mentecapto, su hermano don Juan Alonso de Guzman, que despues fué duque quinto de la casa y noveno señor della, y vuestro abuelo, queriendo levantar algunos la ciudad de Sevilla por los comuneros, contra el Emperador don Cárlos, que estaba en Alemania, la redujo á servicio del Emperador, y despues fué à socorrer esta ciudad de Gibraltar, como atrás dije.

Su hijo don Juan Claro de Guzman, conde de Niebla, padre de vuestra excelencia, á quien la muerte cortó el hilo de la vida antes que heredase, dió muestras de tan excelente señor, tan buen cristiano y caballero, que, si viviera, hiciera verdaderos á los que teniamos por cierto habia de hacer ventaja á sus pasados. Mas ya que à vuestra excelencia le faltó el padre en tan tierna edad, que era de siete años, dejóle Dios por madre y gobernadora de su persona y estado á la muy excelente señora doña Leonor Manrique de Sotomayor, la cual ha dado tan buena cuenta y ejemplo de su virtud para ser hembra, como lo dió don Alonso Perez de Guzman el Bueno, primer fundador de vuestra casa, para varon; que no lo puedo más encarecer.

Pues vuestra excelencia, que es ahora de

diez y seis años, lea los hechos buenos que sus antepasados hicieron, que los hallará en los privilegios de su casa, y más largamente los hallará en la historia que tiene en su poder, de la Ilustracion de la casa de Niebla, y hechos de

sus antepasados (que yo compuse habrá veintiseis años), y procure de imitarles en la virtud y mejorarse en buenas hazañas, como Dios ha mejorado y acrecentado à vuestra excelencia en mayores estados y rentas; y reciba este pequeñó servicio, mayor en la voluntad y amor que en la obra. Compuesto por un

tan su servidor,

como lo es

Pedro Barrantes

Maldonado.

Al muy magnífico y sábio caballero Pedro Barrantes Maldonado, el licenciado Eugenio de Salazar, vecino de Madrid.

SONETO.

En las empresas del fiero Marte, Noble, ingenioso y sabio caballero, Mostraste siempre un corazon entero, De esfuerzo lleno y militar arte.

Y agora veo á la Minerva darte

Y al dulce Apolo un lustre tal, que espero Desde el oriental Gange al nuestro Ibero, Loor se te apareja en cualquier parte.

Pues si tu fuerte brazo con destreza Mandando, y con valor la aguda espada, Fué siempre ejecutor de la victoria;

Tu pluma, tan despierta y bien cortada, En prosa y verso aumenta tu clareza, Y donde quiera ya te adquiere gloria.

ARGUMENTO DEL DIÁLOGO.

Viniendo Pedro Barrantes Maldonado de Gibraltar, del socorro que fueron á hacer á aquella ciudad cuando la saquearon los turcos, se encontró con él un caballero extranjero, que, no sabiendo la causa de venir tanta gente armada por el camino, lo pregunta, y Barrantes Maldonado le responde. Y en preguntas y respuestas, en forma de diálogo, se cuenta largamente la venida de los turcos sobre Gibraltar y la destruicion que la armada de España hizo en el armada de los turcos; que en aquella coyuntura fué cosa notable.

Fué esta empresa á diez dias de Setiembre de mil y quinientos y cuarenta años.

COMIENZA EL DIÁLOGO.

E

XTRANJERO. ¿De dónde bueno, caballeros, con lanzas, adargas y corazas que pareceis la resurreccion de la conquista del reino de Granada?

Autor. La novedad de vuestra pregunta e comparacion hace no daros luégo respuesta, y, pues preguntais lo que nosotros ignoramos, holgaria mucho me dijésedes qué quiere decir que parecemos á la resurreccion de la conquista del reino de Granada.

Extranjero. Porque son ya muertos los que en aquel tiempo, peleando con lanza, adarga y corazas, conquistaron aquel reino, y como despues acá no han quedado moros con quién pelear, y la gineta se ha trocado por estradiota, las lanzas por ar