestro Emperador, siempre los escribiré á vuestra merced para que su Majestad sepa de quien ha de tener memoria en las provisiones del reino de Nápoles y Cecilia. Santicuatro está agora muy bueno, y en consistorio: siempre que se han ofrecido cosas tocantes á su Majestad, habla muy gentilmente en su servicio. El cardenal Monte es aquí hombre de mucho valor, y es bien que su Majestad le gane por suyo, haciéndole merced: yo le he dicho cuanto le estima la Cesárea Majestad y él se huelga dello. Otra vez digo que los dos hombres mas valerosos en este colegio son Monte y Frenesio, de los cuales el Papa hace mas cuenta que del resto, y digo que el Papa me lo ha dicho; pero lo que toca á bulas y breves Santicuatro es el mas útil. El cardenal de Mántua es mas francés que el embajador de Francía: Tarva y él están siempre juntos: hacen mil banquetes á costa del francés, los mas.

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Lo que sigue va en cifra.

El embajador al parecer conmigo lo hace bien, y has

ta agora no ha hecho cosa notable de que se pueda reprender: verdad es que de gordo ó de perezoso ó de no sé qué, se me figura que negocia poco y sale pocas veces de su posada, y creo que va de mejor gana á ver una antigualla que hacer negocios. El Papa ha dicho como burlando á Mujétula una vez, y otra al embajador, que Monseñor de Tarva le habia dicho que si le hacian cardenal, que haria con Florencia que se concertase con su Santidad, y seria parte para hacerles perder la esperanza que en el Rey de Francia tienen; y puesto questo haya dicho riendo y burlando dél, creo verdaderamente que esto ha sido la causa de habelle dado el capelo, porque lo ha hecho tan callado y tan presto que cualquier hombre cuerdo anda á buscar la causa de tanta novedad y de obra tan fuera de prudencia.

Aqui concluye la cifra.

Suplico á vuestra merced que la primera vez que viere al señor Rey de Hungría despues que esta leyere, que le bese las manos en mi nombre. Yo tenia fé que era el mas excelente Príncipe del mundo, y agora lo veo pues vuestra merced de vista me lo escribe. Dios le guarde y prospere como desco, y á vuestra merced acresciente como la señora doña María codicia. De Roma á 8 de junioServidor de vuestra merced- Fr. G. Cardinalis Oxomensis.

Carla autógrafa que el cardenal de Osma escribió al señor comendador mayor de Leon. De Roma á 9 de junio de 1530.

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Debate que hubo en el consistorio sobre lo que debia hacer el Papa con el reino de Dinamarca por la heregia-Castigo que debia imponerse al Rey de esta nacion por los homicidios que hizo de