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quatruscientos e noventa e quatro años. Yo el Rey.= Yo la. Reyna. Yo Hernando de Toledo, Secretario del Rey e de la Reina Nuestros Señores, la fize escrebir por su Mandado.

Ynformacion e Testymonio de como el Almirante Don Xptobal Colon e los que yban con él, descobrieron la Tierra firme.

XUNIO 12 DE 1494 (1).

N la Caravela Niña que á por nombre «Sancta Clara» Xueves, doce dias del mes de Xunio, Año del Nascymiento de Nuestro Señor Xesucristo de mill e quatruscientos e noventa e quatro años, el Muy Magnífico Señor Don Christhobal Colon, Almirante mayor del Mar Océano, Visorrey, Gobernador perpetuo de la Ysla de San Salvador e de todas las otras yslas e Tierra firme de las Indias descobiertas e por descobrir, del Rey e de la Reyna Nuestros Señores, e su Capitan Xeneral de la Mar, requirió a mí, Fernad Perez de Luna, Escri

(1) Archivo de Indias. Est. 1.-Caj. 1.-Leg. .

- Simancas.

Descubrimientos.

bano público del número de la Cibdad Isabela, por parte de Sus Altezas: que por quanto él abia partido de la dicha Ciubad Isabela con tres caravelas para venir a descobrir la Tierra firme de las Indias; puesto que ya thernía descobiertas parte dellas, el otro viaxe que acá primero abia fecho el Año pasado del Señor, de mill e quatruscientos e noventa e tres años, e non abia podido saber lo cierto dello, porque puesto que andobiese muncho por ella, non abia fallado personas en la Costa de la Mar que le sopiese dar cierta relacion dello, porqueran todos xente desnuda que non thienen bienes propios, nin tratan nin van fuera de sus casas, nin otros bienes a ellos, segun dellos mesmos supo; e por esto non declaró afyrmativo, que fuese la Tierra firme, salvo que lo pronunció dubytativo e la abia puesto nombre, la Xoana, a memoria del nombre del Pryncipe Don Xoan Nuestro Señor; e agora partió de la dicha Cibdad Isabela a veinte e quatro dias del mes de Abril, e vino a demandar la tierra de la dicha Xoana, más propinca de la Ysla Isabela; la qual es fecha como un xiron que va de Oriente a Ocidente de la parte del abstro, para ir a una ýsla muy grande a que los yndios llaman Xamaica, la qual falló dempues de aber andado muncho camino e le poso nombre la Ysla de Santiago, e andobo la Costa, toda della de Oriente a Ocidente, e dempues volvió a la Tierra firme, a que llama la Xoana al logar quél abia dexado; e

syguió la Costa della, al Poniente, munchos dias, e tanto, que dixo que por su navegacion pasaba de trescientas e treinta e cinco leguas dende que comenzó fasta agora, el qual camino conoscia munchas veces, e lo pronunció, questa era Tierra firme, por la fechura e la notycia que della thernía, e el nombre de la xente de las provyncias, en especial la Provyncia de Mango; e agora dempues le aber descobierto ynfinitísimas yslas que nadie a podido conthar del todo, e llegado aquí a una poblacion, tomó unos indios, los quales le dixeron questa tierra andaba la Costa della al Poniente mas de treinta xornadas, e allí facia fin, o fasta donde llegaba de término de andar mas adelante, algo para que todas las personas que vienen en estos navíos, entre las quales ay maestros de cartas de marear e muy buenos pilotos, los más famosos quél sopo escoxer en la Armada grande quél truxo de Castilla; e porquellos viesen como esta tierra es grandysima, e que de aquí adelante va la Costa della al Mediodía, ansí como les decía, andobo quatro xornadas más adelante, porque todos fuesen muy ciertos quera Tierra firme, porquen toda ysla e tierra, non puebla a la Mar, salvo xente desnuda que vive de pescado, o nunca van a la tierra adentro, nin saben qué sea el Mundo, nin de quatro leguas lexos de sus casas; e xente que non ay en el Mundo, salvo yslas; e son xentes que non tienen ley nin seta alguna, nin saben qué sea nascer

e morir, nin tienen ninguna polecía porque puedan saber del Mundo; e porque dempues del viaxe acabado, que nadie non tenga escusa con malycias ó por mal desynio e pocar las cosas que parescían muncho loor, requyrió a mí, el dicho Escribano, el dicho Señor Almirante, como de suso lo fice de parte de Sus Altezas, que yo, personalmente, con buenos testigos, fuese a cada una destas dichas tres caravelas, requyriese al Maestre e compañía e toda otra xente quen ellas son públicamente, que dixesen si thenian dubda alguna de questa tierra non fuesen la Tierra firme del comienzo de las Indias, e fin a quien en estas partes quysiere venir Despaña, por tierra; e que si alguna dubda o sabyduria dello thobiesen, que les rogaba que lo dixesen, porque luego les quytaria la dubda e les faria ver questo es cierto, e qués la Tierra firme; e yo ansi lo complí e rrequerí, publicamente, en aquesta Caravela Niña, al Maestre e compañia, que son las personas que debaxo nombraré, a cada una por su nombre, e de dondes vecino; e ansi mesmo en las otras dos caravelas susodichas, requerí a los Maestres e compañía; e ansí les declaré por ante los testigos abaxo nombrados; todo ansí como el dicho Señor Almirante, a mí, abia requerido, yo requerí a ellos, e les pose pena de diez mill maravedís por cada vez que lo que dixere cada uno que dempues en nengun tiempo al contrario dixere de lo que agora dyria, e cortada la lengua; e si fuese grume

te o persona de tal suerte, que le daria cien azotes e le cortaria la lengua; e todos ansí requeridos en todas las dichas tres caravelas, cada uno por si, con muncha delyxencia, miraron los pilotos e marineros en sus cartas de marear, e pensaron e dixeron lo syguiente:

Francisco Niño.-Francisco Niño, vecino de Moguer, Piloto de la Caravela Niña, dixo: que para el xuramento que habia fecho non oyó nin vido ysla que podiese thener trescientos e treinta e cinco leguas en una Costa de Poniente a Levante, e aun non acabada de andar; e que veia agora que la thierra tornaba al Sur Sudoeste, e al Sudueste e Oeste, e que ciertamente non thenia dubda alguna que fuese la Thierra firme; antes lo afirma qués la Thierra firme e non Ysla; e que antes de munchas leguas navegando por la dicha Costa, se fallaria thierra a donde traian xente polytica de saber, e que saben de Mundo.

Alonso Medel.-Alonso Medel, vecino de Palos, Maestre de la Caravela Niña, dixo: que para el xuramento que abia fecho, que nunca oyó nin vido Ysla que podiese thener trescientas e treinta e cinco leguas en una Costa de Poniente a Levante, e aun non acabada de andar; e que veia agora, que la thierra tornaba al Sur Sudueste e al Sueste, e que ciertamente non thenia dubda alguna que fuese la Thierra firme; antes lo afirmaba e defenderia, qués la Thierra firme e non Ysla; e que

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