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lejas tierras, que por serlo tanto, pretendian los portugueses ser de su jurisdiccion La Audiencia de Chuquisaca, á quien se dió aviso de todo, aprobó la dicha mudanza, y la estimó por servicio hecho á V. Magestad muy calificado, y tal, que cualquier gobernador que la hubiera ejecutado, con solo este servicio viniera á esta Corte á. pedir mercedes á V. Magestad. Ocultólo la Compañia con esperar las del cielo, hasta hoy, que la razon le obliga á amparar accion tan noble, cuanto ultrajada de la emulacion, y quitada esta, se verá claro el servicio que á V. Magestad se ha hecho: porque si estos indios los hubieran llevado los portugueses, hoy estuvieran con ellos fortificando sus fronteras: tuvieran ayuda y guia en ellos para las entradas que pretenden al Perú: fueran finalmente amigos de los enemigos de V. Magestad, que solo haberlos conservado en esta devocion es estimable servicio; pero adelántase á mas, pues hoy están con muy gran voluntad ofreciendo tributos, y justamente sus personas e industria para la defensa de aquella tierra, sin estipendio ni esperanza de otro premio, que el real agrado y servicio de V. Magestad de todo lo cual consta la falsedad desta calumnia.

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19. Para prueba del intento deste memorial, hace presentacion el suplicante de un exortatorio que el padre Miguel de Ampuero, rector del colegio de la Asuncion hizo al gobernador don Pedro de Lugo, en razon de la conveniencia que habia de no prohibir las armas á los indios, despues de haber obrado tan felizmente con ellas. Otro del dicho rector al Cabildo contra Francisco Rivas Gavilan, sobre la denunciacion criminal que hizo en el juzgado laico contra los religiosos que defendieron las tierras de V. Magestad de sus rebeldes enemigos. Una peticion del dicho rector al cabildo, en que contradice la dicha denunciacion criminal, por donde parece no haberle querido

dar traslado de dicha querella. Otro exortatorio del mismo al dicho cabildo, por donde consta la malicia con que buscaban firmas de vecinos, solicitándolas por caminos torcidos, para autorizar sus informes é informaciones contra la Compañia, en razon de las armas que pretende contra los rebeldes portugueses. Un requerimiento del padre Francisco Clavijo, protector de los indios, digno de que V. Magestad lo vea, porque por él consta la invasion de los portugueses, el destrozo que dellos hicieron los indios, y la remision del gobernador. Una carta de la Sede vacan te del Paraguay, en que sin pasion informa de la verdad del caso. Un testimonio del escribano del cabildo, en que dá fé que el gobernador no le quiso dar los papeles, para que no diese traslado dellos, con ánimo de que solos los suyos pareciesen en esta Corte, y vése clara la malicia del dicho gobernador, en que dichos papeles vie nen autorizados por el provincial de la Compañia y su escribano real.

20. Las reducciones que la Compañia tiene, son poblaciones que desde sus principios fabricaron sus hijos, reduciendo á aquellas gentes bárbaras, que imitando á las béstias vivian por los riscos, valles y quebradas, sacándolos de aquí á poblaciones que dellos se han hecho, donde los sacerdotes que los juntan, siendo por sus prendas y talentos merecedores de puestos, púlpitos y cátedras, se han sabido ajustar á tauta pequeñez, que dejando aparte la diligencia con que los doctrinan para la vida eterna, aun para la temporal, les han enseñado todos los oficios que forma una República, sastres, carpinteros, herreros, con los demas oficios y no ha sido menos útil el del labrar la tierra con arados, cuyos instrumentos y suceso se lo han enseñado los mismos religiosos con la práctica, con que sustentan sus familias con abundancia; el aseo y limpieza de los templos suple su pobreza, la música é instrumentos

con que se celebran los divinos oficios, remedan mucho á los de Europa; y si en la devocion ya justa debida exceden, atribúyese á los auxilios con que Dios fomenta aquella nueva planta, siendo instrumentos deste bien los sujetos que V. Magestad con tanta liberalidad envia á costa de sus reales tesoros. Este fruto tan brevemente referido trata el gobernador, y mal afectos hombres, que cese: el fin es que los indios sean siempre béstias, para que sin quejarse sufran los trabajos con que los afligen, de que los señores reyes pasados y V. Magestad, advertidos han enviado casi infinitas cédulas en su remedio. El medio es el reparo que hacen en el gasto que V. Magestad hace con los religiosos curas, sin atencion á que la liberalidad con que de las Indias envia Dios á V. Magestad tan grandes tesoros, es por la franqueza con que V. Magestad los emplea en su servicio, repartiendo de los tesoros de las Indias. ricas del Perú, con las pobres del Paraguay, y aun sin reparo de que quizá cesando aquellos gastos, cesen aquellos emolumentos.

