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REINANDO EL SEÑOR DON FERNANDO VII DE BORBON Q. D. G. SievDO PRESIDENTE, GOBERNADOR Y CAPITAN GENERAL. EL EXCMO. SEÑOR DON FRANCISCO DIONISIO VIVES Y PLANES, OBISPO DIOCESANO EL ExCELENTÍSIMO É ILLMO. SEÑOR DOCTOR DON JUAN JOSÉ DIAZ DE ESPADA Y LANDA, SUPERINTENDENTE GENERAL DE REAL HACIENDA EL EXCELENTÍSIMO SEÑOR DON CLAUDIO MARTINEZ DE PINILLOS Y CEBALLOS; Y COMANDANTE GENERAL DE ESTE APOSTADERO EL SEÑOR BRIGADIER DON ANGEL LABORDE Y NAVARRO, SE CONSTRUYÓ ESTE EDIFICIO PÚBLICO PARA PERPETUAR LA MEMORIA DEL PRINCIPIO DEL CRISTIANISMO EN ESTE PAIS, Á EXPENSAS DEL EXCMO. AYUNTAMIENTO Y DE LOS FIDELÍSIMOS Y PIADOSOS HABITANTES DE ÉL, HABIENDO SIDO EL DIRECTOR DE LA OBRA EL CABALLERO REGIDOR DON JOSÉ FRANCISCO RODRIGUEZ CABRERA. AÑO DE MDCCCXXVIII.

EL EXCмO. SEÑOR DON FRANCISCO DIONISIO VIVES Y PLANES, CABALLERO GRAN CRUZ DE LA REAL Y DISTINGUIDA ORDEN ESPAÑOLA DE CARLOS III, CABALLERO GRAN CRUZ DE LA REAL ORDEN AMERICANA DE ISABEL LA CATÓLICA Y DE LA MILITAR DE SAN HERMENEGILDO, CABALLERO DE TERCERA CLASE DE LA REAL DE SAN FERNANDO, DECLARADO VARIAS VECES BENEMÉRITO DE LA PATRIA, CONDECORADO CON EL ESCUDO de Fidelidad, LA ESTRELLA DEL NORTE Y POR OTRAS NUEVE ACCIONES DE GUERRA, Teniente generaL DE LOS REALES EJÉRCITOS, GOBERNADOR DE LA PLAZA DE LA HABANA, CAPITAN GENERAL DE LA ISLA DE CUBA, PRESIDENTE DE LA REAL AUDIENCIA, ETC., ETC. PROTEGIÓ CON PARTICULAR EMPEÑO ESTA OBRA, CUYOS PLANOS PROYECTO Y LEVANTÓ EL SEÑOR DON ANTONIO MARÍA DE LA TORRE Y CÁRDENAS, DEL CONSEJO DE S. M. SU SECRETARIO HONORARIO Y EFECTIVO DE ESTE Go

BIERNO.

AÑO DE MDCCCXXVIII.

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STE edificio, situado en la parte occidental de la Plaza de Armas, es sin disputa el más vasto y mejor acondicionado de cuantos encierra la Habana.

Cuando en 1741 incendió un rayo el navío Invencible é hizo volar los centenares de quintales de pólvora que almacenaba, todos los edificios de la Habana quedaron más ó menos resentidos por efecto de aquella terrible explosión, sufriendo como es natural sus mayores efectos los más próximos al lugar de la catástrofe; entre esos edificios hallábase la primitiva iglesia parroquial de la Habana, que empezó siendo un reducido templo de tabla y guano, y que reedificado después del incendio llevado á la población en 1537 por un corsario francés, llegó á convertirse en iglesia catedral. El templo estaba dedicado á San Cristóbal, patrón de la Habana; la puerta principal daba al Occidente, las dos laterales al Septentrión y Mediodía y el altar mayor al

