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ES PROPIEDAD DEL AUTOR

INTRODUCCIÓN

La voz esfoyaza, empleada en el título de esta obra, es usual en Asturias, y signífica deshojar. Procede del latín exfolio folius.

Y a los cantares los llamo asturianos, no porque sean todos genuinos de esta región, sino porque viven aquí desde tiempo remoto. En Asturias se canta en español literario; en dialecto asturiano no se entonan más que algunas poesías eruditas (1), ciertos cantares de carácter local, de faenas agrícolas, domésticos y pastoriles. Y ésto en tiempo oportuno.

Con esta obra doy fin a la colección de las que vengo publicando acerca del folklore asturiano. En su día serán aumentadas con los materiales que continúo recogiendo de la tradición oral.

(1) No se conoce ninguna poesia en dialecto asturiano anterior al siglo XVII. La más antigua fué escrita en 1639 por el famoso poeta D. Antonio María Reguera. Se titula Pleito entre Oviedo y Mérida.

En bable occidental se han escrito excelentes poesias, pero en número muy escaso. Las grandes colecciones de poesias asturianas fueron compuestas por poetas del Oriente y centro de la provincia. Véanse: Poesias selectas en dialecto asturiano.publicadas por el Excelentisimo Sr. D. José Caveda. Nueva edicción anotada y aumentada por D. Fermin Canella Secades. Oviedo 1887. Y Memorias Asturianas compuestas por Protasio Solis y Cabal. Oviedo 1890.

Para llevar a cabo estos trabajos empleé más de seis años; tres los invertí en recorrer toda la provincia en busca de elementos folklóricos. Las primeras exploraciones metódicas que hice sobre esta materia, tuvieron lugar en mi aldea de Caravia, el verano de 1917, año en que por Real orden del 23 de octubre fuí autorizado para hacer investigaciones prehistóricas en el Pico del Castro, sito en territorio caraviense (1).

Por ahora, soy el que ha recorrido más tierra asturiana para inquirir cosas del saber popular. En mi libro Cuentos asturianos, editado por el Centro de Estudios Históricos, publico un mapa folklórico de Asturias que contiene 249 pueblos-no todos los exploréen los que recogí el material con que compuse siete obras (2).

Entre este material, que yo mismo copié a puño y letra, de boca del pueblo, figuran 19000 versos de poesía popular: cantares, rimas infantiles, romances, etc., y 326 cuentos; 200 aparecen en el libro arriba citado; 56, en mi obra Del folklore asturiano: Mitos, Su

(1) Véase mi obra titulada El libro de Caravia. Oviedo 1819, páginas 34 y 35. Este es el primer libro donde aparecen los mitos asturianos con algunas de sus leyendas.

(2) Véase el catálogo de obras del autor, n.o IV al X (pág. 4 de este libro).

persticiones, Costumbres, Prólogo de R. Menéndez Pidal. Madrid 1922. Obra declarada de mérito relevante por la Real Academia Española; y los 85 restantes los publicaré en su día. De dicha poesía popular, contiene este libro 7315 versos, sin contar las variantes. Los romances verán la luz en el Romancero General Español, que prepara el sabio maestro D. Ramón Menéndez Pidal.

También recogí una interesante colección de voces inéditas del dialecto asturiano, y las envié a la Real Academia Española.

Para reconcentrar y sistematizar estos aspectos y otros típicos de esta región, el 4 de Noviembre de 1920, secundado por un grupo de personas amantes de Asturias, fundé en Oviedo el Centro de Estudios Asturianos, que hoy cuenta con cinco secciones y un Boletín que publica trimestralmente.

En revistas y periódicos he dado a conocer varios trabajos de folklore; y sobre ésta ciencia expliqué cursillos de conferenciascuyos programas fueron aprobados por la Dirección General de Bellas Artes-los años de 1920 a 1924, en el Paraninfo de la Universidad de Oviedo, unas; otras en la Sociedad de Amigos del País y en el Ateneo de Gijón.

Como conozco la característica de la al

dea, porque nací en ella y allí pasé los primeros años de mi juventud rodeado de ambiente folklórico, no me costó ningún trabajo inspirar confianza a los aldeanos y obtener de ellos todas las noticias que sabían.

Y hubo pueblos que me invitaron, algunos por medio de la Prensa, para que fuera allá a estudiar sus tradiciones. Entre ellos, puedo citar todos los que componen el concejo de Cabrales, y Zureda, Telledo y Rioespaso, del concejo de Lena.

Realicé esta labor a cuenta de mi numerario, y he correspondido siempre a las atenciones de mis informantes.

Además, en muchas de las aldeas por donde pasé, he regalado a los aldeanos ejemplares de mis libros de folklore. Igual obsequio hice a varios pastores de los que amajadan en los Picos de Europa, en la Sierra de Cuera, en los Puertos de Caso, Ponga, Aller, Lena, Quirós, Teverga, Allande, Ibias, Brañas de Cudillero y de Luarca, etc. Con lo cual creo haber contribuído a abrir el camino a los futuros investigadores.

Esta es, en síntesis, hasta ahora, la historia de mis modestos trabajos folklóricos.

En Asturias se conservan muchos roman

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