Vida de Santa Teresa de Jesús

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G. Gili, 1908 - 666 páginas
 

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Pasajes populares

Página 41 - Y todos cuantos vagan, De ti me van mil gracias refiriendo, Y todos más me llagan, Y déjame muriendo Un no sé qué que quedan balbuciendo.
Página 89 - Mi madre también tenía muchas virtudes, y pasó la vida con grandes enfermedades; grandísima honestidad. Con ser de harta hermosura, jamás se entendió que diese ocasión a que ella hacía caso de ella; porque con morir de treinta y tres años, ya su traje era como de persona de mucha edad, muy apacible y de harto entendimiento. Fueron grandes los trabajos que pasaron el tiempo que vivió. Murió muy cristianamente.
Página 426 - ¡Ay! ¡qué larga es esta vida, qué duros estos destierros, esta cárcel y estos hierros en que el alma está metida ! Sólo esperar la salida me causa un dolor tan fiero, que muero porque no muero.
Página 352 - ... la boca ni grande ni pequeña; el labio de arriba delgado y derecho, el de abajo grueso y un poco caído, de muy buena gracia y color; los dientes muy buenos; la barba bien hecha, las orejas ni chicas ni grandes; la garganta ancha y no alta, sino antes metida un poco...
Página 7 - Es de considerar aquí que la fuente y aquel sol resplandeciente que está en el centro del alma no pierde su resplandor y hermosura, que siempre está dentro de ella y cosa no puede quitar su hermosura; mas si sobre un cristal que está a el sol se pusiese un paño muy negro, claro está que aunque el sol dé en él, no hará su claridad operación en el cristal.
Página 133 - Veíale en las manos un dardo de oro largo, y al fin del hierro me parecía tener un poco de fuego. Este me parecía meter por el corazón algunas veces, y que me llegaba a las entrañas. Al sacarle, me parecía las llevaba consigo, y me dejaba toda abrasada en amor grande de Dios.
Página 388 - Luises, cuando no se adelantan á ellos; pero toda mujer, que en las naciones de Europa, desde que son cultas y cristianas, ha escrito, cede la palma y aun queda inmensamente por bajo, comparada á Santa Teresa.
Página 427 - Señor, con esperanza de verte, viendo que puedo perderte, se me dobla mi dolor; viviendo en tanto pavor y esperando como espero, que muero porque no muero. Sácame de aquesta muerte, mi Dios, y dame la vida ; no me tengas impedida en este lazo tan fuerte; mira que muero por verte, y vivir sin ti no puedo, que muero porque no muero.
Página 33 - ... pasa esta secreta unión en el centro muy interior del alma, que debe ser adonde está el mismo Dios, ya mi parecer no ha menester puerta por donde entre. Digo que no es menester puerta, porque en todo lo que se ha dicho hasta aquí parece que va por medio de los sentidos y potencias, y este aparecimiento de la Humanidad del Señor así debía ser; mas lo que pasa en la unión del matrimonio espiritual es muy diferente.
Página 30 - Estando ansí el alma buscando a Dios, siente con un deleite grandísimo y suave, casi desfallecer toda con una manera de desmayo, que le va faltando el huelgo y todas las fuerzas corporales...

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