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tos, conozcan el gran mérito de los cinco Gre-mios. , y la confianza que el Rey, Estado, y Nacion tienen en su constitucion, conducta, fuerzas y caudales.

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La reciproca asistencia suspirada por los políticos, entre el Estado y Comercio, y que se halla -cfectivamente verificada en el modo posible por el Estado y los Gremios, como arriba se insinuó, exîge que el Gobierno les indique todas las sendas que sin perjuicio puedan ser conducentes á la manutencion de la citada armonía, y mutuos auxilios. De esta clase debe considerarse que la casa èstablecida en Cadiz se encargase de facilitar el embarque á Indias de los frutos y manufacturas de los Pueblos de tierra adentro, ó no tan inmediatos á la lengua del agua. No solo me induce á semejante propuesta la conveniencia pública que desde luego se hace visible, sino una Real orden del señor Don Felipe V. circular á todos los Intendentes, expedida en 23 de Mayo de 1720. Por ella manifestaba S. M. que deseando participasen todos los vasallos las utilidades del Comercio Americano, fomentar la Agricultura y Fábricas, hacer que los retornos de las expediciones á las Indias quedasen en España, y substraer en quanto fuese posible el tráfico de los extrangeros ; era su voluntad se excitase á los fabricantes y cosecheros, á que enviasen à Cadiz la mayor cantidad que pudiesen de frutos, texidos, y démás géneros de España, á fin de embarcarlos para Indias..... y que para los embarcos y demás que (se ofreciese, se les dará toda la proteccion y asistencia que fuere posible, particularmente por el Intendente Don Francisco de Baras, al que se le hacia especial encargo.

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El medio de cumplir exactamente la precedente Real órden, seria el propuesto de seria el propuesto de que los Gremios tomasen á su cuidado el asunto. Todos apetecemos la mayor utilidad de nuestros frutos, é industria, Los cosecheros de tierra adentro, no rehusarian un tráfico que les dexaria mayores ventajas, que no el que actualmente practican; reducido á esperar que el arriero de la Ciudad, cabeza de partido, venga por el azeyte á su almacen, tinajas, ó molino. He tocado muy de cerca la dificultad, consiste su inac cion en la falta de instruccion y conexiones en los Puertos, ó embarcaderos. Si se repitiese igual ór den circular á los Intendentes y Justicias, explicandose en ella que la casa de los cinco Gremios en Cadiz, se encargaba en la admision de los azeytes,+ vinos, y demás frutos, como en los géneros de sus fábricas , ya para el embarque á Indias, ya para negociarlos itilmente, es de esperar se lograse el efec to apetecido por la referida Real órden. No se me oculta que son muy pocos los cosecheros y fabricantes que pudieran, desprenderse de sus frutos y¡¡ géneros, dilatandose el reintegro al regreso de la expedicion. Esta dificultad la pudiera evacuar el; zelo de los Gremios á la causa pública d haciendo la negociacion por sí mismos, ó disponiendola con dar algun dinero á riesgo á los dueños, con que pu dieran remediarse, corriendo los seguros, y actuando las demás diligencias correspondientes...

Un modo tan facil, sencillo y práctico, haria que alcanzasen las utilidades del Comercio Americano. á Pueblos adonde no han visto siquiera el mapa de aquel nuevo mundo: se fomentarian las Fábricas, Agricultura y demás ramos de sus respectivas sociedades. Qualquiera que se halle orientado sobre el,

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tráfico de Cadiz á las Indias, habrá de confesår la facilidad del proyecto. 1. 61.02

Hace un negociante embarque de treinta ó quarenta mil pesos pesos de generos, y sobre ellos toma regularmente algun dinero á riesgo. Lo mismo pudiera executarse con alivio de los veciños de los distantes Pueblos, que se determinasen á los embarques. Tambien pudiera lograrse ventajosa venta á otros cargadores, ó navegantes. La citada Real órden abraza este caso sea como fuere. Ya destinados los frutos ô generos para el embarque, ya ven-didos o negociados en Cadiz, siempre les rendiria mayor lucro.