21 Y aunque el Governador proponga que sin este gasto habrá quien se encargue destas dotrinas con el sustento natural que dicen, no es posible que sin grave detrimento de su honor, se atreva alguno al cultivo de mies que no sembró, y si, sin interés se ofrece á ello, es cierto que su sustento ha de salir de los mismos indios, con que se les acrecerá nueva carga, y no la menos grave. Si por trabajar en servicio de la iglesia, aquellas regiones están llenas de gentiles, en que podrán exercitar sus fervorosos deseos, como este año pasado hicieron dos de la Compañia, que despedazados á manos de gentiles acabaron gloriosamente. El año de treinta y uno con ocasion de un informe de ministros zelozos del servicio de V. Magestad, se trató de que la Compañia tomase algunas dotrinas que se pretendian quitar, á que en ninguna manera asintió su modestia. Pero

ya que el arbitrio del gobernador y cabildo seglar del Paraguay, en que se ponga estanco de dotrinas, á rebaja de la limosna que V. Magestad dá, se haya de admitir, se debe, Señor, advertir, que la conquista de aquellos indios costó á la Compañia diez y seis hijos sacerdotes de aventajados talentos, que han muerto los siete dellos con atrozes muertes á manos de gentiles, en ódio de nuestra santa Fé, otro á escopetazos de Portugueses, cuya muerte ha calificado la universidad de Salamanca, y la de Alcalá, y otros particulares maestros, por martirio: y aunque los demas no murieron al rigor del cuchillo, pasaron desta vida por grandisimos trabajos, desterrados de sus deudos, y de sus patrias en tierras tan remotas, ademas que para buscar cincuenta sacerdotes lenguas; será necesario esperar algunos años que la aprendan, cuya dificultad aprende solo, el que con suficiencia ha aprendido alguna.

Ultimamente pide y suplica á V. Magestad, que en caso que haya de haber mudanza ó postura en las dichas dotrinas, el suplicante en nombre de su provincia las toma por el tanto que otro bajare: y si V. Magestad se sirviere de quitar desde luego el estipendio, con toda sumision, acepta el mandato de V. Magestad, que toda su provincia está muy sujeta y obediente, y servirá de valde las dichas do- . trinas, porque hijos engendrados con tanto dolor, qualquier interés es poco á su rescate. Otro si, pide y suplica á V. Magestad se sirva de mandar que el Consejo Real de Indias mande hacer informacion de todos los puntos que contiene este memorial, y si fuere necesario para mayor satisfaccion de las verdades que representa, se remita este memorial al Virey del Pirú, y á la Audiencia de los Charcas, para que por él, como por interrogatorio sean examinados los testigos, que en ello recibirá merced, etc.

MONEDA RESELLADA

Junto con la provision prorogando el plazo al curso de moneda resellada en el Rio de la Plata, hemos encontrado, en pliego aparte, la carta que precede á la provision, de fecha anterior á la de esta y que se refiere á otra clase de moneda resellada que aquella á que se contrae la provision.

Por consiguiente, la reunion de estos documentos bajo una misma carpeta, parece hecha equivocadamente, creyéndolos referirse al mismo objeto y á una misma gestion.

Con esta advertencia, los insertamos ambos, porque, ademas de los datos sobre curso de monedas reselladas, contienen otros de interes histórico, como el relativo á la peste que acababa de esperimentar esta ciudad.

CARTA DEL VIREY CONDE DE SALVATIERRA Á LA CIUDAD DE BUENOS AIRES-30 DE JUNIO DE 1653.

Mucho me he olgado con las Loticias que me dais en vuestra carta de seis de marzo de este año, de estar esa ciudad libre de la enfermedad que me decís ha padecido, y el mismo gusto que mostrais con la llegada del maestro de campo don Pedro de Baigorri, á gobernar esa provincia, le he tenido yo, por la conociencia y aun esperiencias

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