Oriente. Su exterior, dice D. Antonio José Valdés en su Historia de la Isla de Cuba y en especial de la Habana, era tan ordinario que por la parte oriental y meridional, más bien parecía casa de cualquier particular que templo de Dios. El interior por sí solo mirado, tampoco encerraba objeto en que la curiosidad pudiese detenerse; y en una palabra, en aquella iglesia se portó tan groseramente la mano de su artífice, que desnuda del ornato del culto, se tomaría por una hermosa bodega más adecuada para parroquial del puerto de Carenas, que para la última parroquia de la Habana. Esta iglesia constaba de dos naves, y la sacristía estaba á espaldas del altar mayor, con el que se comunicaba por medio de dos puertas. La antesacristía era reducida, salía á la nave colateral y servía para desahogo de los clérigos; á continuación de ella corrían varias oficinas bajas y altas .con sus balcones para el cura y demás dependientes de la iglesia, y estas habitaciones correspondían al lado de la Plaza de Armas. Al Septentrión estaba el Cementerio cerrado de tapias y frente al costado de la nave colateral. La torre estaba situada al occidente, hacia la izquierda de la puerta principal. No guardaba medidas en su arquitectura, porque era muy ancha y poco elevada. Tenía tres cuerpos, el primero servía de baptisterio; el segundo de habitación del campanero y el tercero para el reloj y cinco campanas regulares. »

La explosión del Invencible cogió tan de lleno al edificio, que dos grandes fragmentos del navío fueron á caer sobre el techo, quedando muros y naves resquebrajados y amenazando inmediata ruina. Compusiéronse lo mejor que se pudo, pero el temor á un hundimiento era tal, que los fieles acabaron por resistirse á asistir al culto y los canónigos por no celebrarlo, trasladándose las imágenes y vasos sagrados al oratorio de San Ignacio. En vista de tal abandono quiso el capitán general Marqués de la Torre aprovechar el sitio y los materiales de la iglesia, próxima á hundirse, para levantar una casa-palacio destinada á los gobernadores generales.

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Procedióse á la demolición en 1772, y aunque el marqués mostraba el empeño de que el nuevo edificio quedase terminado en dos años, dejó el gobierno en 1777 sin verlo más que apenas comenzado. —Sus sucesores pusieron también no poco empeño en continuar la obra, pero no se vió terminada hasta 1792, esto es, veinte años después de comenzada, siendo gobernador de la isla el general Las Casas.

El palacio, que sirve al propio tiempo de Casa Ayuntamiento, es un cuadrado perfecto, de ochenta varas de extensión en cada uno de sus lados y veintidós de altura, que termina por una espaciosa azotea guarnecida de barandas de hierro que se apoyan en varias almenas. La construcción es sencilla, severa y elegante; los muros son de gruesa mampostería y están sostenidos por zócalos de granito. El frente que da á la Plaza de Armas, cuenta nueve elegantes balcones con miradores los dos extremos; en el piso inferior presenta una galería ó soportal con diez columnas de piedra bien labradas, sobre las cuales se levantan nueve arcos iguales aunque irregulares en sus intermedios. Á la entrada principal del edificio se encuentra el cuerpo de guardia, y pasado éste hállase una vasta galería con columnas y arcadas que se extiende por la mayor parte de las líneas correspondientes á la Plaza de Armas y calle de O' Reilly, dejando en su interior un patio hermosísimo. Á la izquierda de la galería se abre entre columnas una espaciosa escalera de más de cuatro varas de anchura, con escalones de mármol, que conduce en su primer descanso á las oficinas de la Secretaría y Gobierno Civil y después al piso principal, habitación de la Autoridad Superior de la isla. Todo el piso se halla cerrado en su parte interior por una galería cuadrilonga y simétrica, que da vista al ancho patio; las salas son espaciosas y los corredores que dan paso á los diferentes departamentos, anchos y despejados.

Al inaugurarse este vasto edificio se destinó para cárcel pública todo el frente que corresponde á la calle de Mercaderes, y para Casa Ayuntamiento todo el lado que cae á la calle del

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