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Á DON JUAN FERNANDEZ

DE CÓRDOBA Y AGUILAR.

Celebrado fué el gran filósofo Licurgo entre los varones notables que engendró Lacedemonia; y aunque en vida, ciencia y otras excelentes virtudes, no tuvo igual, parece que todas ellas cedieron á el ánimo agradecido y grande aborrecimiento que tuvo á la ingratitud; por lo cual mereció, que, preguntado Apolo Pithico por su reputacion, respondiese: Muy perplejo estoy si contaré á Licurgo entre el número de los hombres ó de los Dioses. Tal es el agradecimiento, que en sí mismo engendra su paga, y tal la ingratitud, que es indicio y señal cierta de todos los vicios, muerte cercana, enemiga de la gracia, y red barredera que tiene lleno el infierno. Desde el instante que tuve uso de razon la huí, y cuando no puedo pagar las buenas obras que me hacen con otras tan buenas (porque el agradecimiento ha de ser tal cual fué la bue

JORNADA DE ÁFRICA AÑO DE 1578. 299

na obra), pongo en su lugar los deseos de hacerlas, y cuando estos no bastan, las publico, porque quien dice y publica las buenas obras que recibe tambien las recompensara si pudiera con otras tales, y esta estrecheza y cortedad la suple el agradecimiento. Yo, pues, agradecido á los beneficios que del señor don Gonzalo Fernandez de Córdoba, padre de v. m. y de v. m., he recibido, no puedo corresponder á la misma medida; conteniéndome en mis estrechos límites, ofrezco lo que puedo, y no es justo (que siendo el agradecimiento hijo de la humildad y éste mi defensa), me sea atribuido á soberbia el dedicar esta obra á v. m., que sólo en lo que de mí tiene tiene de demérito, porque en lo demás á nadie en el mundo pertenece más bien, pues en ella se trata del valor, hazañas y muerte de su ilustrísimo abuelo don Antonio de Aguilar, cuya memoria sola es bastante á que v. m. ampare mis deseos, de más de que á ello le obliga el apellido de Solier, de cuyo valor y nobleza antigua son testigos Hierusalen, España y lo

mejor de Francia, dos veces unido con su real aguila, á sombra de cuyas alas estoy seguro que aves de rapiña y picos venenosos me maltraten. Y si con todo eso los hubiere, será porque no pueden resistir su natural, como yo al mio de desear servir á v. m., á quien guarde Dios, y aumente su estado.-Juan Bautista de Morales.

CAPÍTULO PRIMERO.

De la ascen

dencia del Xarife Muley Mahamed y del principio que los Xarifes tuvieron, y causa desta jornada.

R

EINANDO en Fez Muley Elotas Merine, y en Marruecos Muley Naçar Bugentuf, en el año de mil y quinientos y dos, habia muchas guerras en toda Berbería; las fuerzas de el de Fez eran muy pocas, y el de Marruecos solamente era señor de la ciudad, porque todos los alarbes andaban en bandos. En este tiempo el rey de Portugal, don Manuel, habia ganado por sus capitanes muchas villas y lugares á los moros, teniendo á muchos dellos por vasallos y amigos. A esta sazon comenzó á tener nombre y reputacion en Numidia un Cacis, natural de Tigumet, lugar de la provincia de Dara, hombre astuto y plático en las ciencias naturales, el cual se llamaba Mahamet Benamet, y por otro nombre se

hacía llamar Xarif (de quien los Xarifes vienen), diciendo que descendia de Mahoma. Este tuvo tres hijos, Audelquivir, Mahamet y Mahamed, y hallando por el arte de nigromancia que los dos menores dellos habian de ser grandes hombres, animándolos con esta noticia á que aspirasen á grandes cosas, los envió á servir á el rey de Fez, de quien alcanzaron licencia para hacer guerra á los cristianos, viendo los grandes daños que dellos recibian los moros; y sucediéndoles bien determinaron poner en efeto los ocultos deseos de ambicion que las palabras de su padre, ayudadas de su natural, habian engendrado en sus corazones, y dieron la muerte á traicion al rey de Marruecos, haciéndose señores de su Reino. Asentaron entre ambos que el hijo mayor de cada uno dellos, que se hallase vivo á la hora de la muerte de su padre, sucediese en el Reino, y no los nietos. Despues de haberse hecho señores de todo el Reino de Marruecos, tuvieron guerra entre sí sobre lo mal ganado, y Muley Mahamed, el más pequeño, alzóse con todo, y, hallándose poderoso y absoluto señor destos Reinos, hizo guerra al rey de Fez Elotas Merine, de quien fué criado, á el cual desbarató y prendió, como traidor ingrato; y

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