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Para conducirse semejante encargo arregladamen-' te, la casa establecida en Cadiz deberia seguir su correspondencia con las justicias de los Pueblos, dandoles las noticias oportunas y en tiempo, sobre el despacho de las expediciones, a fin de que practicasen los cosecheros y fabricantes los envios, y aprovechasen las ocasiones, previniendoles á dichas justicias quanto conceptuasen conducente al transporte. Es de creer, que á la mas leve insinuacion del Real agrado, se encargasen en todo los cinco Gremios. Se ha referido que en sus expediciones no solo sé valen de los géneros de sus fábricas, sino de otras del Reyno. Que hacen remesas de frutos al norte en cambio de las ropas que por su cuenta se introducen; por todo lo qual es muy verosimil abracen el proyecto. Seria, y lo es justo, el que se les abonase el interes práctico, por la comision y demás á estilo de Comercio, pues estos son costos in-. dispensables.

La paga de los Reales derechos (prescindiendo de quan importante seria su franquicia) es de espe-.

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rar en la Real Clemencia la mandase diferir al retorno de los caudales, porque los cosecheros fabricantes se pudiesen aprovechar para continuar sus labores y fábricas, del dinero que encontrasen á riesgo." Las fábricas en los Países extrangeros es, en dicțámen de los políticos, uno de los medios conducentes al adelantamiento del Comercio, y que contribuye mucho á la instruccion de los que se aplican á su carrera. Creo les falta este utilísimo establecimiento á los cinco Gremios, y convendria le tuviesen. Los tales factores pudieran şer sus comisionistas para las ventas de los frutos y efectos que se les encargasen, y para la compra de los que nece、 sitasen giros de letras, y demás que ocurriese. El Comercio de Vilvao quando estaba floreciente [su Comercio, tenia factores en todos los Países extrangeros, é ignoro como los cinco Gremios han descuidado un punto, que tanto podia interesarles.

He procurado con toda aquella eficacia que dicta el celo patriotico á un honrado ciudadano lleno de amór á su Patria, persuadir la importancia de este cuer po á la Nacion, al Rey, y al Estado: ser su Comercio utilísimo á todos los significados respetos, y nivelado por las máximas que constituyen un verdadero Comerciante.. Los medios ó ventajas que ase gurarian su perpetuidad, erigiendole un cuerpo político de la nacion. Su mérito, á que se le dispensasen honores, gracias y exênciones, y por consiguiente, ser acreedor á la estimacion pública, y á la de todo amante de la patria; creyendo, asimis mo disueltas las calumnias, y objeciones que ha ins ventado la emulacion. Pasemos ya á hablar de otros establecimientos públicos.

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CAPITULO VII

Reales compañías de Comercio y Fábricas.

o han sido menos criticados y combatidos estos cuerpos. No me opondré á las justas exclamaciones de los que lamentan que no hayamos podido lograr la apetecida total prosperidad de ambos ramos, Comercio y Fábricas, que fueron uno de los fines de su instituto pero no por eso se ha de culpar al establecimiento, ni graduar á la nacion por incapáz de sostenerle. Las grandes empresas superan las fuerzas de los particulares, aunque sean muchos, como no se unan por el vinculo de sociedad, encaminandose á los mismos fines, y sujetandose á iguales reglas. De este principio han derivado las compañías instituidas en los Países extrangeros, segun se deduce de su historia. Si muchos críticos se hallasen instruidos en ella, como lo están en sus modas, sabrian que no solo han padecido, repetidos quebrantos, sino que han caido hasta el extremo de hacer quiebra, habiendose visto precisado el gobierno á facilitarlas nuevos fondos y auxilios para su reparacion.

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Si estos presumidos políticos, antes de declamar en tono decisivo contra las compañías, leyesen los tristes acaecimientos de otras, no ofenderian á la nacion Española, conceptuandola por no á proposito para ello. Todos los ensayos y establecimientos son costosos en sus principios, y ofrecen infinidad de dificultades y contingencias. No dudemos, pues, de la utilidad de estas sociedades al público y á los: intereses del Real Erario. Su ruina es superabundantemente compensada por el beneficio que han ocasionado en la emulacion de otros fabricantes, y cir

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