DISERTACION HISTÓRICA SOBRE LA PARTE QUE TUVIERON LOS ESPAÑOLES EN LAS GUERRAS DE ULTRAMAR Ó DE LAS CRUZADAS, Y COMO INFLUYÉRON ESTAS EXPEDICIONES DESDE EL SIGLO XI HASTA EL XV EN LA EXTENSION DEL COMERCIO MARÍTIMO Y EN LOS PROGRESOS DEL ARTE DE NAVEGAR. Extante 111 LEIDA EN LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA DON MARTIN FERNANDEZ DE NAVARRETE, EN MADRID: EN LA IMPRENTA DE SANCHA ANO DE 1816. 940.4 7222 3 Las guerras de ultramar, conocidas tambien con el nombre de las Cruzadas, proyectadas y propuestas por un hermitaño llamado Pedro, natural de Amiens, que se anunciaba como mensagero de Jesucristo apoyadas fervorosamente en los concilios de Plasencia y Claramonte: sostenidas con admirable empeño é interes por la política de los pontífices romanos, cuyas exôrtaciones é indulgencias conmoviéron á toda la cristiandad: y executadas por la devocion y condescendencia de todos los príncipes cristianos y sus súbditos, con una constancia, con un zelo y valor dignos de mejor suerte y destino, forman una época muy señalada en la historia de la edad media, así por el espíritu religioso y militar, de piedad y de caballería que las distingue, como por las grandes conseqüencias que tuviéron despues en las costumbres, y en la cultura é ilustracion de los latinos ó europeos occidentales. 2. Algunos escritores, como Paulo Emilio, Sandoval que le sigue sin exâmen, Vertot, Sueyro y otros, excluyen á nuestra nacion del número de las que tuviéron parte en aquellas santas expediciones, baxo el honorífico pretexto de hallarse sus soberanos de Castilla, de Aragon y de Navarra demasiado ocupados en combatir á los árabes y sarracenos de España (1); y aunque sea cierto que esta digna y heróyca ocupacion no permitió que aquellos reyes tomasen á los principios una parte activa y directa, tambien lo es que partiéron sin embargo muchas tropas españolas y gran número de campeones, que se distinguiéron por sus proezas como era natural, si atendemos al carácter caballeresco de aquellos siglos y á la condicion ó clase de unas empresas, que reunian el espíritu de la religion al valor y al entusiasmo militar. Para demostrar esta verdad nos será preciso exâminar los enlaces y conexiones de nuestros reyes entre sí, y con los (1) Paulo Emilio De rebus gestis Franc. lib. 4. Sandoval Hist. de los Reyes de Castilla en D. Al. VI. pag. 86. v. Vertot. Hist. de Malte lib. I, pag. 37. Sueyro, Anal. de Flandes, lib. V, tom. 1, pag. 128. A 2 1000165 y príncipes franceses que mas se distinguiéron en las cruzadas; y de este exâmen y de otros hechos autorizados, resultará con evidencia que los castellanos, los aragoneses, portugueses y navarros, lográron adquirir en la Siria y en la Palestina iguales laureles, que los que habian obtenido otros caudillos extrangeros en España, cuya península habia sido hasta entonces la escuela donde se doctrináron en la ciencia militar varios aventureros y auxiliares, que tanto sobresalieron despues en los mismos viages y guerras de ultramar. 3. Miéntras que el papa Urbano II convocaba á los señores prelados de todo el occidente, para proponer y tratar en el concilio de Claramonte quanto convenia á la conquista de los santos lugares de Jerusalen, libertándolos así de la dominacion de los infieles, y en tanto que á sus voces y exôrtaciones fervorosas se conmovian é inflamaban los ánimos de todos los cristianos para una guerra que miraban como dictada por la voluntad de Dios; en nuestra nacion, como dice Mariana (1), las cosas empeoraban, y parece estaban cercanas á la caida por la venida y armas de los Almoravides. Nunca ni con mayor impetu se hizo la guerra, ni con mayor peligro de España. Para salvarla de él, y contener los progresos de aquellos mahometanos, no solo habia preparado Don Alonso VI en sus dominios un exército poderoso que se coligó con el del rey de Aragon, sino que condescendiendo con sus instancias, le habia enviado el rey de Francia, desde algunos años ántes, muchas tropas y caballeros distinguidos, entre los quales se contaban principalmente Don Ramon de Borgoña, Don Enrique de Besanzon ó de Lorena, y Don Ramon conde de Tolosa, todos deudos del rey Don Alonso, y á quienes despues de haber combatido valerosamente en Castilla y Andalucía, quiso remunerar sus importantes servicios, casándolos con tres hijas suyas, dando al de Borgoña á Doña Urraca, y el gobierno de Galicia con el título de conde; al de Tolosa á Doña Elvira con grandes riquezas, por querer volverse á los estados que tenia en Francia; y á Don Enrique á Doña Teresa, cediéndole con el título de conde lo que en Portugal tenia ganado de los moros (2). De estas alianzas re (1) Mariana, Hist. de Esp. lib. X cap. 1. (2) Hist. de Esp. en el mismo lugar. Printed in suitó que (1) Maimbourg, Hist. de Croisades, lib. I, pag. 128 y sig. La gran conq. de ultramar. Lib. I, cap. 209. (2) La gran conq. de ultramar. Lib. I, cap. 209, fol. 87. |